Jaz se removió de la cama para acomodarse, no durmió casi nada, se sentía traicionada y humillada. Intentó mil veces olvidarse de lo sucedido, pero cuando lo lograba, este volvía con más fuerza y se torturaba aún más.
-Hija, ¿Te sientes bien?.- Dijo Marie abriendo la puerta y acercándose inmediatamente a ella.
-No, me siento muy cansada y me duele el cuerpo.- Dijo Jaz siendo sincera.
-Es mejor que te quedes en cama durante el día, yo traeré tu desayuno, te amo hija.- Dijo Marie besando su frente.
-Yo igual madre.- Dijo Jaz intentando sonreír.
-Por cierto, ¿Cómo te fue anoche en la cena con Drew?.- Dijo Marie desde el umbral de la puerta.
Buena pregunta madre, pensó Jaz.
-Oh, la cena, fantástico, fue increíble. ¿Y la de ustedes?.- Pregunto Jaz rápidamente para cambiar de tema y que las lágrimas no salieran a flote.
-Excelente, lo pasamos increíble, nunca lo pase tan bien.- Dijo Marie con una gran sonrisa.
-Oh madre se me olvidaba, gracias por traer mi piano, no sabes la falta que me hacía.- Dijo Jaz mirando nostálgicamente al piano.
-Todo para ver a mi bebé feliz, si tú eres feliz yo soy feliz.- Dijo Marie lanzándole un beso por el aire.
-Me alegra que estés siendo feliz madre.- Dijo Jaz con una sonrisa sincera.
-Todos estamos siendo felices hija.- Dijo Marie cerrando la puerta detrás de ella.
-No todos madre.- Dijo Jaz en un susurro audible solo para ella.
Jaz decidió que debería despejarse un poco y sería perfecto bajo el agua, se dirigió al baño, se miró al espejo y vio algo que la desanimó. Vió ojeras bajo sus ojos, estaba pálida y sus ojos negros resaltaban con sus ojeras. Definitivamente parecía demacrada, no lo pensó más y se adentró bajo el grifo de agua. Después de una larga hora, se dispuso a salir de la ducha y se volvió a mirar al espejo, su apariencia había mejorado un poco, ya no estaba pálida y sus ojeras habían disminuido, se dispuso a salir del baño para vestirse.
Drew se arregló la camisa y tocó la puerta del departamento de Jaz, esperaba impaciente para que se abriera la puerta y poder verla.
-Hola Drew, que sorpresa. ¿Y eso?- Dijo Marie dándole un abrazo y viendo las rosas y el chocolate.
-Hola tía, es para Jazmín.- Dijo Drew devolviéndole el abrazo a Marie.
-Oh que lindo de tu parte, pero creo que Jaz no está en condiciones de recibir visitas, hoy despertó enferma.- Dijo Marie con una notable tristeza en su hablar.
-No se preocupes tía. Solo quería dejarle esto, no quería interrumpir su tranquilidad. ¿Está bien si le dejo esto a Jaz y usted se lo entrega?.- Dijo Drew tímidamente.
-Claro Drew querido, yo se lo entrego a Jaz.- Dijo Marie recibiendo las rosas y el chocolate.
-Muchas gracias, debo irme, mañana nos veremos de nuevo, cuídese, hasta pronto tía.- Dijo Drew despidiéndose con un abrazo.
-Adiós Drew, nos vemos mañana igualmente.- Dijo Marie recibiendo el abrazo.
Jaz al salir del baño se llevó una sorpresa, estaba su desayuno en una bandeja y al costado un gran ramo de rosas rojas y entre medio una pequeña tarjeta y al lado una caja de chocolates. Rápidamente se acercó a las rosas y las tomó, leyó lo que decía y se llevó una mano a la boca mientras seguía la lectura:
"Sé que te decepcioné y te pido que me perdones, y sé también que un con ramo de rosas y chocolates no me perdonaras, pero quiero que veas que estoy arrepentido.- Con cariño Drew."
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El arte de caer {Terminada}
RomansaElla‚ anteriormente destrozada por el matrimonio de sus padres. Él‚ fue engañado por su antigua novia‚ no con uno‚ si no con tres. Ella‚ deseaba poder ser amada. Él‚ queria alejarse del maldito amor. Ella‚ no se merecía que la basurearan de esa form...