*Nota de autora*
¡¡¡¡WNNNN!!!!
Me demoré hartísimo en hacer este cap, así que espero me perdonen la atrasada :P
Un llanto infantil se hizo resonar por la pequeña habitación, y un muchacho pelicastaño de 19 años se levantó de la cama individual para acercarse a la cuna y recoger a un pequeño de cabellitos castaños oscuros y ojos grises
-Ya voy, ya voy-balbuceó el pelicastaño Omega mientras se acercaba a la cunita y tomó al infante en sus brazos delgados-Ya bebé, mamá está aquí-sonrió el joven dando botes al infante y haciéndolo reír en el proceso-Eres lo único que me mantiene estable, además de papá-sonrió para sí. Escuchó la puerta abrirse y un hombre de aspecto delicado, de largos cabellos negros y ojos chocolate se apareció en la pequeña habitación
-Oh, hola mi amor-sonrió el pelinegro acercándose al muchacho que cargaba al bebé-¿Cómo amaneció mi hermoso hijo y mi adorable nietecito?-sonrió mientras cargaba al bebé en sus brazos
-Amanecimos bien, todo en orden-contestó el adolescente
-Ryo, deberías estar alistándote para ir a la Universidad-expresó el pelinegro, aunque su mirada rápidamente se tiñó de tristeza. Ryo se acercó a su papá y le acarició la mejilla enrojecida y levemente humedecida por las lágrimas
-Oye papá, ya hiciste mucho al ayudarme con el embarazo, ¿por qué no vuelves con mi padre?-preguntó el adolescente Omega tomando a su bebé
-No...él mató la relación al no darte apoyo...y no pienso volver con alguien que no apoya a su propia familia-espetó duramente el pelinegro apretando los puños y saliendo de la habitación. Ryo quedó a solas con su bebé y se echó a llorar en silencio, echándose la culpa de todo el daño que estaba causando
Ryo Tsukiyo-Sakurai era un adolescente Omega de vida tranquila, vivía con sus dos padres, Alfa y Omega respectivamente, pero las cosas se alteraron cuando, a la corta edad de 16 años, se enteró de su embarazo. El hecho en cuestión tomó lugar en una fiesta, donde un estudiante de último año de su escuela se aprovechó de su recién descubierta debilidad al alcohol y se encamó con el pelicastaño.
El resultado fue más que predecible: Ryo quedó preñado del Alfa con el que se acostó. Shunsuke, el Alfa de la familia Sakurai, lo golpeó y lo mandó a hacerse un aborto o él mismo se encargaría de matar al bebé. Cuando estuvo a punto de darle un remate en el vientre, su pareja Omega llegó y se puso en medio de ambos
-"¡NO SIGAS CON ESTO!"-interrumpió el Omega mayor, abrazando a su hijo-"¡UN SOLO GOLPE MÁS Y ME IRÉ PARA SIEMPRE DE AQUÍ!"
-"¡BIEN, LÁRGATE CON LA PUTA DE TU HIJO!¡NO LOS QUIERO VOLVER A VER!"-y el Alfa se marchó de la casa, dejando a los Omegas a solas
Ambos cogieron sus cosas y se marcharon de la casa, hasta que Yato, el Omega pelinegro, logró conseguir su apartamento de soltero y se instaló junto a su hijo y su nieto aún sin nacer; Ryo y Yato renunciaron al apellido del Alfa y adoptaron el apellido de soltero de Yato, que resultó ser Tsukiyo
El nacimiento del bebé fue extrañísimo, pues fue durante una tormenta. Hubo un apagón en toda la ciudad de Tokio y tuvieron que recibir al bebé en el departamento, gracias a la ayuda de una vecina doctora. El bebé resultó ser un Alfa, al que Ryo bautizó como Chisato Tsukiyo; el pequeño tenía un carácter reservado y tímido como su madre, pero también era juguetón y alegre, como todo niño pequeño. En los últimos años, Ryo decidió terminar los estudios y tuvo la posibilidad de entrar a la Universidad T gracias a las becas que había adquirido, matriculándose en la carrera de Gatronomía. La decana de la facultad le brindó un servicio de guardería especial para aquellos alumnos que tenían hijos, servicio que el pelicastaño agradecía con el alma.
El pelicastaño empezó a arreglarse y a arreglar a Chisato, que no causó pataleta alguna. Al terminar de arreglarse, ambos salieron de la habitación y Ryo tomó sus cosas junto a las de su bebé, pues no quería llegar tarde a su primer día como estudiante de segundo año de carrera
La Universidad T era una de las mejores del país, donde solo los mejores asistían. Ryo se sentía afortunado por las becas que le brindaron y la posibilidad de asistir; al principio le costó adaptarse y estuvo a punto de dimitir en el primer año, pero su hijo dependía de él al igual que su papá, y no podía dejar todo de lado por sus sentimientos, aunque sonara frío
-¡Oh, buenos días Tsukiyo-kun!-saludó la decana de la facultad, una Alfa de cabellos opacos, ojos afilados y porte severo, pero muy comprensiva y cercana con su alumnado
-Buenos días Shizuru-sensei-saludó Ryo, dando una reverencia respetuosa, acción que su pequeño imitó
-Me alegra verte de nuevo Tsukiyo-kun-saludó-¡y a tí también pequeño Chisato-chan!-la Alfa acarició los cabellos del infante y sonrió al ver al pequeño saltar-Bueno, te dejo muchacho, debo darles la bienvenida a los de primer año, y te agradecería que los ayudaras en este proceso. Esta semana será toda una locura-sonrió la mujer mientras se retiraba
En efecto, la bienvenida a los novatos fue una gran locura, y todavía faltaba el resto de la semana; los estudiantes de cursos superiores solo fueron a sacar algunos papeles y trámites para el inicio oficial del año escolar, así que Ryo se retiró temprano junto a su hijo, el cuál ya daba indicios de estar con hambre. Tan animado estaba que no vió que una sombra lo estaba siguiendo, una sombra que lo miraba lleno de añoranza pasada
El Omega pelicastaño se detuvo en una tienda de conveniencia y compró unas galletitas y dos botellas de soda para el camino, y se sentaron en la banqueta, viendo los autos pasar
-¡Mami, galletas!-pidió el menor de cabellos castaños dando saltos en la banqueta
-De acuerdo bebé, pero recuerda nuestro trato
- Sí mami-contestó el pequeño Chisato, dándole un trago a su botella y mirando los autos pasar. Ryo contemplaba a su hijito, hasta que su celular empezó a vibrar contra su bolsón. Lo buscó entre sus papeles y documentos, hasta dar con un Smarthphone de carcasa blanca y descubrir un mensaje de un número anónimo
"¿Podemos juntarnos a conversar?...Es urgente..."
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Nuestra raza
FanfictionKuroko Tetsuya es un adolescente Omega común y corriente. Al cumplir los 17 años, es el día en que es sometido a las costumbres y tradiciones de su raza; pero ese no es el mayor de sus problemas, pues 3 Alfas ya lo han reclamado como suyo y no sabe...