Capítulo Veintiuno.-

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Jaz sólo se limitó a cerrar sus ojos y caminar hacia su armario, escogió la ropa que quería usar, una camisa y unos pantalones ajustados con unos botines la cubrirían durante ese día de invierno. Miró su desayuno y se veía muy apetitoso, pero sólo quizó tomar su jugo de naranja. Se acercó a su balcón y dejo que el aire helado y puro entrara por sus fosas nasales, luego miró de reojo su querido y hermoso piano, fiel compañero de las miles de guerras que a su edad a tenido que soportar, fiel confidente de sus emociones y sus lágrimas, que al parecer, lo seguiría siendo. Primer día que estaba en su habitación y ya se veía llorando encima de él. Su segundo día junto no será muy diferente, la verá llorar durante todo el día. Cerró sus ojos y sintió como cada vez se volvían más pesados y al abrirlos su mirada se volvió cristalizada, lentamente se acercó a su piano y se sentó en su cómodo sillón. Volvió a cerrar los ojos y sus dedos inconscientemente se movieron con suavidad sobre las finas teclas de su amigo.

Todo lo que quiero no es nada más

que escucharte tocar a mi puerta,

porque si pudiera ver tu rostro una vez más,

podría morir como un hombre feliz, estoy seguro.

Cuando dijiste tu último adiós,

morí un poco por dentro

me acosté en cama, llorando toda la noche

solo, sin ti a mi lado.

Pero, si tú me amaste

¿Por qué me dejaste?

Toma mi cuerpo

toma mi cuerpo...

Todo lo que quiero es...

Todo lo que necesito es...

Encontrar a alguien...

Encontraré a alguien...

Como tú...

Oooohhhh ohhh

Porque sacaste lo mejor de mí,

una parte de mí que nunca vi,

tomaste mi alma y la limpiaste,

nuestro amor se hizo para las pantallas de cine...

Pero, si tú me amaste

¿Por qué me dejaste?

Toma mi cuerpo

toma mi cuerpo...

Todo lo que quiero es...

Todo lo que necesito es...

Encontrar a alguien...

Encontraré a alguien...

Oooohhhh ohhh

Pero, si tú me amaste

¿Por qué me dejaste?

Toma mi cuerpo

toma mi cuerpo...

Todo lo que quiero es...

Todo lo que necesito es...

Encontrar a alguien...

Encontrar a alguien...

Como tú.

A medida que iba cantando y moviendo sus dedos por las finas teclas, más difícil se le hacía continuar. Sentía un nudo en la garganta que le impedía seguir cantando. Pero algo le enseño su padre y que nunca se le ha olvidado, es que nunca debes dejar una presentación a medio terminar, debes ser profesional. Sabias palabras que la marcaron de por vida, como lo profesional que era, debía continuar con su presentación aunque estuviera sola en su fría y solitaria habitación. Termino de mover sus delicados dedos sobre las finas teclas y las lágrimas salían una tras otra, quería olvidar todas esas estúpidas pequeñas cosas, pequeñas cosas que la hacían sufrir como nunca.

Llego a la conclusión de que si seguía despierta, lloraría todo el día y su madre se daría cuenta. Pero si dormía, no seguiría llorando y tendría una cara presentable para su inscripción de mañana. Se acercó a su baúl y sacó un pequeño frasco transparente y sacó 2 pastillas, luego comió un bocadillo de su desayuno y se acostó nuevamente esperando el efecto de las pastillas. Así fue como durmió por el resto del día y toda la noche y recién abriendo sus ojos a la mañana siguiente, debido a que sonó su alarma. Lentamente se despojó de su vestuario y se adentró al agua del grifo, al salir, escogió para usar una camisa azul claro, unas calzas negras, botines cafés y su abrigo café. Arreglo su cabello, utilizó una pizca de maquillaje y se puso sus gafas negras dispuesta a salir de su habitación.

Ya lista, su madre conducía hasta la universidad que habían acordado que estudiaría y se estacionó con cuidado, Jaz se bajó del automóvil y vió a Pattie y a Drew en el frontis de la universidad buscando estacionamiento, esperó a su madre y se dirigieron hacia ellos. Cuando Jaz y Drew tuvieron que saludarse se formó un momento incómodo y doloroso a la vez. Jaz rompió el abrazo y se adentró rápidamente a la oficina de inscripción para terminar pronto con los trámites. Luego de inscribirse exitosamente ambas familias acordaron almorzar juntos, ambos creían que ese momento no podía empeorar.

El tiempo pasó lentamente y luego de un mes de dolor, sufrimiento, salidas forzosas, y agobio en las sombras de la soledad, era tiempo de entraran a la universidad. Primer día y Drew iba atrasado, corría rápidamente por los pasillos de la universidad y buscando con desesperación el teatro en el cual debía estar hace diez minutos. Cuando al fin encontró el teatro abrió lentamente las puertas y buscó a Jazmín con la mirada, se ubicaba en un costado superior izquierdo y sumergida en su soledad. Lentamente y cuidadosamente se sentó al lado de ella. Ella lo miró dejadamente y volvió a mirar hacia al frente.

-Llegas tarde.- Dijo Jaz con un tono de reproche en su voz.

-Me quede dormido.- Dijo Drew con una mueca nerviosa.

-Lo pude notar, fue cosa de mirar como vienes vestido y sacar mis propias conclusiones.- Dijo Jazmín mirándolo de reojo.

-Y tú por despertar temprano, te levantaste hiriente.- Dijo Drew dolido.

Jazmín sonrió cortamente y pesadamente sin quitar su mirada del frente en donde se ubicaba su profesor presentándose.

-Bueno alumnos, me presento, mi nombre es Paul Livingston, profesor titulado en Teatro y egresado de la Universidad de Cambridge. Pero llámenme Paul solamente. Como es primer día, y aquí vienen para demostrar sus habilidades con respecto a la actuación, como consecuencia de eso, cada uno de ustedes vendrá acá adelante y demostrara alguna habilidad que nos quiera enseñar. Con respecto al panorama de la tarde, todos deberán memorizar algunas líneas de alguna obra que yo les entregaré, el resultado será sorpresa. Por ahora, comenzaré a llamar por lista y cada uno saldrá adelante cuando les corresponda. Bienvenidos y pasen adelante que la función debe comenzar.- Dijo Paul alegremente dando la bienvenida a los nuevos alumnos.

-Me muero si salgo de las primeras.- Dijo Jaz casi susurrando.

-Tranquila, no creo que tengas tan mala suerte.- Dijo Drew tranquilizándola.

-Señorita Jazmín McHale, pase adelante por favor.- Dijo Paul mirando a sus alumnas tratando de descifrar quien era Jazmín.

-Ops me equivoque, pero suerte de todos modos.- Dijo Drew tratando de tranquilizarla.

El arte de caer {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora