Say No More |Justin Bieber| |Terminada|

Capitulo 21

Capitulo 21

El taxi estacionó frente a una linda casa de ladrillo, con detalles en blancos. Un pequeño árbol se encontraba en el jardín delantero y un auto gris estaba estacionado frente al garaje.

-Aquí es –me sonrió Justin.

Ambos bajamos del automóvil y, tras recibir nuestras maletas nos dirigimos hacia la puerta. Solté un largo suspiro para luego tomar una gran bocanada de aire. Mierda, estaba nerviosa.

-Cálmate –rió Justin, mientras tocaba el timbre-. Mis abuelos no muerden.

-¿Y qué hay de tu madre? –pregunté mordiéndome el labio.

-Mi madre no llega hasta mañana por la noche –me informó con una sonrisa.

Asentí con la cabeza, haciéndome una nota mental con dicha información.

*Sus abuelos no muerden.

*Su madre no llega hasta mañana.

La puerta se abrió y un hombre, con poco cabello –que era blanco-, una enorme sonrisa y esas barrigas que suelen tener los abuelos, nos abrió la puerta. Le sonreí inmediatamente, él no tenía aspecto de ser malo.

-¡Abuelo! –exclamó Justin.

Dejó sus maletas en el suelo y lo abrazó con fuerza. Mi sonrisa se hizo más grande, si es que era posible, al ver la tierna imagen. Un par de lágrimas escaparon de los ojos del hombre y juro que quería llorar con él.

-¡Justin! –dijo el hombre al separarse de él-. Tanto tiempo.

-Abuelo –dijo Justin nuevamente-. Te presento a Destiny. Ella es mi novia.

¿Novia? ¡Por Dios! Aún no podía acostumbrarme a esa palabra. ¡Era la novia de Justin Bieber! ¡Y me estaba presentando a sus abuelos!

-Lo imaginé –dijo el hombre, atrayéndome hacia sus brazos en un tierno abrazo-. Una joven tan bonita no puede pasar desapercibida para ti.

Solté una leve risa y luego me giré para ver a Justin. Arqueé una ceja en su dirección y su abuelo comenzó a reír.

-Pasen, por favor –dijo, haciéndose a un lado-. La comida está casi lista.

Tomé el único bolso que Justin me había dejado cargar y entré en la casa. Todo era tan pintoresco y parecía tanto un hogar... donde uno podía recostarse frente a la chimenea mientras hablaba con su familia y tomaba chocolate caliente en una fría tarde de invierno. En otras palabras, todo lo opuesto a mi casa.

-¡Justin! –la voz de una mujer llegó a mis oídos y rápidamente me giré en su dirección.

Una mujer con cabello castaño claro –corto, por cierto- y lentes abrazaba a Justin y llenaba su rostro de besos. Reí ante la expresión de mi novio –Dios, no me acostumbraba a esto- y ese fue el momento en que ella se percató de mi presencia.

-Oh, Justin –exclamó la mujer y rápidamente se acercó a mí. Me rodeó con sus brazos y besó mi mejilla-. ¿Ella es la chica de la que tanto hablabas?

-Ella es –admitió Justin con una sonrisa.

-Es hermosa –le dijo-. ¿Cómo te llamas?

-Destiny, señora Dale –respondí sonriendo.

-No, no, no –rió-. Nada de señora. Llámame Diana y él Bruce –dijo señalando al abuelo de Justin-.

Hice otra nota mental. Por Dios, al paso que íbamos me iba a tener que comprar otra mente con tantas notas mentales.

*Llamarlos por su nombre: Bruce y Diana.

-Okay –reí-. Entendido y anotado.

-Justin, lleva aDestiny al cuarto de huéspedes y no tarden mucho que la comida está lista.

-Sí, abuela.

Acomodé la correa del bolso sobre mi hombro y empecé a seguir a Justin a través de la hermosa casa.

-Amo esta casa –dije mirando a mi alrededor.

-Si quieres podemos comprarnos una así –bromeó.

¿Era broma cierto?