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-¿Sabes que es de mala educación llegar treinta minutos tarde?.- su grave voz hizo que me sobresaltara.

Di media vuelta para encontrarme a un Harry serio que miraba impaciente su reloj. Iba bastante bien vestido, llevaba unos pantalones negros pegados y una camisa blanca, definitivamente lucía mejor que yo en estos momentos.

-No creí que hablaras enserio.- respondí honestamente.

-Pues lo hacía.- me miró con el seño fruncido unos segundos.- sube.

-¿Qué?- dije sorprendida.

-Me has escuchado- afirmó serio.- vamos.

Se dirigió a su vehículo negro mientras tecleaba algo en su celular.

-¿Que no vas a venir?- dijo enfadado.- mira, no he esperado treinta minutos para esto, entra ya.

De mis labios no salía ni una sola palabra, me congelé tratando de asimilar lo que me decía. Aprecié su auto un poco mas; un Audi precioso en color negro que me parecía que iba perfecto con su personalidad, el tipo de auto que cuesta mas que la casa de muchos.

-Yo... No estoy vestida para la ocasión.- tartamudee un poco nerviosa. Llevaba el uniforme de mi trabajo, una simple playera roja tipo polo y unos pantalones caqui.

-Solo deberías quitarte la placa.- señaló la placa con mi nombre en mi pecho y miró la hora una vez más.- vamos apresúrate que nuestra reservación no durará mas.

Rodeé su auto y me dirigí al asiento del copiloto abriendo la puerta para mi misma, aunque en realidad no se si esperaba que el lo hiciera por mi. Subí y coloqué la bolsa en mi regazo, esperando a que Harry comenzara a conducir. Finalmente encendió la calefacción y puso en marcha el auto.

-¿Quieres algo de música?- cuestionó.

Me limité a negar con la cabeza por un instante devolviendo mi mirada a la ventana.

Después de unos incómodos quince minutos de camino, nos detuvimos en lo que parecía un restaurante un poco lujoso; no parecía el mas caro de la ciudad pero tampoco el mas barato. Miré lo que llevaba puesto sintiéndome aún más incómoda puesto a que todos se veían muy bien vestidos y yo solo traía mi uniforme del trabajo.

Harry trató de estacionarse por más de diez minutos pero terminó aparcando en medio del camino esperando a que alguien saliera a ayudarlo.

Después de unos cinco minutos esperando, una bella mujer hizo señas a Harry las cuales no logré captar.

-Mierda.- dijo algo enojado y puso el auto marcha atrás.

Nos volvíamos a encontrar en las calles de la ciudad y me sentía raramente aliviada de no haber cenado en ese lugar, simplemente no estaba vestida para la ocasión.

Miraba de reojo a Harry esperando a que me dijera a donde nos dirigíamos pero solo se dedicó a mirar al frente todo el tiempo, así que me armé de valor y le pregunte.

-¿A dónde vamos?.- me miró por unos segundos y dirigió su mirada de nuevo al frente.

-Debido a tu impuntualidad, nos han cancelado la reservación.- dijo y me miró seriamente.

No tenía porque ponerse así; hubiese llegado a tiempo de no haber sido por mi pequeña parada a cargar gasolina y en mi defensa, yo no sabía que Harry hablaba en serio sobre salir esta noche. Me sentí como una niña pequeña regañada y decidí no hablar mas, simplemente devolví mi mirada a la ventana esperando llegar pronto a casa.

*

-Estamos aquí.- la voz de Harry me sobresaltó un poco, casi me había quedado dormida. Toda la semana había sido agotadora para mí y usualmente a esta hora y en viernes ya estaba dormida.

BOX (H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora