III (Daiki/Tetsuya/Ryouta)

2.4K 162 17
                                    

Kise Ryouta salió de aquella casa, sintiéndose el imbécil más feliz de la faz de este planeta. Había tenido un golpe de suerte al ver a ese estoico pero tierno Omega; si la vida le sonreía, ya sería su esposo en solo un par de días y por primera vez, se sentía contento por ser Alfa. Estaba saliendo de la calle al son de brincos e inexplicables brillitos y corazones que abandonaban su cuerpo, ganándose algunas risas y miradas a su alrededor, pero poco le importó. Cuando se acercó a su lujoso Camaro, se topó con una suerte de risotada burlona que se le hacía enfermizamente familiar

-Al parecer los tontos nunca cambian-siseó aquella voz profunda y grave que ya empezaba a maldecir. Se dio una vuelta y a sus espaldas se encontraba un hombre, un Alfa por su aroma fuerte y robusto.

La complexión de ese hombre era igual a su aroma, fuerte y robusta. Sus cortos cabellos azules combinaban con aquellos ojos azul eléctrico que poseía. En sus brazos llevaba una suerte de enredaderas con diseño tribal que le llegaban hasta el cuello y contrastaban con su piel morena; portaba una sonrisa de superioridad que haría que cualquiera se sintiera asqueado. El recién llegado se recargó en su Ducati Superbike 899(*) de color negro y blanco

-Ryouta-saludó el moreno con una entonación similar a su risa mientras seguía recargado en su moto

-Daiki-correspondió el rubio la misma intención-Veo que te ennegreciste-comentó para atacarlo

-Y tú te sigues viendo como quinceañero feo de boy-band-replicó el otro siguiéndole el juego-¿Qué te trae a este barrio tan humilde? Porque me imagino que debiste estar muy desesperado para venir acá, siendo un Alfa de clase y toda esa mierda

-Respondí una solicitud-respondió el rubio Alfa mientras que su "acompañante" chasqueaba la lengua y se rascaba una oreja

-¡Oh vaya!-sonrió despectivo-Yo igual estoy por lo mismo-el moreno rebuscó en su celular y sacó una foto de la misma carta que recibió el Alfa de ojos dorados; Kise ensombreció su semblante al leer el apellido Kuroko en la foto

-¿Acaso no estás mayorcito para salir con niñatos?-atacó con mordacidad-Según escuché, tenías a una Omega muy hermosa a tu lado

-¿La fastidiosa de Satsuki? Baah, lo corté hace unos días-contestó llanamente el peliazul-Mi viejo insiste en que deba pensar con la cabeza, y no con la que tengo entre las piernas. Son cosas mías-añadió como si fuera una simple charla trivial entre amigos, aunque en realidad no lo eran, ni en la más extraña de las maneras-Bueno, si no te importa, tengo una cita-el moreno tomó su casco blanco y se lo colocó en su cabeza, para acercarse a su moto y seguir su camino, dejando a un Alfa rubio con el ceño fruncido


-Bueno, eso ha salido bien-replicó Arimi con una suave sonrisa, viendo a su esposo e hijo, ambos congelados en su posición, uno con un penoso sonrojo en el rostro-Oh, deberías abrir el regalo Tetsu-chan-sonrió su madre acercándose al que, aún tras cumplir 17, era su pequeño

Tetsuya tembló y asintió; la pequeña cajita era roja y tenía un pequeño pero bonito listón con detalles de hilos dorados. El peliceleste deslizó el lacito y abrió la cajita, encontrándose con una pequeña gargantilla de Tanza(*) recubierta de piedrecitas de color celeste. El chico sonrió y le pidió ayuda a su padre para colocársela. Al atarla, sintió la suave caricia de la plata contra la piel de su cuello, además de las piedrecillas que resbalaban contra la misma

-Es muy bonita-replicó Yuu con una sonrisa suave pincelarse en sus labios-El chico tiene buen gusto-se vió forzado a admitir. Su hijo simplemente se quedó en silencio, en un estado profundo de latencia mientras tocaba la joya con la punta de los dedos

-Mamá, ¿sábes algo sobre mi próximo pretendiente?-pregunto el Omega más bajo

-Uhh, no se ha comunicado con nosotros-respondió la pelinegra con un dedo en su sien derecha-Pero creo que ya debe estar por la ciudad

-¿A qué te refieres?-preguntó Tetsuya con la ceja arqueada

-Según oí, el chico es hijo de un importante hombre de negocios; hace unos meses salieron de Tokio pero ya deberían estar de vuelta

-Ahm, de acuerdo-contestó el menor, aún con la mano en la gargantilla atada a su cuello y una mirada risueña, hasta que oyó la madera de la puerta ser golpeada-Ah, debe ser él-espetó el peliceleste Omega


Aomine llevaba unos 5 minutos parado en la puerta de aquella casita y sentía una exasperación que no era propia de este mundo; hablábamos de un Alfa impetuoso y de una personalidad tan agría como su ceño fruncido tras el casco. Pero no era su culpa que su personalidad se hubiera desviado, eran cosas de su vida la que lo hastiaban y lo orillaron a ser como era ahora

Aomine Daiki era el hijo mayor de una importante parejas de Alfas; su padre Aomine Masaru, se casó por medio de un arreglo entre familias poderosas. Su madre, Aomine Keiko, a menudo manifestaba su desagrado por su marido y fue infiel muchas veces, por lo que el joven hijo que tuvieron, aquel muchachito moreno de ojos azules, creció en un hostíl ambiente. Su único consuelo era su hermanita Omega, una dulce niñita llamada Aomine Yuuki, a la cual juró proteger con su alma. Daiki a su 23 años, se había vuelto un tipo amante de los problemas y la vida fácil, pues con su poder de Alfa, podía atraer a Omegas dóciles que se le tiraban a sus pies con un chasquido de sus dedos, aunque ninguno lo satisfacía como quería; jamás supo el por qué

Las leyes lo orillaron a escoger pareja de acuerdo a su nivel social, pero él, con una ayudita de su familia, logró zafarse y darle el privilegio de escoger su pareja; odiaba a sus progenitores, pero adoraba las ventajas con las que nació

Dejó de pensar en su pasado en cuanto una mujer menuda de cabellos negros lo saludó; era muy linda, pero se notaba que estaba marcada, el Alfa receloso a sus espaldas la delataba. Se quitó el casco y expuso su rostro, frío y duro como el acero

-Buenas tardes Aomine-sama-saludó respetuosamente la Omega de cabellos negros con una reverencia y una sonrisa, dejándolo entrar a la casa-Bienvenido a nuestra casa y le presentó a mi esposo Yuu-el Alfa peliceleste lanzó un bufido ante la expresión sardónica de aquel extraño-y a mi hijo Tetsuya

Aomine alzó las cejas al ver a aquel lindo muchacho, pensó en lo lindo que se vería cubierto de sudor y con su miembro entre las piernas. Se relamió el labio sin llamar la atención y sus ojos eléctricos recorrieron al adolescente Omega frágil y menudo que le proyectaron

-Tú debes ser Tetsuya-espetó el moreno, con un tono de clara superioridad que a Yuu le dió mala espina, al igual que a Arimi

Esto se iba a salir de control...muy de coltrol...


*Nota de autora*

Miren, lamento tardarme el publicar, pero el capítulo tuve que cortarlo pues el borrador inicial era bastante mas largo de lo original. Hoy en la noche subo el siguiente capítulo, así que espero les guste :D

PinguLoca


(*)Una gargantilla de Tanza es una joya hecha de metal forjado, usualmente plata o acero, y decorada con piedras alrededor del tramado de la gargantilla



Nuestra razaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora