*ADVERTENCIA*
El siguiente capítulo presenta contenido sexual leve (masturbación)...la autora recomienda la discreción del lector
Un Alfa pelirrojo iba perdido por las calles y en su cabeza por varias razones que no quería admitir. No sabía a qué se debía su rabia, o mas bien lo sabía, pero no sabía como demonios expresarlo. Llegó al departamento en que llevaba viviendo desde que llegó a Japón junto a su "hermano". Abrió la puerta de entada y la escenita de su hermano besuqueándose con su prometido en el pasillo de entrada a la casa le hizo retorcerse un poco mentalmente
-¡Oh, hola hermano!-saludó un pelinegro de largos cabellos peinado a la estética emo y un lunar bajo su ojo visible, de un extraño pero atractivo color plateado violáceo-Lamento la sorpresa, pero Reo-chan llegó a visitarme de imprevisto
-¡Hola Taiga-kun!-saludó efusivamente el Omega de largas pestañas mientras corría a abrazarlo
-Hola Reo-espetó el pelirrojo sintiéndose algo incomodado por el espectáculo anteriormente montado-¿Qué haces ya en Tokio?-preguntó el moreno con las cejas levemente arqueadas
-Lo siento, pero no me resistí a la tentación de venir a visitar a Tatsu-chan-sonrió el de las largas pestañas acurrucándose contra el hombro de su Alfa-Lamento si te incomodamos de alguna forma Taiga-kun-sonrió el pelilargo y Kagami pudo jurar que llegó a quedarse ciego por el brillo salido de la sonrisa del de largas pestañas
-En fín, tuve un día de mierda y quiero irme a dormir, ¿está mal si me voy a la cama ahora?-rezongó como niño pequeño; Himuro lo miró extrañado y Reo preocupado, pero ambos terminaron asintiendo. Taiga lanzó un sonido y subió a su habitación, dando un sonoro portazo que llamó la atención de la pareja presente. Los dos pelinegros se sentaron en la sala de estar y trataron de retomar la cercanía, aunque sentían cierta opresión por el estado emocional del pelirrojo
-¿Qué le habrá pasado a Taiga-kun?-preguntó el Omega mientras acomodaba sus lacios cabellos a un lado de su cara. Tatsuya sonrió suavemente, aunque dejaba entrever un deje extraño
-El tigre está enamorado-resopló divertido el Alfa, aunque al poco rato la sonrisa abandonó su rostro-Pero no es correspondido; el Omega en cuestión está siendo cotizado por dos tipos que al parecer son poderosos
-Es una pena-suspiró Reo con tristeza-Taiga-kun es un buen chico
El pelirrojo se tiró de bruces a la cama, sin importarle el siquiera quitarse las zapatillas antes de entrar; era un muy mal hábito suyo que adquirió durante sus años en Norteamérica. Miró el techo y sacó el celular, tratando de buscar algún tonto juego que se descargó para distraerse, pero las notificaciones de Whatsapp le llamaron la atención, todas eran mensajes de Kuroko. Kagami se sentó en la cama, se talló un ojo y abrió la aplicación, comenzando a leer los mensajes
-"Hola Kagami-kun"
-"¿Estás enojado conmigo todavía?"
-"¿Hice algo para que te molestaras?"
-"Oye, lamento si te dije o te hice sentir mal de alguna forma, pero ahora estás actuando como un pendejo inmaduro, así que contesta los mensajes o no respondo >:("
-"Ya, te acabo de mandar a la mierda. No me hables"
Esa seguidilla de mensajes lo hicieron enternecer, reir y enojar al mismo tiempo y a fracciones iguales. Frunció el entrecejo y tiró el celular al piso, ignorando el estallido del mismo contra la madera; agarró la almohada y empezó a morderla (ignorando el doble sentido de la frase) y a gruñir como bestia enojada. Su sonrojo aumentaba a medida que el hilo de sus pensamientos se difuminaba y se perdía entre las constantes fantasías sexuales que implicaban al Omega peliceleste que era...su mejor amigo...
Su mano se dirigió desde su lengua, la cual deslizó por la palma hasta humedecerla, hasta su bajo vientre, particularmente al área de su erección. Sus dedos se perdieron entre la tirilla elasticada de los bóxers y el nacimiento de su vello púbico y comenzó a localizar su pene, el cual frotó de forma lenta y pausada, acostumbrándose a su ritmo. A su mente le llegaron ideas de su mejor amigo en toda clase de situaciones
Kuroko usando una camiseta suya y sobándose los cabellos
Kuroko con unas medias negras largas y unas ligas en sus piernas
Kuroko recostado desnudo y abrazándose a su pecho con cariño
Kuroko sonriéndole y susurrándole un quedo "Te quiero, Kagami-kun" mientras era penetrado
Todas esas fantasías haciendo merma en su cerebro, acalorándolo más y más. Los movimientos de su mano se aceleraron conforme las fantasías se hacían más intensas en su mente, al igual que la angustia de saber con quién las vivía
-¡Joder!-siseó con los dientes apretados mientras su mano seguía apretando su pene y los movimientos de arriba-abajo se hacía más y más intempestivos. Ya se imaginaba el perfume del peliceleste más bajo mientras lo embestía lenta y marcadamente, llenándolo por completo-¡Joder Kuroko!-reclamó mientras se corría en su mano y el líquido se perdía entre las mantas y los espacios entre sus dedor. Con ese últimu pensamiento triturándole la cabeza, se desvistió y se dió una larga ducha, pensando por última vez en lo que acababa de hacer y el qué lo provocaría, aunque supiera la respuesta y la razón
Kuroko guardó el celular con un resoplido nasal y se terminó de hundir en el cómodo asiento del auto. El rubio miró aquella carita fruncida y no pudo evitar sonreir
-¿Está todo bien Kurokocchi?-preguntó con voz tranquila, relajando al menor
-Ah, sí Kise-kun. Es solo un problema mío-espetó secamente el ojiceleste mientras su vista se perdía en la carretera. Al pasar al sector residencial, se agarró con fuerza al asa de su bolso, rezando para que la reprimenda de sus padres no fuera tan dura
Llegaron a la pequeña casa y el chico de ojos azules se bajó, siendo rápidamente interceptado por un par de brazos alrededor de su cuerpo
-¡Gracias a Dios que estás bien!-exclamó aliviada la pelinegra mujer con lágrimas en sus ojos-¡Ahora dame una excelente razón para no castigarte!-y Arimi cambió rápidamente su faceta de madre preocupada a madre furiosa. Yuu se acercó y apartó a su mujer con delicadeza, pidiéndole que se tranquilizara; su mirada gris afilada se posó rápidamente en el Alfa rubio de ojos dorados y se acercó a zancadas
-Más te vale que no le hayas hecho nada indecente a mi hijo-gruñó con los dientes apretados
-Papá, Kise-san me trajo a la casa. Me peleé con Kagami-kun y traté de marcar a la casa pero no respondían-intervino rápidamente el menor antes de que los Alfas se empezaran a matar-Me lo encontré en la calle y se ofreció a llevarme, aún cuando lo rechacé-añadió con soltura. Yuu solo atinó a exhalar una gruesa bocanada de aire atrapada en su pecho y le acarició los cabellos a su hijo
-De acuerdo, pero para la otra trata de avisarnos con antelación-pidió el peliceleste. Se acercó a Ryota y le extendió la mano, para así estrecharla-Gracias, y espero que no haya más rencores-espetó con firmeza, mientras sacudía manos con el rubio
-Sin problemas-sonrió el rubio; ya estaba dando grandes pasos
*Nota de autora*
¡Holi!¿Querí pololi?
Bueno ya, he estado ocupada pues he asistido a infinidad de eventos y salí múltiples veces de mi casa (más que nada por las compras de navidad) así que he estado ausente
Espero les haya gustado el capítulo de todo corazóm, y para el otro voy a centrarme en Akashi y su...posible encontrón con Murasakibara...
¡¡BESOS, PINGULOCA!!
P.D: PinguLoca les desea Feliz Navida y Próspero Año Nuevo <3
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Nuestra raza
FanfictionKuroko Tetsuya es un adolescente Omega común y corriente. Al cumplir los 17 años, es el día en que es sometido a las costumbres y tradiciones de su raza; pero ese no es el mayor de sus problemas, pues 3 Alfas ya lo han reclamado como suyo y no sabe...