Vida mágica. (Draco Malfoy)

XVIII

— Deberíamos besarnos ahora? — pregunté entrecerrando los ojos. 

— Por merlin no arruines mi momento _____ — claro que siempre es todo sobre él — pero sí. 

Puso los brazos sobre mis hombros y me empujó suavemente, después yo me encargué de caminar automáticamente hacia atrás hasta chocar con la pared. Apoyó ambas manos contra el muro sobre mi cabeza para luego besarme lentamente. Podría acostumbrarme a este tipo de reconciliaciones. Me quedé sin aire así que lo separé levemente. 

— Hacer esto frente al gran comedor en el horario del almuerzo es un poco extremo.

— Soy un adicto a la adrenalina. 

— Somos un poco estúpidos. 

— Y hablando de ser estúpidos, hay una salida a Hogsmeade este fin de semana. 

— Lo sé. — dije intentando regular la respiración, todavía estábamos a menos de 30 cm de distancia. 

— Deberíamos ir. — qué le sucede? 

— Sí claro. — rodé los ojos.

— No crees que es momento de dejar de vernos en la torre de astronomía a altas horas de la madrugada y utilizando hechizos desilucionadores para llegar hasta ahí? es bastante agotador. — ok, no estaba bromeando. 

— Harry va a matarme. — pronuncié lentamente. 

Se puso en posición de armar una escena, levantó los brazos y rodó los ojos cuando casualmente Lavender y un grupito de chicas más salieron del gran comedor. 

— Qué sucede _____ te está molestando? — distinguí la voz de Padma.

— Ya déjala Malfoy, ven con nosotras _____. — ordenó Lavender. 

Draco giró sobre sus pies para quedar mirándolas. — Tú si que de verdad me fastidias Brown!. 

— Lamento molestarte cuando estás molestando a los traidores de la sangre Draco pero Umbridge quiere vernos ahora. — interrumpió Parkinson. 

Él se dio la vuelta sin decir nada más y siguió a Pansy hasta desaparecer por el pasillo. 

— Ese Malfoy es un idiota — bufó Padma — vamos a la Biblioteca ____, a adelantar pociones, quieres venir? 

— Claro. 

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Estaba sentada en la biblioteca con un libro al azar abierto sobre la mesa, mientras mis amigas escribían frenéticamente sobre sus pergaminos yo simplemente no lograba concentrarme. Qué demonios le pasaba a Draco para siquiera insinuar en ir juntos, públicamente a Hogsmeade. 

Aunque a veces no sé diferenciar entre una broma de muy mal gusto y que esté hablando en serio, estaba casi segura de que no estaba bromeando, hasta iba a armar una escena y esta vez tengo que agradecer a Pansy y a Lavender por sacarme de ese apuro.