Capítulo Diecinueve.-

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-Espera... Tú no eres Jazmín... Tu eres una cualquiera.- Le grito Drew a Dafne.

-Cariño, eso no es lo que me demostrabas hace unos segundos. Vamos no seas tonto y regresemos a lo que estábamos. .- Dijo Dafne con una sonrisa seductora y jalando del brazo a Drew en dirección a su habitación.

-¡NO! ¡LARGATE AHORA MISMO DE MI CASA! ¡NO TE QUIERO VOLVER A VER MALDITA! ¿EN QUE IDIOMA DEBO DECIRTELO?.- Dijo Drew extremadamente furioso.

-Cariño, relájate.- Dijo Dafne tocando el pecho de Drew.

Drew no quería seguir escuchando su horrorosa voz ni un segundo más, la jaló del brazo y en extrema brusquedad la empujó a la calle. No le importo verla con su vestido desordenado y casi expuesto ante todo su ropa interior de todos lados, no le importo nada, solo le importaba Jazmín. Rápidamente tomo su celular y marcó al celular de Jaz, todas sus llamadas fueron dirigidas al buzón de voz, no daba ninguna señal de vida. Rápidamente se arregló y se fue directo al restaurant. Los neumáticos del auto de Drew se podía escuchar desde 2 cuadras más allá del restaurant, derrapó en el estacionamiento del restaurant y bajo de su automóvil, lo dejo abierto y mal estacionado pero no le importaba, solo quería encontrarla. Abrió de golpe las puertas principales del restaurant y corrió hacia donde Amy que estaba atendiendo a unos clientes.

-¡Amy! ¿Dónde está Jazmín?.- Pregunto Drew desesperado.

-Contigo quiero hablar maldito.- Amy susurro en su oído.- Me disculpan un segundo.- Le dijo a los clientes esperando su aprobación, la pareja sonrió y le dedico un sí y Amy se alejó de ellos.- ¿Cómo demonios se te ocurre dejarla plantada? ¿Qué tienes en tu cerebro? ¿Acaso no piensas?.- Le dijo Amy golpeándole el pecho.

-Amy, me siento lo suficientemente mal como para que me recuerdes lo bastardo que llegue a ser con ella, solo dime donde esta.- Le dijo Drew a punto de la locura.

-Supongo que en su departamento ¿No crees? ¿La quieres seguir humillando? ¿Esperas que te perdone? ¿Acaso no crees que es suficiente con haber tenido que aguantar la mirada de todos los clientes mirando como la dejaban plantada? Debiste haberla visto, todos sentían pena por ella, ella es una buena chica Drew no es como la zorra de tu ex... Espera un segundo.- Dijo Amy acercándose sospechosamente a Drew.- Hueles a zorra barata, ¿No me digas que te fuiste a revolcar con ella y en tu calentón placentero te olvidaste de la cena que tú mismo organizaste para Jaz?. Eres lo peor Drew, asco me deberías dar.- Dijo Amy con cara de repudio alejándose lentamente de Drew y volviendo a los clientes que anteriormente había dejado esperando por hablar con Drew.

Drew ya no podía más con su cargo de consciencia y rápidamente regreso a su automóvil mal estacionado y arrancó lo más rápido que pudo manejando hasta el departamento de Jazmín.

-Toda la culpa es Dafne. ¡Maldita zorra que me mueve el trasero cada vez que puede y yo muy imbécil que caigo cada vez que ella quiere.- Dijo Drew golpeando el volante con rabia.

Jazmín abrió la puerta de su habitación con aires de derrota, entro a la habitación que pocas horas antes la había visto muy emocionada por su cena con Drew, pero al ingresar completamente a su habitación una emoción recorrió por sus venas al ver su fiel compañero ubicado en un rincón de su gran habitación. Su piano café oscuro con su nombre grabado en la tapa de su querido amigo. Se habían demorado en traerlo desde Canadá, moría por tocar una canción, ya que sabía que eso la haría sentir mejor, estaba dispuesta a sentarse cuando desde la sala de estar escuchó un dialogo que subía de tono a medida que pasaban los segundos la alertó y se dirigió a ver qué pasaba. Al salir, no esperaba la situación que acababa de presenciar: Devon y Drew discutiendo. 

-¿Qué está sucediendo aquí?.- Dijo Jaz tratando de sonar lo más dura posible.

-Solo le hacía entender a Drew que te sentías mal y no podías recibir visitas.- Dijo Devon tranquilamente.

El arte de caer {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora