Vida mágica. (Draco Malfoy)

IX

— Te estás autocompadeciendo?

— Eres un idiota — rodé los ojos. 

— Y como pretendes que sea Dursley?, como tu santo primo y sus amigos? No necesito que todos se estén arrodillando frente mío mientras camino. 

— Que mentiroso! — repliqué — es justo como te tratan tus compañeros de casa!, creen que eres un tipo de ser superior, un miembro de la realeza, las chicas se empujan unas a otras por caminar a tu lado y los que no son de tu cerrado grupito de amigos ni siquiera se atreven a mirarte a los ojos!

— Lo hacen porque quieren hacerlo, no porque creen que voy a salvar el mundo — habló, indiferente.

Tenía razón. 

— Vamos ____, tengo razón? 

— No. 

— Claro, en tu pequeña cabecita estás alabando mi sinceridad. 

— A Harry lo quieren porque es buena persona. 

— Tu primo tampoco es el más humilde, su ego ha sido alimentado con eso de ser el Jesucristo de los magos desde que entró a este colegio, si hubiese sido un simple mago y hubiese quedado en Slytherin sería uno más del grupito que no se atreve a mirarme a los ojos. 

— Pero no lo es, es mejor que tú y no puedes lidiar con eso. 

— Si estás tan segura de lo bueno y valioso que es Potter, entonces por qué te odias a tí misma? Si son iguales.

— No estoy ni cerca de ser como Harry. — cuando esto se volvió una conversación? — sus padres eran magos, mis dos padres son muggles. 

— Oh claro, eso.  — asentí levantando las cejas. — Tengo que admitir que fue una agradable pelea la de esta noche Dursley, pero mañana tengo un partido de quidditch, así que me voy a dormir. — dijo pasando por mi lado para dirigirse a la escalera. 

Bajó los escalones y yo volví a mirar el paisaje, apoyada en un pilar. Escuche pasos otra vez y giré sobre mis pies para volver a encontrarme con Malfoy. 

— Dursley. 

— Malfoy. — respondí un poco fastidiada, sí que tenia resistencia para seguir discutiendo.v

— Mañana a aquí, a la misma hora? — preguntó. 

Qué?

— Claro — eso salió de mi boca sin el permiso de mi cerebro, pero cuando preparé un insulto y corrí a las escaleras el ya había desaparecido por el pasillo. 

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Cuando bajé a desayunar, la mañana siguiente, Harry y su grupo estaban sentados en el borde de la mesa, medio apartados, hablando muy cerca uno del otro. Eso solo podía significar que estaban siendo paranoicos sobre algo. Tengo que acercarme. 

— Hola. — saludé con un vaso de café. 

— Harry, no creo que estés razonando bien. — dijo Hermione resoplando. 

— Es cierto, el es solo un chico, para qué le serviría? — dijo Ron.

— Está bien, qué sucede? — pregunté. 

— Harry cree que Malfoy es un mortífago — dijo Hermione. 

— Sí claro — solté una carcajada — solo piensa en sí mismo, solo sacaría de sus casillas a Voldemort. 

— Pero su padre es un mortífago — acentuó harry chocando su dedo índice con la mesa. 

— Creo que lo odias demasiado — dije hojeando un ejemplar de El Quisquilloso que estaba sobre la mesa.