Capítulo Diez.-

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...Miraba sus pies al andar por el largo caminito que se le presentaba frente a él, el parque estaba desierto y era extraño, corría un frio viento que hacía que se hundiera en sus propios hombros. Miraba a su alrededor mientras caminaba, no había señales de nadie, pero cambio de pensar cuando fijo los ojos en una banca, una cabellera castaña clara sobresalía, le reconoció al instante, era su padre, tanto tiempo espero para poder volver a verlo, tan solo un abrazo necesitaba de él, ya na era lo mismo sin él, su madre seguía igual de amorosa pero sentía un vacío y que nadie lo llenaría a menos que fuera su difunto padre. Drew comenzó a correr hasta esa bella cabellera hasta que lo alcanzó. Su padre le sonreía mientras abría sus brazos para empezar un inolvidable abrazo, lo abrazo como nunca lo hizo, siempre le daba abrazos sinceros y de amor pero nunca le había podido dar uno en donde el abrazo significaba te extraño y necesito demasiado. Drew sentía que sus mejillas estaban cubiertas por lágrimas tibias que al caer formaban caminos. Después de un largo tiempo de un irrompible abrazo se separaron, su padre le secó las lágrimas y le hablo.

-No llores hijo, no hay mucho tiempo para esto. Hay muchas cosas que debo aclararte, no te tortures por mi tan repentina ida, hasta ahí estaba escrita mi vida, no pudimos hacer más. Mi vida junto con tu madre, tú y tu hermano fue la mejor, no la cambiaría por nada, los amé, los amo y los amaré. Nada ni nadie podrá cambiar eso, a pesar de la distancia infinita que nos separa, quiero que le digas a tu madre que es la mejor creación que pudo existir, que fue la mejor esposa de todas, que nunca amé a nadie como ella, que siempre será la única y que siga adelante, que de acá arriba los cuido a todos. Y por otro lado a tu hermano, dile que no cambie nunca, que es un buen hombre, pronto tendrá su familia y será el mejor padre, que mis nietos lo adoraran al igual que su esposa.- Decía Edward hasta que Drew lo interrumpió.

-Padre no me dejes por favor.- Suplicaba entre lágrimas a su padre.

-Jamás te he dejado hijo, jamás lo he hecho, siempre he estado contigo a pesar de que no me veas, he estado en todos lados para que nada malo te ocurra, pero hay algo que debemos hablar, has estado muy inestable este último tiempo. Drew, nada es tan malo como parece y no caigas en la tentación, Dafne no es buena para ti, tienes que arrancar esa atracción que aún queda en ti, ella no es buena para ti, no deja desenvolverte con tu alrededor, personas inocentes han pagado y siguen pagando por ella debido a tu rabia, sobre todo una persona, ella es decente Drew, ella te merece y tú la mereces, no la sigas tratando así, no sabes cuánto le hiere. Créeme que realmente no lo sabes... Hay gente muy valiosa que te quiere y las tienes cerca, no debes desperdiciar eso hijo.- Dijo Edward sabiamente.

-Me dices lo mismo que me dijo mi madre hoy.- Dijo Drew.

-Siempre estuvimos conectados-Sonríe- ella es muy sabia. Debes encontrar la respuesta hijo, está en tu interior, es obvia pero estas cegado y no la puedes ver. Abre los ojos hijo por favor.- Dijo Edward.

De repente siente un viento aún más fuerte que al principio, avisando que algo se avecinaba.

-¿Padre que está sucediendo?.- Dice Drew preocupado.

-Te dije que no había demasiado tiempo, me debo ir hijo.-Dijo Edward dulcemente.

-¡No padre, no, no me dejes! ¡No te vayas por favor, te necesito!.- Exclamo Drew con lágrimas amenazando con salir desde sus ojos.

-Hijo, jamás te he dejado, siempre he estado contigo, nunca te dejaré.- Dijo Edward limpiando las lágrimas de su hijo.

-Pero padre, te necesito conmigo.- Dijo Drew abrazándolo con todas sus fuerzas.

-Hijo, encuentra la respuesta a esa adivinanza que está en tu corazón.- Dijo Edward en el oído de Drew.

-Padre ayúdame, ayúdame a saberla.- Rogó Drew.

-Está en ti hijo, no puedo decírtela, debo irme, te amo hijo.- Dijo Edward besando la frente de Drew y desapareciendo.

-¡NO PADRE NO TE VAYAS! ¡QUEDATE CONMIGO!.- Gritó una y otra vez, pero ya era inútil, Edward ya no estaba, y no podría volver más. Se movía desesperadamente en la cama de hospital gritándole a su padre mientras alguien lo movía lentamente...

-¿Drew que sucede?.- Preguntó Thomas preocupado.

-Hijo, hijo despierta.- Dijo Pattie.

Drew abrió los ojos de golpe y miró a su alrededor, solo estaba su hermano y su madre, ellos lo miraron extrañados.

-¿Qué estabas soñando hijo?- Dijo Pattie alarmada.

-Con mi padre, y quiere que les diga algo. Madre él dice que nos amó, nos ama y nos amará siempre, que eres la mejor creación que pudo existir, que fuiste la mejor esposa de todas, que nunca amará a nadie como a ti , que siempre serás la única y que sigas adelante, que de arriba nos cuida a todos.-Dijo con lágrimas en su rostro, Pattie lloraba calladamente- Y a ti Thomas que no cambies nunca, que eres un buen hombre, pronto tendrás tu familia y serás el mejor padre, tus hijos te adoraran al igual que tu esposa. Dijo Drew llorando.

Los tres lloraban desconsoladamente, Drew había soñado con su padre y era un golpe muy duro para él. Recordaron tiempos pasados en donde vivían los cuatro, lo recordaban con alegría y cariño, fue el mejor padre que pudieron haber pedido. . Sin duda era el mejor padre que pudieron haber encontrado en la vida. De pronto sus amigos entraron de golpe y con alegría y bullicio se le pusieron encima para saludarlo.

-¡Hermano!.- Gritó Ryan.

-Man ¿Cómo estás?.- Dijo Donnie.

- ¿Cómo está el mejor amigo de este hombre y de los que están a mi lado?.- Dijo burlonamente Chris.

-Eso sonó muy animal, pero a pesar de todo por lo menos ahora respiro.- Dijo Drew dándole alegría todo lo que había pasado.

-Eso es bueno man. Imagínate que haríamos sin ti. Nos moriríamos.- Dijo Donnie emocionándose.

-Estás actuando como niña Donnie-Sonríe- Pero me alegra saber que me aman tanto. También los amo hermanos.- Dijo Drew abrazándose de sus amigos.

-Son hermosos mis hijos adoptivos.- Dijo Pattie orgullosa de los mejores amigos de Drew.

-También la amamos tía, usted es la mejor de todas.- Dijeron los tres amigos al unísono abrazándola.

-¿Y esos globos? ¿Quién los dejó ahí madre?.- Preguntó emocionado Drew.

-Tu tía Marie en representación de las niñas, su hijo y Jazmín.- Dijo Pattie.

-Es hermoso-Sonriendo- Por cierto... ¿Dónde está la tía Marie?-Preguntó mirando a todos lados.

-Se tuvo que ir cariño, las niñas no querían comer.- Dijo apenada.

-Oh... ¿Y Jazmín?¿No ha vuelto?.- Preguntó preocupado.

-No, no ha vuelto. Quizó ayudarme en el restaurant, es muy responsable, no sé qué haría sin ella.- Dijo orgullosa de Jaz.

-Te creo.- Dijo Drew sonriendo.

Estuvieron juntos hasta el término del día, se había terminado la hora de visita y tuvieron que despedirse. Drew estaba cansado, con dolor muscular y un sueño tremendo, solo quería dormir, pero no sabía que dormir era lo menos que iba a hacer. Por las noches habían cuidados nocturnos, algún pariente se puede quedar con su paciente correspondiente, pero Drew pensaba que nadie se quedaría con él, ya que no estaba grave como otros pacientes del hospital, así que sólo decidió cerrar sus ojos e intentar dormir, pero por una extraña razón no podía hacerlo, así que sólo opto por ver televisión, cambiaba y cambiaba de canal, nada entretenido pensó hasta que encontró una serie de asesinos en serie que eran investigados por una pareja de policías.

El arte de caer {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora