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-¿Planeas hacer eso el resto del día?.- y aún sin mirarlo, pude saber que rodaba sus ojos.

-Supongo que hasta que termine.- respondí y rodee mis ojos sin siquiera mirarlo un segundo.

Pude ver de reojo como se levantaba y se sentaba en el espacio junto a mí. Comenzó a mirar cautelosamente las formas que estaba llenando y probablemente estaba leyendo cada cosa.

-¿Pues a qué universidad quieres asistir?.- me volteé para ver a un Harry muy confundido sí, es que ni siquiera llenaba el espacio que me pedían, de hecho me excedía por un par de hojas en la parte donde debía hablar sobre mí y no por poner logros o algo parecido, si no porque no sabia que poner. Era necesario para mi anotar todo esto y comenzar a descartar o quizás agregar algunas cosas.

Me miró una vez más esperando una respuesta.

-No lo entiendes- deje de teclear unos segundos y lo miré.- Brown descarta el ochenta por ciento de las solicitudes.

-No creí que quisieras estar en una universidad la Liga Ivy- hizo una pequeña mueca y devolvió su vista al frente.- aunque con el tipo de padre que tienes, podrías.

Ah, claro hablemos de mi adorado padre.

-Aunque me gustaría, no lo haré.- Levanté mis hombros y continue tecleando.

-Vamos, ¿qué tan malas pueden ser tus notas?- me miró con una sonrisa ladeada y me sorprendió que no fuera grosero, aún.- si pareces la típica niña cerebrito que pasa la tarde con la cara pegada a sus libros.

Ahí estaba. Rodee mis ojos.

-No son mis notas, que por cierto son buenas- hice inca pie en ello con una mirada y continue.- pero no, simplemente no iré.

-¿Por qué no?.- ¿Y por qué no? Ya no recuerdo cuantas veces le pregunte eso a mi padre, probablemente unas cien.

¿Y por qué no? Mi padre es un maldito egoísta, por eso. Y no me gustaría que lo mal interpreten, lo amo y es el mejor padre que alguien pudiese tener pero no puede ver por más allá que si mismo. Para él solo existen dos opciones: La Universidad de California en Berkeley o La Universidad de Santa Clara, la primera donde estudió el y la segunda mi madre, pero eso no era lo peor, lo que más me molestaba era el hecho de que él nunca soporta la idea de pensar en mi madre ni por un segundo pero por supuesto que quiere que siga sus pasos claro, pues yo no.

-No es lo que mi padre quiere para mí.- le di una sonrisa decepcionada y regrese a lo mío.

-A cualquier padre con un poder como el del tuyo le gustaría que su hija asistiera a una escuela así.- levantó los hombros y se paro de la mesa colocándose frente a mí.

No me gustaba que mi padre fuera tan conocido. Harry lo hacía sonar como si fuese un dios.

-Creo que al mío no.- forcé una sonrisa.

-No deberías desperdiciar tu tiempo en eso entonces- le dio una mala mirada a la computadora.- no sé porque lo haces.

-Si, debería dejarlo.- no me esforcé en explicarle el por qué lo hacía, igual no estaba segura de que lo entendiera.

Cuando me volteé para mirarlo minutos después me percaté de que ya no estaba frente a mí, ahora estaba golpeando los sacos del fondo. Me detuve a observarlo unos minutos; se veía muy concentrado y me parecía algo perturbado, no es que yo fuera como una chica que identifica sentimientos no, eso lo hacen los psicólogos pero a mí me parecía que su mente se perdía un poco más a cada golpe que daba.
Probablemente por eso su actitud era así, seguramente tenía problemas con si mismo o algo así y por eso atacaba siempre aunque fuese con palabras.

BOX (H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora