XVIII (Taiga/Tetsuya)

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*ADVERTENCIA*

El siguiente capítulo contiene relaciones sexuales leves...la autora recomienda la discreción del lector


Ya habían pasado casi dos semanas desde la última vez que vió a alguno de sus pretendientes, y Tetsuya no podía estar más aliviado. El día en que Aomine casi tuvo su oportunidad, su padre alcanzó a intervenir y llevó a su hijo a casa, le contó a su mujer la situación y ella, al igual que Yuu, fue categórica al prohibir el ingreso de Alfas a la casa hasta que su pequeño se sintiera mejor

Tetsuya solo iba y venía de casa a la escuela, y muy pocas veces salía a otro lado (muchas veces salía a la biblioteca o simplemente salía con Kouki a algunos lados) pero nada más que eso, claro, hasta una noche nublada...


El Omega peliceleste se había agripado, y ahora estaba en casa bajo cuidados exagerados de su madre

-¡¡No puedo creer que mi pequeño bebé se agripara!!-exclamaba la pelinegra Omega mientras se acercaba a la cama y le ponía un paño húmedo a su hijo

-Mamá, es normal, tú sabes que siempre fui muy enfermizo de pequeño-espetó el peliceleste; muchos Omegas son delicados de salud al nacer, así que no era sorpresa que las enfermedades fueran más fuertes y más duraderas en ellos

-Tetsu-chan, soy tu madre y siempre me voy a preocupar. No por nada eres mi bebito-sonrió la pelinegra mientras revolvía los cabellos claros de su hijo y este no pudo evitar mostrar una mueca. La puerta de la habitación se abrió y entró Yuu con una bandeja de comida entre sus manos, dejándola encima de la cama

-Muy bien, el pequeño principito necesita almorzar-el Omega bufó y se cruzó de brazos mientras seguía siendo "molestado" por su familia, aunque en el fondo era graciosamente cruel-Ya pequeño, no pongas esas muecas, arruinan tu bella carita-sonrió el peliclaro Alfa con cierto descaro para luego abrazar a su mujer

-Oh cierto, eso me recuerda-sonrió Arimi mientras se levantaba junto a su marido-Esta noche saldremos a cenar, así que te quedaras solo por un par de horas, o incluso es posible que no regresemos hasta mañana-y Arimi se sonrojó con fuerza y soltó risitas

-Por favor, traten de no hacerme un hermanito en el proceso-soltó secamente el Omega, sonrojando a sus progenitores y provocándoles un escándalo cardiaco


Hace un par de horas que sus padres se habían ido a cenar, y Tetsuya estaba más aburrido que nunca. Se sentía tan inútil como la tabla del cero, y eso era superar un estándar de inutilidad bastante importante a sus ojos (y se sobreentiende su preferencia por el humor negro). Agarró su celular y se puso a jugar un rato, hasta que "Supermassive Black Hole"(*) empezó a sonar con potencia contra sus manos. Miró el identificador de llamadas y no pudo evitar resoplar

-¿Qué quieres ahora Kagami-kun?-preguntó el peliceleste con hostilidad; no se había visto la cara con el pelirrojo desde hace dos semanas, y este lo bombardeaba con llamadas telefónicas y mensajes de Whatsapp, solo para hacerlo enojar

-"Kuroko sé que aún sigues enojado conmigo y..."-hubo una pausa provocada porque Tetsuya cortó la llamada en entera frustración, le quitó la batería al aparato y lo guardó en una cajonera. Se recostó en la cama y se dedicó a mirar el techo y practicar técnicas de relajación; le parecía inconcebible que "su mejor amigo" le haya dado la espalda en una situación tan crítica, y que luego volviera con la cola enrollada entre las patas rogándole una oportunidad (ignorando la metáfora de la cola entre las patas). El mismo Kagami se encargó de matar la amistad y ahora quería volver, a pesar de las cosas, y le provocaba una rabia inmensa

Se levantó de la cama y bajó a servirse algo de comer, ya que su madre tuvo la amabilidad de dejarle algunas cosas para que comiera, así que se hizo un sandwich con queso, agarró un vaso de jugo y se instaló frente a la tele a ver alguna película de medianoche, aunque se quedó dormido en el sillón de la sala justo después de comer


Taiga había llegado a la conclusión (desde hace dos semanas) de que si quería recuperar la amistad de su amigo Omega, era necesario el actuar de forma impulsiva, aún cuando las cosas salieran mal. Necesitaba sacar todas las emociones de su pecho y ahí recién estaría en paz consigo mismo. Llegó a la casa del Omega y se sorprendió al ver la puerta cerrada, la pateó y buscó otra ruta de entrada a la casa, opción proporcionada por una de las ventanas principales. Con toda la gracia y delicadeza que un joven Alfa de 190 centímetros puede poseer, entró por la ventana y la cerró, comenzando la búsqueda de su mejor amigo, encontrándoselo en el sofá, con nada más que una manta morada sobre su cuerpecito menudo y durmiendo en posición fetal.

Se acercó con delicadeza y se encontró con su apacible rostro y sus cabellos celestes revueltos contra el cojín. El pelirrojo se acostó sobre aquel menudo cuerpo, cuidando de no aplastarlo y no moverse mucho para despertarlo, deslizó la nariz por su cuello y se dejó envolver por su cálido y dulce perfume; sintió deseos de besarle los labios entreabiertos, y trató de contener sus impulsos, aunque su deseo fue mucho más fuerte y posó su boca contra la cerrada de su amor platónico. Deslizó la lengua varias veces por esos labios dulces, logrando que el Omega abriera la boca y se permitió acariciarla con la lengua.

A Taiga le estaban ganando sus más bajos impulsos, y quería poseer aquel cuerpo, marcar a aquel hermoso Omega que ha estado en su cabeza, desde lo más profundo de su corazón por los últimos años de amistad que mantenían. Sus manos no se mostraron quietas, y empezaron a recorrer el contorno por encima de la ropa, deteniéndose en los muslos y acariciándolos por encima del pantalón de pijama. Sus dedos empezaron a introducirse más y más, buscando aquellos puntos centrales de placer(*) y empezar a sacar provecho de ellos

-No te voy a entregar a ningún otro Alfa, porque TÚ eres mío-y metió sus manos más dentro del pantalón, deteniéndose en los glúteos respingados del menor y sacándole algunos gemidos ahogados con sus bocas. El dedo índice de su mano derecha se deslizó entre aquellos pliegues de suave piel hasta dar con la cavidad anal de Tetsuya, y cuando estaba a punto de introducir el dígito, un fuerte puñetazo lo alejó de su objetivo


*Nota de autora*

¡¡MATADME, ACABAD CON MI SUFRIMIENTO!!

Ya en volá, lamento tardarme tanto. He estado ocupada con la Universidad y las tareas. Pero como me suspendieron las clases para mañana (bendito temporal), publicaré el cap

Atentamente, PinguLoca :D

(*)Supermassive Black Hole es una canción del grupo Muse. Aparece en la película Crepúsculo, durante la escena del juego de baseball en la tormenta

(*)Este concepto lo explicaré en un especial, seguido del capítulo



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