Hace tiempo que no toco a Akashi o a Midorima. :)
(Puta que sonó raro por la cresta.)
(¿Saben lo difícil que es sacar capítulos para 3 fics pendientes, y que más encima se me ocurriera hacer remake de un fic antiguo y empezar la secuela de "Solo una mordida"? Si le atinan al fic que quiero remakear (??), les daré un juguito de piña. Además de trabajar en el asunto de los puntos al final de los párrafos; en mis cátedras, los profesores me han repetido que no utilizo los puntos para separar los párrafos, y al ser una carrera humanista pedagógica, necesito estudiar en ello.)
Seijuurou estaba sentado en su pupitre, mirando a la cabellera verdosa frente suyo con una mueca seria. Habían pasado un par de semanas desde la llegada de Shintarou a Rakuzan y el Alfa ya se había adaptado muy bien al ritmo de la escuela; era un estudiante destacado, responsable y cumplidor, además de contar con un pequeño grupo de admiradores lamesuelas, pero Shintarou no les daba bola; prefería pasar el día prestando atención en clases y en Seijuurou, quien ya se veía más cómodo con su presencia. A pesar de que su relación era cordial, era inevitable sentir un chispazo de atracción, por muy pequeño que este fuera; ya sea algo como un saludo levemente cariñoso o el sencillo gesto de comer juntos (que más tarde era invadido por Reo), era suficiente para ellos.
La familia de Seijuurou se mostró encantada con Shintarou, quien incluso simpatizó a Sekai, la hermanita menor del Omega pelirrojo, mimada por su familia a reventar y que detestaba a los "intrusos" (y llámese por intrusos a cualquiera que osara molestar a su hermano o a su mamá). Natsu y Masaomi se mostraron sumamente complacidos con que su hijo hacía un esfuerzo por el Alfa, y lo más gracioso de todo, es que era un esfuerzo genuino; después de la cena, Natsu le preguntó a ambos chicos si valió la pena el haberse conocido bajo la circunstancia de un matrimonio arreglado y Seijuurou sorprendió a todos al contestar.
-Aún no sé si Shintarou es mi compañero de vida, pero sé que es un buen hombre y no pierdo nada con conocerlo un poco más.
Por supuesto que esa respuesta alteró al peliverde y lo hizo sonrojar, y de paso a la familia reir. La pequeña Sekai quedó un poco perpleja con la respuesta, pero le preguntaría a su mamá por ello más tarde.
Volviendo al presente, ya estaban en el último periodo de clases del día, así que la mayoría de los estudiantes ya estaban con la cabeza en otro lado. El ansiado timbre final resonó y todos salieron, no sin antes recordar a quienes tenían deberes de limpieza del salón, así como también las actividades extracurriculares. Seijuurou y Shintarou salieron juntos, pero el pelirrojo se tuvo que separar del Alfa.
-Tengo junta con el consejo estudiantil-contestó el pelirrojo mientras se retiraba, soltando la mano de Shintarou y yéndose en otra dirección.
Shintarou salió del edificio y empezó su rumbo a la limosona que lo esperaba con dirección al hospital de su familia, pero en su camino, un muchacho se deslizó en su trayecto.
-¡¡CUIDADO!!-exclamó el chico anónimo mientras trataba de dar un freno con sus patines de línea, pero el deslizamiento inevitable logró su objetivo, el chocar con el peliverde Alfa. Se frotó su cabeza y reclamó en base a gruñidos por el dolor del impacto contra la calle
-¡¡Ten más cuidado con esas cosas!!-exclamó el Alfa molesto, levantándose y arreglándose el saco de uniforme, así como su cabello y sus gafas.
-¡Te grité "cuidado" imbécil!-atacó el muchacho sacudiéndose sus cabellos negros y se ponía en equilibrio sobre los patines de línea; sus ojos azules metalizados observaron al chico, bastante alto, de cabellos verdes y gafas de nerd negras-En fin-el muchacho se arregló la chamarra de denim y se sacudió los jeans negros-Te pido disculpas, no era mi intención chocarte, es que estas estúpidas cosas no están ajustadas-espetó el chico mientras señalaba sus patines con una mueca de desdén.
Shintarou solo miraba la chico despotricar contra sus patines y empezó a carraspear; no estaba interesado en lo que sea que este chico estaba balbuceando, pero había algo en él. Un cierto detalle que parecía llamarle la atención. Puede que sean aquellos cabellos negros como la noche, o esos ojos azules que destilaban carácter y una personalidad enérgica, pero de algo estaba seguro, ese chico tenía un algo que le atraía.
-¡¡Hoolaaa!!-el chico chasqueó los dedos frente a los ojos verdes del Alfa, haciéndolo reaccionar-¡¡Oye, parecías ido como un zombie!!-sonrió alegre el pelinegro-Por cierto, me llamo Takao Kazunari y pido de nuevo disculpas por el accidente-y extendió su palma abierta y dejó escapar una risita. Shintarou miró la mano algo renuente, pero de todas formas la estrechó; sabía que tenía que ser educado con el chico por un accidente que no tenía intención. Estrechó la mano contraria en un apretón formal.
-Shintarou, Midorima Shintarou-saludó el alto Alfa.
-¡¡Oh, el del hospital!!-exclamó el más bajito-Mi mamá trabaja de enfermera ahí-contó.
-Ya veo-espetó.
-No eres muy conversador-comentó el pelinegro-Debe ser porque te criaron para ser así-soltó de la nada.
-¿Disculpa?-escupió Shintarou de manera dura.
-Es que eres un Alfa, y se supone que a los Alfas los crian para ser los mejores-respondió el pelinegro-Creo que debe ser un estilo un poco estricto; digo, escogen con quien casarse como si fueran a comprar ropa-y el pelinegro alzó sus hombros con indiferencia. El peliverde lo tomó del cuello de la chaqueta y le lanzó una mirada muy dura e intimidante; parecía querer que se callara o sino las consecuencias recaerían en su persona.
-No eres nadie para decir esas cosas-escupió con sequedad-Apuesto a que eres un Omega débil y patético que solo abre las piernas para cualquiera-soltó con veneno, pero no se esperó el feroz puñetazo contra su persona. Cayó sentado en el suelo mientras el pelinegro se frotaba sus nudillos con furia.
-Los Alfas como tú me dan asco-Kazunari le lanzó un escupitajo al costado-Se creen la gran cosa solo por nacer así, pero le garantizo señor "me creo mucho", que yo soy mejor persona que tú-pegó una deslizada yéndose en la dirección contraria-¡Ah!, y a propósito. No soy ningún Omega que se abre de piernas para cualquiera, soy un Beta pero me da igual; si fuera Omega, estaría también orgulloso de serlo y no dejaría que algún payaso cualquiera se metiera conmigo. ¡HASTA NUNCA MIDOBAKA!-y se deslizó en sus patines hasta perderse de vista del peliverde, que estaba que echaba humo por las orejas y la naríz. Se levantó del suelo y se encaminó a su limosina; el chofer le preguntó preocupado su situación, pero Shintarou con un chasquido de lengua lo apartó, se sentó en el auto y partieron rumbo al Hospital Midorima.
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Nuestra raza
FanfictionKuroko Tetsuya es un adolescente Omega común y corriente. Al cumplir los 17 años, es el día en que es sometido a las costumbres y tradiciones de su raza; pero ese no es el mayor de sus problemas, pues 3 Alfas ya lo han reclamado como suyo y no sabe...