*Nota de autora*
¿Han escuchado la frase "la primera impresión es la más importante"?
Pues Aomine va a violar esa regla (je, chiste de violar)
Los Alfas eran peligrosos, pues no obedecían pensamientos, sino instintos; un Omega sin marca debía estar preparado para el peor escenario si estaba frente a un Alfa que le resultara una amenaza. Tetsuya frunció levemente el ceño y llevó una mano a su gargantilla, apretándola con algo de fuerza y rozando una piedra celeste con su índice
-Le agradecería que me hablara con un poco más de respeto, Aomine-san-suspiró el peliceleste Omega-Puede que sea usted un Alfa de clase y yo un Omega humilde, pero de verdad apreciaría un poco más de cuidado en su semblante-El moreno Alfa abrió sus eléctricos ojos con asombro, pero después se acercó al menor y lo acorraló contra la escalera y su cuerpo
-Una fierecilla-sonrió mientras sacaba la lengua y la deslizaba por la mejilla contraria del menor, arrancándole un jadeo virginal de sus labios rosados. Yuu gruñó y empujó a aquel bestia que se atrevió a tocar a su hijo, mientras que sus deseos de destrozarle la traquea a mordiscos se hicieron presentes en su ser; los Alfas con familia son territoriales por naturaleza, y son capaces de llegar a matar cuando un miembro de su familia se veía amenazado de alguna manera, en especial si son sus hijos Omegas
-Aléjate de mi hijo-siseó con saña el Alfa de cabellos claros y Arimi trató de tomar el brazo de su marido y apartarlo; estaba igual de molesta que su esposo por el acto de ese sujeto, pero debía controlarse, pues las cosas podían ponerse locas si Yuu se peleaba con el moreno de clase superior. Cuando las hormonas de ambos Alfas se tranquilizaron un poco, Arimi exhaló una bocanada de aire atrapada en su pecho y guió a ambos al comedor, para que pudieran tener un intento de "conversación civilizada"
Tetsuya estaba bastante ausente en el diálogo de sus padres con aquel Alfa moreno que le deslizó la lengua por su mejilla; su vista estaba en la ventana, puesto que a su mejor amigo se le había olvidado su regalo de cumpleaños y ahora se paseaba por la ventana, con una caja grande de papel celeste y varios agujeritos hechos en la tapa y apartada de su rostro por varios centímetros de espacio. A menudo algunas risillas se le escapaban por la garganta haciéndole quedar como tonto ante el moreno de ojos azules, pero no podía importarle menos
-¿Cuantos años tienes?-preguntó Daiki con una mano en su barbilla y el codo en la mesa
-17, los acabo de cumplir-respondió llanamente el peliceleste; el Alfa que lo estaba cortejando buscó en los bolsillos de su chaqueta y dió con una cajita pequeña, entregándosela al adolescente
-Póntelo cuando te sientas a gusto-replicó el ojiazul con cierto brillo en su mirada socarrona, a lo que el padre del Omega soltó un bufido grueso
-Oye petulante, ni siquiera te ha aprobado para que le regales cosas-soltó Yuu con remarcados celos paternales
-Ay cielo, Aomine-sama solo está obsequiando algo para nuestro hijo; Kise-sama hizo lo mismo-sonrió Arimi, ya un poco más tranquila-Es una muestra de cortesía solamente-Esa pequeña conversación fue lo último que alcanzó a registrar el Omega peliceleste en su mente
Aomine se despidió con un beso en la frente pálida del menor y le susurró un "te veré luego", para salir de la casa en compañía de su moto. Yuu estaba mentalmente aliviado de que ese mocoso hiperdesarrollado se hubiera ido de la casa, y no tuvo reparos en expresar su alegría
-¿Esos son todos los candidatos de hoy?-preguntó el Alfa ojigris, echado en el sillón y esperando a su esposa
-Creo que eran todos, a no ser que quieras un invitado sorpresa-dijo Arimi mientras se acomodaba en el sofá, metiendo el dedo en la llaga y ganándose un gruñido de su marido-Ah por cierto, Kagami-kun te estaba buscando, lo ví paseándose varias veces por la ventana-señaló a su hijo, haciéndolo sonrojar con suavidad-Y me parece que trae tu regalo de cumpleaños
-Ya lo recibo-espetó el Omega, saliendo de la casa por la puerta trasera. Kagami estaba plantado en el jardín de la casa, con aquella sonrisa ancha y alegre, además de andar con la caja en sus manos-Buenas tardes Kagami-kun-saludó el peliceleste
-Hola Tetsu, lamento no haberte saludado por tu cumpleaños como corresponde-se apenó el pelirrojo-pero te traje tu regalo; en realidad es un regalo de parte mía y de tus padres, por ser ellos quienes me dieron permiso de traerlo-Tetsuya arqueó una ceja mientras recibía la caja de su mejor amigo y la abría, topándose con un pequeño cachorrito de Husky Siberiano. El perrito era un cachorrito de pelaje blanco y negro, con unos bonitos ojos azules y un collar rojo en su cuellito
-Pero...¿cómo lo...no sé que...-el Omega se sonrojó con brutalidad, pues el hecho de que su mejor amigo le haya regalado un cachorrito y lo tuviera todo el tiempo con él, considerando su fobia a los perros, hizo el gesto muchísimo más valioso
-Tus padres me dejaron regalarte un perrito, en la escuela siempre decías que querías uno. Hablé con ellos, fuí a la perrera y adopté al primero que me llamó la atención por completo-era el turno de Taiga el de sonrojarse al ver la tierna carita apenada de su mejor amigo Omega-y espero de todo corazón que te guste-sonrió el alto pelirrojo de piel bronceada
-Gracias Kagami-kun-tomó al cachorrito entre sus manos y se paró en puntitas, para capturar la colorada mejilla de su mejor amigo en un suave y casto beso-Y gracias por adoptarme-hizo una voz infantíl para hablar por el perrito y acercarlo a Taiga, que se alejó un buen par de metros de esos dos. El ojirrojo solo bufó y sonrió, acercándose a su mejor amigo al fin y pra felicitarlo por sus 17 años
-Feliz cumpleaños amigo-se acercó a Tetsuya para abrazarlo, pero no pudo-¿Podrías soltar a tu perrito para poder abrazarte?-pidió de forma lastimera; siendo un Alfa, era bastante vergonzoso su manera penosa de interactuar con su mejor amigo, y en especial si se trataba de algún asunto en relación a su estúpida fobia. Tetsuya sonrió y bajó al cachorrito, para abrazar al Alfa de ojos rojos, cuyo corazón latía fuertemente al recibir unas suaves caricias en sus desnudos brazos
Daiki llegó a su departamento y su sonrisa se encanchó de forma grotesca; ese Omega fierecillo le gustó, pues además de carácter poseía belleza, haciéndole ganar varios puntos a su favor. Sacó su celular y se mensajeó con su padre, diciéndole que ya había encontrado a su Omega, pero que ahora debía cortejarlo apropiadamente, y si se lo arrebataba al pendejo de Ryouta, ya se podía dar por satisfecho
*Nota de autora*
¡Espero de todo corazón que les haya gustado el cap y lamento la tardanza!
Y ahora una interrogante, ¿debo seguir con la historia de Tetsu o empezar a narrar las peripecias de Akashi?. Ustedes díganme :D

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Nuestra raza
FanfictionKuroko Tetsuya es un adolescente Omega común y corriente. Al cumplir los 17 años, es el día en que es sometido a las costumbres y tradiciones de su raza; pero ese no es el mayor de sus problemas, pues 3 Alfas ya lo han reclamado como suyo y no sabe...