Capítulo 10. "Broma realizada" maratón 2/3.

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Carlos miró a Mal nervioso. Ella lo había hecho levantarse desde que el poco de sol a través de la niebla en la isla se hizo presente.

-Ya está, todo listo Mal, sólo hace falta que los chicos de primero vengan por sus cosas. Todo les caerá encima.-Carlos sacudió sus manos indicando que todo estaba listo.

La pelimorada sonrió satisfecha. -Genial, cuando todos sepan quien fue la mente maestra en esto no duraran en temerme.

-No des tanto crédito.-Murmuró Carlos cruzándose de brazos.

-¿¡Que dijiste!?.-exclamó Mal volviéndose duramente a él.

-N-Nada Mal.-dijo el peliblanco/negro.

Los dos chicos se escondieron detrás de una puerta del pasillo esperando a que la campana sonara para ver el plan realizado. Carlos había creado un sistema en el cuál, cuándo el primer chico abriera su casillero todos los demás lo harían igual y de todos ellos saldría agua estancada más una mezcla química que Mal le había obligado a crear.

Sabía que sí eso salía mal, cualquier cosa no sería comparada con lo que Mal podría hacerle.

Los chicos miraron atentamente cuándo  escucharon una voz junto a ellos.

-¿Que hacen?.-preguntó un castaño colocándose junto a ellos.

-Shh...-Mal lo mandó a callar  rápidamente y Jay se encogió de hombros.

-Gracias por el saludo amistoso Mal.-dijo Jay y la pelimorada rodó los ojos.-Que onda contigo De Vil.

Pero Carlos no le respondió. Seguía mirando el lugar y sólo pedía que todo saliera a la perfección para que Mal no lo destruyera.

-Cómo sea...-dijo Jay.

En ese momento los tres escucharon cómo un golpe sonaba por el pasillo y en ese momento los tres chicos se volvieron  y vieron cómo los casilleros se abrían uno por uno y de allí daban el liquido pegasoso y colorido directamente afuera. Todos los chicos y gran parte de las paredes se llenaron de ese líquido.

Gritos y quejidos se escucharon por toda la escuela.

Carlos se volvió a Mal y rápidamente vio cono ésta curvaba los labios en forma de una sonrisa.

Lo había hecho bien y Mal no estaba molesta.

-Dejenme adivinar...-dijo Jay volviéndose a Carlos.-Mal te pidió que hicieras eso.-en moreno señaló todo ese desastre.

Carlos asintió.

-Bien-dijo Jay con una risita.

Ambos chicos vieron cómo la pelimorada se levantó  y se colocaba en frente de todos los chicos en el pasillo que trataban de quitarse aquella cosa de encima.

-¡Espero que no olviden quien manda en este lugar!.-dijo Mal con aire de superioridad.-¡O de lo contrario se las verán conmigo!.

Los chicos en el pasillo, de primer y último año miraron a Mal y su aire que de la nada se tornaba a uno duro y de liderazgo oscuro.

-¿¡De acuerdo!?.-preguntó Mal en voz alta.

-¡De acuerdo!.-respondieron todos los chicos del pasillos con aire de miedo y respeto hacía la chica.

Mal sonrió con satisfacción y se dio la vuelta alejándose de todos en el pasillo.

Jay y Carlos se levantaron de donde estaban y Mal se volvió a Carlos con una sonrisa.

-Bueno chico.-Mal dio  un par de palmaditas en la cabeza de Carlos antes de tomar su mochila y sus aerosoles y tomar otro camino.

Carlos miró cómo la pelimorada se alejaba. Cuándo escucho la risa de Jay detrás de él.

-Oye Carlos, si te tratan cómo un...

-¡No lo digas!.-dijo interrumpiéndolo rápidamente.

-De acuerdo.-dijo Jay antes de darle un golpe en el hombro con un puño e irse por allí para robar algo.

Cómo un... Perro. Pensó Carlos antes de sacudirse por la imagen de la fea bestia en su cabeza.

***

El camino al Hell Hall no era tan malo sí sabías por dónde ir. Y Carlos sabía por donde ir.  Veía a las personas a su alrededor y caminaba más deprisa. Se preguntaba que  le mandaría a hacer su madre esa tarde. A lo mejor un masaje en la espalda o a lo mejor una barrida al gran living de la mansión.

Carlos pasó por una calle y en la cuál las casas no eran tan altas cómo el resto de las calles en la isla. Y esa calle dejaba ver parte de Auradon a lo lejos.

Auradon se veía brillante y muy cursi para el estilo que todos allí llevaban. Lo único que él y el resto de los habitantes tenían de aquel reino de los vivieron felices y comieron perdices eran los anuncios del rey bestia y el canal de ventas de Auradon, sin embargo de allí para adelante, lo único que habría es la imaginación de cada uno al imaginarse cómo sería aquel reino donde todos tenían una vida mucho más fácil que en la isla.

¿Por que se sentía extraño ver ese reino sí no le importaba en lo absoluto?

El peliblanco/negro sacudió la cabeza y dirigió su mirada a otra parte.

Entonces miró un televisor medio funcional en un pequeño local.

Y se le ocurrió tal vez la mejor idea de todas.

***

Mal terminó su dibujo orgullosa, había sido una buena mañana después de todo había logrado espantar a todos cómo deseaba y nadie aquel día se atrevía a verle la cara a Mal, aunque si había algunos, cómo Gabe, Urell, Harriet, Jay, Holly y Anthony Tremaine que no hicieron mucho caso a eso y actuaron cómo si nada hubiese pasado.

Ella no había sabido nada de De Vil después de eso, consideraba dejar de molestarlo un par de semanas cómo recompensa por su ayuda.

La pelimorada camino hasta su casa dónde su madre la esperaba para cenar, de vez en cuando Maléfica lo hacía sólo para recordarle a Mal lo mala que debía ser, ser lo suficiente mala cómo para probrar que era digna de ser su hija y Mal respondía con un asentimiento de cabeza, y diciendole que lo iba a hacer mejor cada vez.

Y debía hacerlo.

Porqué era una responsabilidad para ella seguir con el legado de la más malvada de todos, Maléfica.

La pelimorada se acercó a un niño con una paleta y se la arrebató, mientras que el niño lloraba ella se alejó  con una sonrisa.

Dicen que soy problemática, dicen que soy mala, dicen que soy malvada y eso me alegra.



Los Reales [Disney Descendientes] precuela De LPDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora