Capítulo Treinta y cuatro.-

33 4 1
                                    

Luego de ese indeseado encuentro, a los pocos minutos pudo llegar al hospital, tal como lo había planeado: la conquistaría y a la vez se haría extrañar. Se bajó del automóvil con el ramo de flores y subió directamente al piso de Jaz, había menos gente, solo familiares a los cuales conocía perfectamente y sabría que lo ayudarían con su plan. Michael lo vio llegar y se acercó a él.
-Así que empezando de cero ¿Eh?.- Dijo Michael con un brillo de felicidad en sus ojos al verlo mucho mejor después de esas horribles semanas.
-Claro que si, Jaz despertó con cierta incertidumbre y debo hacerla desaparecer, la amo y haré por ella lo que sea.-Dijo Drew sonriendo y mirando orgulloso su ramo de flores.
-Me parece excelente Drew, solo te pido que la cuides, ella es mi bebé y no permitiré que otra cosa mala le vuelva a pasar, pero créeme que si la haces sufrir ahora sí te golpearé.- Dijo Michael serio y divertido a la vez.
-No se preocupe, no lo haré lo prometo, solo la haré feliz.- Dijo Drew siendo sincero.
Al cabo de unos segundos pasó una enfermera y Drew decidió comenzar su plan reconquistando a Jaz, le entregó el ramo de flores y le indicó entregárselo a Jaz sin decir nada más. Por su parte el se sentó afuera de la habitación de Jaz a esperar el anochecer.
-Madre, ¿Haz visto a Drew de nuevo?.- Pregunto Jaz un tanto temerosa.
-No cielo, no lo he visto desde la mañana, ¿Paso algo?.- Dijo Marie mirándola fijamente intentando de sacarle la verdad de su propia boca.
-No, bueno, si, es que creo que me quiere a mí y a Dafne y tú más que nadie sabes que no me gusta ser la segunda, así que se lo deje en claro y le pedí que me dejara sola.- Dijo Jaz tristemente.
-¿Tú realmente piensas que Drew es así? ¿Viste o te dijeron algo?.- Dijo Marie dejando de ordenar la ropa de Jaz.
-No es así, él solo aparenta dureza cuando en verdad hay delicadeza, pero ese día que me secuestraron lo vi besándose con Dafne, luego de eso sali arrancando y ahí fue cuando me capturaron.- Dijo Jaz con algo de dolor en su voz.
-Lo sé, conozco a Drew, ¿Y sabes que más se? Que ella se abalanzó sobre él y que él realmente  te ama. ¿Tú crees que yo te dejaría estar con alguien que te considere la segunda? Yo creo que para Drew eres la primera y no hay más.-Dijo Marie muy segura de lo que decía.
En ese momento abrió la puerta una enfermera con un gran ramo de no me olvides, Jaz se alegró al ver sus flores favoritas delante de ella, la enfermera se acercó y le hablo.
-Jaz querida, alguien dejó esto para ti en recepción.- Dijo la enfermera sonriendo.
Jaz tomó de prisa el ramo y saco la carta, la sorpresa fue aún más cuando leyó lo que decía: "Día 1: Se que te he dañado y no haz merecido nada de eso, pero las cosas a partir de hoy cambiaran, volverás a creer en mí, volverás a querer sentir algo por mí. Te ama, Drew".
Sonrío inmediatamente después de terminar de leer la carta, sintió miles de mariposas en su estómago que amenazaban con salir sin importarles nada. Dejó su cara embobada de lado cuando se dio cuenta de que su madre la veía fijamente y sonriéndole.
-A alguien parece que le renacieron las mariposas.-Dijo Marie en un pequeño tintineo.
-Madre basta, solo fue un gesto lindo.-Dijo Jaz tratando de aminorar su sonrisa.
-Solo un primer gesto lindo de un enamorado que te hace feliz.-Dijo Marie acercándose a ella y tocando su mejilla.
-Madre, no aumentes mis ilusiones.- Dijo Jaz borrando lentamente su sonrisa.
-Hija, no se trata de aumentar tus ilusiones. Soy una mujer de edad, he visto y he vivido de todo. Créeme  que no me faltado ver a un hombre enamorado y se reconocerlos a primera vista. El lo está cariño, ¿Porque no te das una oportunidad para ser feliz? Este es tu tiempo, ve el lado lindo de estar emparejado, de llorar y de reír por amor. Hay cosas que tienes que vivir y esta es una de esas, claramente no te puedo obligar si no quieres, pero es tiempo de empezar a ser feliz.- Dijo Marie dandole un beso en su cabeza.
Así pasó dos semanas enteras en donde Drew le enviaba Flores, Osos gigantes de peluches, su comida favorita envasada, tortas y más. Todo lo que le gustaba a Jaz, Drew se lo enviaba y por las noches mientras ella dormía el la cuidaba. A dos semanas de haber empezado su plan, hoy era el último día que la sorprendería y sería el día en que ella debería escoger oficialmente si quiere estar con él o no, si no lo quería debería entender que solo la podría tener como amiga y sería demasiado difícil. Estaba sudando de nervios afuera de la cocina del hospital, ya se había hecho amigo de la cocinera, le venía hablando hace días del menú que debía haber ese día. Ambos lo planificaron perfectamente, primero ella comería su plato de fondo y luego iría por la sorpresa en el postre. El postre era un flan de vainilla con caramelo y justo al medio de él se encontraban dos anillos de noviazgo listos para comprometer su relación. Drew estaba tan nervioso que creía que en cualquier momento se desmayaría. Marie y Pattie sabían que ese día había otra sorpresa pero no sabían que tan importante era y decisivo sería. Drew ya estaba situado en la puerta de la habitación de Jaz esperando que entrara la enfermera con su almuerzo para pasar detrás de ella y preguntarle si quería estar con él. En un segundo la enfermera entro a la habitación y le entregó el almuerzo a Jaz, Jaz como siempre se comió todo su almuerzo y luego comería el postre. Drew abrió la puerta y vio que Jaz estaba mirando su postre, entro rápidamente y se puso en frente de ella, comenzó a temblar al tener la vista fija de Marie y Pattie sobre el, era el primer día en dos semanas que Drew entraba a ver a Jaz mientras estaba despierta. Jaz ni noto su presencia estaba concentrada en comer su postre favorito y pensaba que esa era la sorpresa de Drew, sonrío y se dispuso a comer su postre. Con la cuchara rompió el centro y vio los anillos, por un instante no entendió que pasaba y al segundo siguiente comenzó a temblar, levantó la vista y vio a Drew sonriendo nerviosamente.
-Jazmín McHale... ¿Quieres ser mi novia y consolidar nuestro amor con estos anillos?.- Dijo Drew intentando sonar tranquilo pero la verdad es que estaba muy nervioso.
Jaz cayó por unos segundos, los cuales parecieron eternidad para Drew, Jaz tenía un brillo especial en sus ojos, se quedo muda de la pura impresión al escuchar esas palabras oficiales de su boca. Tardó unos segundos más y se dispuso a hablar.
-Drew... Yo... Si quiero ser tu novia.- Dijo Jaz tartamudeando entre lágrimas por la emoción.
Hola linduras, aquí les dejo un nuevo capitulo y les digo Feliz Año Nuevo, pásenlo súper bien y disfruten en familia. Besos (:

El arte de caer {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora