Los Reales [Disney Descendientes] precuela De LPDA

Capítulo 31. "Persecución"

Astrid no podía describir exactamente porque sentía necesario ir a la cueva del sol, pero lo sentía. Como si su cuerpo lo necesitara de verdad, debía ir allá antes de hacer lo que había decidido.

Aunque la verdad ella no sabía que esperarse de aquel lugar. Usualmente solo se usaba para situaciones extremas en caso de gente enferma o heridos, pero como casi nunca pasaba nada de ello en Auradon, era un lugar completamente vacío, casi.

La princesa aún pensaba en lo hablado con el hada azul, ella le había dicho que escuchara a su corazón. Por lo que era exactamente eso lo que hacía.

Aunque no sabía exactamente porque quería ir para allá.

Pensaba en la historia del lugar, el reino de Corona lo había dado como agradecimiento a que su padre había otorgado unas tierras a Corona, DunBroch y Arendelle para que tuviesen contacto más cercano a Auradon ya que estaban demasiado lejos y la idea de de unirlos enteros por fin al territorio tenía años en discusión, así que Adam decidió regalar partes del reino aquellos y los respectivos reinos dejaron unos regalos en Auradon como agradecimiento a ellos. 

La cueva del Sol era el regalo de Corona.

Servía para curar enfermades y heridos en casos extremos.

Pero como aquello era Auradon, no había necesidad de usarlo mucho.

Pero como era un regalo, aún seguía ahí.

¿Entonces que razón habría de ir para allá?

***

Los cinco chicos estaban empezando a perder la sensibilidad en ambas piernas cada uno, ya entraban en un grado de preocupación que no era apacible.

Melody se empezaba a preguntar si esa misma preocupación había generado ella cuando escapó aquella vez, sabía que su madre y su padre, su abuelo y demás gente querida se había preocupado, buscándola por todo el óceano, y en Auradon. Pero ella no tenía idea de que tanto podía preocuparse una persona en una situación así.

Se decía a si misma que iban a encontrar a Astrid, tenían que. A pesar que Auradon fuese enorme, la princesa debía estar en algún lado.

—¿Qué hora es? —preguntó Lonnie a Ben.

El príncipe alzó su brazo para revisar, eran las 16:46. Aquello no le gustaba, estaban tardando otro día, y no sabían que hacer para aquel punto, seguir vagando por el bosque tampoco era una opción viable en ese momento, y tarde o temprano todos tenían que estar de acuerdo en ello.

Ben pensaba en volver, volver a casa y unirse a sus padres en la búsqueda, tal vez y ellos sí habían adelantado algo. O tal vez ya habían encontrado a Astrid y ahora los buscaban a ellos.

Ben esperaba que así fuera.

—Chicos —fue Chip que frenó al grupo entonces—. Tengo que decirles algo.

Los cuatro chicos se volvieron al rubio, quien estaba al final del grupo.

—Creo que tenemos que volver al castillo. —les dijo, cosa que hizo que Ben se sobresaltara.

Sí, lo había pensado. Pero le sorprendía que Chip fuese quien lo dijera, él sabía que no se daría por vencido hasta que todos, incluida Astrid estuvieran juntos de nuevo. Pero entonces se dio cuenta, que Chip estaba pensando lo mismo que él, no iban a estar en el bosque por siempre, y tarde o temprano tendrían que volver a casa, y tal vez si volvían, tendrían mejor suerte con la búsqueda.

—¿Seguro? —preguntó Melody.

—Sí, no tenemos suficientes provisiones para durar aquí afuera por siempre —les dijo el chico—. Eventualmente tenemos que volver, y entre más nos alejemos quien sabe que otros problemas encontremos, y que tanto nos costará volver.