I (Tetsuya)

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31 de Enero, un día que ha estado temiendo por meses.

Hoy era el día en que le buscarían pareja de nueva cuenta; sus padres le insistían en que debía mantener la tradición de los Omegas, el de buscar una pareja respetable para poder sobrevivir. Le decían que siendo Omega de clase baja no podía aspirar a nada, era la maldición de los de su raza, algo que siempre le decía su madre Omega cuando charlaba con ella a solas

-Esto apesta-suspiró el muchacho en su cama con fastidio, tallándose un ojito azul claro. Se sentó en la pequeña cama individual y exhaló un bostezo. Mirando su austera habitación y pensando en qué momento de su vida alguien le había escogido pertenecer a la raza más débil del eslabón piramidal; bufó una última vez antes de poner los pies fuera de su cama


Bajó las escaleras sin muchas ganas, así que no le importó mucho el grito de su madre

-¡Estas no son fachas presentables Tetsu-chan!-exclamó Kuroko Arimi, una mujer menuda de cabellos negros y ojos azules, quien a pesar de su aspecto delicado era muy distinta de las demás Omegas; era fuerte, decidida e impetuosa. Muy distinta a las demás, y la principal razón por la que su padre se casó con ella, rompiendo el molde de los Omegas sumisos de forma excepcional-¡Deberías alistarte para ver a tus futuros prometidos!-chillo mientras le servía algo de comer a su hijo; el muchacho agradeció la comida y empezó a comer. Tetsuya a veces se preguntaba por qué su madre se alteraba tanto por algo que solo le concernía a él exclusivamente, pero si se lo preguntaba mejor, tenía sus razones

Tetsuya era hijo de un Alfa humilde, que se casó con una Omega también humilde; sus padres pasaron por ciertas dificultades económicas como cualquier familia, así que contaban con la posibilidad de tener un hijo Omega. Para su suerte, nació Tetsuya, un muchachito de cabellos celestes y brillantes ojos azules. Sus padres se sintieron regocijados, pues gracias a su hijo Omega, ya no tendrían preocupaciones.

Era bien sabido que varios Alfas de clase alta estaban dispuestos a casar a sus hijos con Omegas de clase baja, con tal de tener una buena descendencia; para ello les pagaban dotes a las familias con hijos Omegas, para que estos pudieran mantenerse por varios años. Tetsuya no era la excepción a esa regla, y en el momento en que tuvo su primer celo, ya estaba siendo cotizado por varias familias de Alfas poderosos

-Mamá por favor, no hagas tanto escándalo-chistó el menor, con una indescible cara neutra

-Aunque no me guste la idea, tu madre tiene razón-asintió Kuroko Yuu, un imponente Alfa de cabellos azules claros y ojos grises. Igual a todos los Alfas en realidad, pero con un grado de humildad bastante más alto que cualquiera de lo de su casta-Debes prepararte para el que algún día será mi "yerno"-e hizo las comillas en el aire con la palabra, como si fuera un amargo veneno; como todo padre Alfa, odiaba y temía la idea de que su hijo, un Omega pequeño e indefenso, se casara con un Alfa bruto y sin consideración por su voz y voto. Preferiría que su pequeño se casara con un Beta, pero las malditas leyes se lo prohibían-Por cierto, felíz cumpleaños-sonrió el peliclaro con una suave risilla y un abrazo al menor, saboreando el suave aroma a dulce y azúcar que pertenecía a su primogénito

-Gracias papá-sonrió Tetsuya, devolviendo el abrazo; su madre le devolvió también el abrazo, además de ponerle frente a este su favorito personal, un batido de vainilla grande, como a él le gustaban tanto-Y gracias a ti también mamá...Prometo que daré lo mejor de mí...o al menos trataré...-

-¡Así me gusta!-aprobó el padre, dándole una palmada en la espalda a su hijo-Ahora termina de comer y vete a alistar, porque muy pronto llegarán algunos candidatos

-Está bien-contestó el menor mientras terminaba su batido con una risita

Sin pensar que tal vez su día sería de todo, menos aburrido


Un suave toquido a la puerta principal se hace resonar en la pequeña casa. Arimi abre la puerta y se topa con un muchacho alto y moreno, de cabellos y ojos rojizos y unas extrañas y divertidas cejas bifurcadas

-Hola Taiga-kun-saludó la mujer, con una suave sonrisa

-Buenas tardes Arimi-san-saludó el muchacho con una leve reverencia a la Omega-¿Está Tetsuya?-preguntó

-Está alistándose, hoy tiene algunas entrevistas de matrimonio-volvió a sonreir aquella mujer, haciendo pasar al muchacho-¿Qué ha sido de tu día Taiga-kun?-preguntó la chica

-Lo mismo; trabajar para mantener a mi familia, ser acosado por un montón de Omegas calenturientos, sin ofender Arimi-san. Lo de todos los días-resopló el pelirrojo de mayor estatura con un ademán de la mano y una mueca de fastidio

-Pero es que eres muy guapo Taiga-kun, además de que estás en la edad perfecta para casarte. Muchos jovencitos desearían tener tu suerte-replica la pelinegra

Kagami Taiga era un muchacho Alfa bastante afortunado; a pesar de ser un chico de familia también humilde y trabajadora, poseía unos rasgos que lo hacían bastante atractivo, además de una futura fortuna a sus espaldas. Su familia era dueña de unos terrenos agrícolas, y muy pronto, heredaría aquel imperio; aunque no estaba en los planes del joven sentar cabeza todavía. Su más grande anhelo era conocer el mundo en compañía de su pareja ideal, su otra mitad, su complemento

-"¿¡Con quién estás mamá?!"-preguntó Tetsuya desde las escaleras

-¡Taiga-kun vino a visitarte!-contestó la mujer-¡Ven a saludarlo!

El peliceleste menor bajó las escaleras y Taiga, de forma inconsciente dejó escapar un suspiro al ver a su amigo de la infancia. Tetsuya siempre le pareció delicado de apariencia, pero ahora lucía casi como un mñequito con ese pantalón amarillo largo y apretado, la camiseta de rayas rojas que le obsequió para su cumpleaños hace un año y ese sweater de lana blanco que parecía apretarlo demasiado en los hombros. El pelirrojo sintió su corazón apretarse contra sus costillas al verlo

-Buenas tardes Kagami-kun-saludó con una reverencia a su amigo Alfa; estaba en su educación en saludar a un Alfa con respeto, sin importar su clase social

-Ho-hola Tetsu-saludó el pelirrojo levemente azorado; Yuu bajó las escaleras a toda prisa y apretó el puño contra la mano de su hijo-Veo que ya estás listo para tus entrevistas

-Uhm, no es algo que yo quiera de todos modos-resopló el menor

-¡TETSU!-vociferó su madre, ganándose una carcajada de su marido, lo que la hizo bajar la cabeza algo apenada-¡Me encargaré de escogerle el mejor pretendiente a mi hijo!-volvió a atacar con energía

-¡Oye, no me excluyas mujer!-atacó Yuu, con un bufido-¡También es mi hijo!

-¡Pero YO lo tuve 9 meses en mi vientre y lo parí, así que YO tengo más derecho sobre el niño!

-¡MAMÁ, PAPÁ!-esta vez fue el turno de Tetsuya de atacar; Taiga seguía partiéndose de la risa al ver aquella extraña pero fascinante dinámica familiar. Una Omega poderosa, un Alfa sometido y un hijo Omega fuerte; bastante peculiar si lo preguntan a cualquiera

La puerta principal empieza a sonar, indicando que ya era la hora de la verdad. Arimi se sentó en el sillón lateral y se alisó el vestido azul claro que llevaba, mientras Yuu y su hijo se sentaban en el sofá principal. Taiga se levantó y salió por la puerta trasera de la casa, deseándole a su amigo la mejor de las suertes con su nueva pareja, y muy en el fondo de su corazón, que ninguno fuera lo suficientemente bueno para "Tetsu"



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