Capítulo 26

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Los días habían pasado y Hannah ya volvía a ser la misma de antes conmigo, me contó lo que había sucedido entre mi hermano y ella, todo comenzó un día en una fiesta que tuvimos aquí en mi casa, mi hermano le dijo que ella era muy bonita y que le gustaba, Hannah pensó que era una mala jugada del alcohol que Jonh había tomado, pero días después Jonh le mandó un mensaje diciéndole que lo que le había dicho era cierto. A Hannah desde hace tiempo le gustaba pero sólo un poco, y con ese mensaje sus sentimientos solo regresaron a ser más intensos. Después cuando le conté que Jonh tenía novia, ella se decepcionó y lloró un par de veces pero como una guerrera se liberó de ese dolor. Pero mi hermano volvió a ser tan idiota y sin darse cuenta la ilusionaba con pequeños detalles, hasta ese día de la pijamada que fue cuando los sentimientos de ambos explotaron y se besaron, Hannah sintió desvanecer el mundo a sus pies sin embargo no considero que mi hermano haya sentido lo mismo, pues aquel beso no había tenido ninguna reacción que yo pudiera notar días después.

-Deberías olvidarte de Jonh.-le dije mientras caminábamos para nuestras respectivas casas, esta vez habíamos decidido no tomar el bus para poder platicar más tiempo.

-Lo sé cariño, pero no se puede ser fuerte con alguien cuando es tu debilidad y menos si insiste en ilusionarte.-respondió

-Mi hermano es un idiota.-dije pues lo creía. Él, que se la pasaba diciendo que ningún hombre debía hacerme eso es lo único que él hacía con Hannah.

-En fin.-respondió Hannah volviendo a su alegría de siempre.-¿Qué tal vas con Ian?

Una sonrisa se dibujó en mi rostro instantáneamente.

-Es un idiota presumido.-dije sonriendo recordando los días que hemos pasado juntos.

-Aja, ya lo veo, ese idiota presumido te tiene coladita hasta los huesos.-dijo dándome un golpecito en el hombro.

-De hecho hoy lo veré.

-¿Dónde?

-Iremos a tomar un café, a las 7 lo veré en el parque cerca del fraccionamiento.

-Ulala.-comentó Hann.-Pues diviértanse, le mandas mis saludos al cretino.

Al llegar a la calle donde vivía Hann, me despedí de ella y continué mi camino sola hasta mi casa donde mamá me aguardaba con la comida ya hecha, pronto comenzaría a trabajar en una boutique de una vieja amiga suya, Jonh y ella habían discutido un poco respecto a eso pues mi hermano creía que era porque el dinero que él ganaba no era suficiente, pero mamá le dijo que no era eso, más bien, le molestaba pasar todo el tiempo encerrada en casa y un trabajo con una amiga no le caería nada mal. Yo intenté convencer a Jonh de igual dejarme trabajar pero él no cedió, así que yo seré la encargada de la casa cuando mamá empiece a trabajar.

Después de una charla satisfactoria con mamá, subí a mi habitación a realizar la tarea para el día siguiente, y al terminar, me arreglé para mi encuentro con Ian, comenzaba a hacer un poco de frío, así que me coloqué unos vaqueros y mi abrigo café junto con mis botines del mismo color. Salí directo a nuestro punto de reunión y ahí estaba él, con un pantalón color mostaza y su chamarra gris, contestando una llamada telefónica, cuando se dio cuenta de que me acercaba, él caminó unos pasos hacia mí y colgó.

-Hola pequeña.-me depositó un beso suave en los labios.

-Hola amor.-contesté. Me ofreció su brazo para llegar hasta donde estacionó el auto.-Hannah te ha mandado saludos.-comenté.

-Ah, dile que me alegra que este mejor.-encendió el auto y condujo hasta la cafetería a la que siempre solíamos ir.

Era bastante grande, con fotografías de los clientes que más la visitaban y donde nosotros ya ocupábamos un lugar en esa pared, por supuesto también tenía unas hermosas mesas con sillas acolchonadas, y ese delicioso olor a café, tan embriagador como el perfume de Ian.

Ordenamos lo que íbamos a tomar y esperamos a que llegaran nuestras bebidas.

-Te tengo una noticia.-dijo Ian tomando mi mano.

-Te escucho.-dije cuando llegaron nuestras bebidas. Cada quien tomó lo que le correspondía y tomamos un poco.

-Me voy de tu casa.-dijo sin más.-Me trasladaron a otra ciudad.

¿Qué? ¿Se va? Mi corazón se detuvo por un momento y hasta el tiempo pareció detenerse. Se iba y nos dejaríamos, me perdí en mis pensamientos y solo escuché el sonido de la cuchara chocando con el suelo...



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Sabor a prohibido (#Wattys2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora