Vida mágica. (Draco Malfoy)

XI

Hola!! Actualización rápida, capítulo corto. Estoy en vacaciones así que estoy escribiendo compulsivamente. Comenten mucho y subo el siguiente!. 

Gracias por sus comentarios y likes :D me inspiran a seguir subiendo. 

Feliz Año!

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— Qué fue eso? — preguntó Ron. 

— Ayer Pansy Parkinson y su grupito me dijeron que no me librería de ellos ni si quiera fuera de la escuela. Aunque solo están molestando, no se aparecerían por un barrio muggle solo para decirme sangre sucia. — inventé. 

— Vaya idiotas — bufó el pelirrojo. 

— Me supongo que lo de buen viaje era entonces porque no viajarán en el tren. — dijo Hermione. 

— Estás segura de que no quieres venir con nosotros? 

— No te preocupes Ginny, de verdad quiero ir a casa. — dije con una sonrisa. 

— Está bien, como quieras. — respondió con un toque de, compasión tal vez? la familia Weasley estaba bien enterada de lo horrible que eran los señores Dursley gracias a Harry. 

∞∞

Ron y Harry se ubicaron automáticamente juntos en el tren, así que entré detrás de Hermione y estiré la puerta corrediza para que se cerrara. Ginny fue con sus compañeros y no la culpo, la conversación con estos tres podía llegar a ser un poco intensa. 

Luego de haber escuchado tres planes de conspiración distintos por parte de los mortífagos me paré y salí alegando que quería ir a despedirme de Lavender, Parvati y Padma; empecé a caminar lentamente por el pasillo sin algún plan específico hasta que encontré a Dean y Seamus hablando animadamente y me metí al compartimiento. 

— Hola chicos. — saludé sentándome. 

— Heyy — choqué los cinco con Dean. 

— Pensamos que te tragó la tierra luego de lo que te hizo Malfoy en el gran comedor — dijo Seamus. 

— Corrí de Harry Hermione y Ron porque no paraban de hablar de Voldemort, podemos no hablar de Malfoy? es casi lo mismo. — dije medio en broma, medio en serio. Era agotador tener que dejar a Draco como un idiota cuando al fin no se comportó como uno. 

No pasó media hora para que los dos se quedaran dormidos. «No aguantan nada» susurré, y me dispuse a mirar por la ventana melancólicamente como en película muggle. 

Realmente habían pasado muchas cosas raras este semestre. No, en realidad solo había pasado una cosa que tenía nombre, apellido, y una muy platinada cabellera. Mierda, como pasé de odiarlo por ser un completo imbécil a... que me caiga bien, por ser un completo imbécil. Porque no había cambiado en lo absoluto, solo que había pasado algunas horas con el mientras lo escuchaba maldecir. Simplemente lo admiraba cuando se mostraba increíblemente seguro de sí mismo, el de verdad creía que era el ser más divino que pisaba el mundo mágico. Por qué no podía tener yo tan solo una pizca de esa actitud? Por qué yo siempre me sentía inferior? Qué tan difícil era ser como él?. 

Lo admiraba, y tal vez me gustaba un poco. Así que me sentí estúpida.