VIII (Shintarou/Seijuurou)

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Llegaron al hospital Midorima lo más rápido que pudieron, tratando de ignorar el hecho de que hace no más de una hora acabaron de tener sexo en el baño de una cafetería; lo que pensaba Seijuurou fue el por qué de aquello, el por qué había fallado el supresor. Sacó su celular y le envió un mensaje a Natsu, pidiéndole hablar en privado en cuanto él y su familia llegaran a la mansión

-¿Qué haces?-preguntó Shintarou

-Le dejaba un mensaje a mi "madrastra"-contestó secamente el pelirrojo. El peliverde solo asintió, entrando al edificio junto al más bajo

-¡Miren quienes se dignaron en aparecer!-sonrió Shin con afabilidad; Masaomi y su pequeña se aparecieron tras sus espaldas-¿Se divirtieron?

-Pues...sí tuvimos un poco de diversión...-contestó el Omega pelirrojo acomodándose los cabellos. Su hermanita bajó de los brazos de su padre y se lanzó a abrazar la pierna de su hermano mayor, soltando pucheros y malas caras en la presencia de Shintarou-¿Qué pasa Sekai?-preguntó mientras se agachaba a la altura de su hermanita

-¡Él es malo!-exclamó la menor-¡Él dañó a Nii-chan!-y no se soltó de la pierna de su hermano en ningún instante, mirando con mala cara al Alfa peliverde; repentinamente se sintió enfermo del estómago

-Sekai, suelta a tu hermano-reprendió suavemente Masaomi, ganándose los más dolorosos ojitos llorosos de pequeña princesa que un padre podía recibir-Ya ya, tranquila, no era tan en serio el regaño-carcajeó suavemente ante la expresión que puso su hijita-Pero en serio, ¿acaso pasó algo de lo que deba enterarme Seijuurou?-preguntó el Alfa de cabellos oscuros

No, nada serio-repuso el pelirrojo con tranquilidad-"a este paso me darán un diploma por saber mentir"

-De acuerdo-interrumpió Shin animosamente-en un par de días contactaré a Akashi-san y nos pondremos de acuerdo con los tratos prenupciales. Ojalá hayamos quedado en buen acuerdo y espero más negocios con usted Akashi-san-sonrió el médico de ojos azul metálico mientras apretaba la mano de Masaomi

-Bueno, nosotros nos retiramos. Muchas gracias por recibirnos-tomó a Sekai de la mano y salió con ella del hospital-Seijuurou, apresúrate-espetó Masaomi al ver a su hijo plantado en la entrada del hospital; el joven Omega soltó un suspiro y se alejó del Hospital Midorima junto a su padre y su hermana

Al llegar a casa, fueron recibidos por una cena recién hecha, cortesía de Natsu. Para Seijuurou, las cosas se pusieron en voice-off, como si alguien en vez de él le dijera qué hacer y qué no. Se mantuvo al margen de la cena y esto llamó la atención de Natsu, quién miraba preocupado a su hijo. No solo eso fue lo que preocupó al pelirrojo, sino que también el chico se veía profundamente abstraído y desorbitado, pues en todo lo que quedó del día no había dicho ni pio, ni siquiera a su hermanita, y Seijuurou AMABA a su hermanita

-¿Por qué no me hablan del chico-?-pidió el Omega mayor con una sonrisa durante la cena, dirigiéndose particularmente a su hijastro-¿Alcanzaste a pasar un rato con él?

-Pues...es un buen chico...-balbuceó la respuesta Seijuurou, dejando a su "madrastra" bastante descolocado


Natsu tenía la costumbre de ser el último en irse a dormir por su mal hábito de haber trasnochado mucho en su juventud; Masaomi lo había llamado para irse a dormir, pues ya pronto sus noches sin descanso le pasarían factura. Se dirigía a su dormitorio cuando una luz encendida le llamó la atención. Tocó la puerta, descubrió que estaba entreabierta y se topó con la silueta de su hijastro, recostado de espaldas y mirando el techo

-¿Estás bien Sei-chan?-preguntó quedamente Natsu, sentándose en el lecho y acariciando las rojas hebras del menor

-Yo...lo hice...-susurró el Omega, dejando a Natsu confundido-...me acosté con alguien...y, y el supresor no resultó...-Seijuurou empezó a llorar suavecito contra las colchas, provocando en Natsu una exclamación-¿Qué voy a hacer?-le pegó un suave mordisco a la colcha y estalló en lágrimas otra vez

Nuestra razaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora