Jet Black Heart (Synyster Gates)

Capítulo 26

Llegamos al hospital lo más rápido posible. Nos tomó aproximadamente media hora. Me bajé rápidamente sin esperar a Jimmy. Entré al hospital y rápidamente corrí hacia una ventanilla, donde estaba una chica.

— Buenas tardes, ¿En qué puedo ayudarles?—saludó, sin dejar de mirar detrás de mí. Al parecer, Jimmy me había alcanzado.

— ¿Puedes decirme la habitación de Amy Biersack?— dije con los labios temblorosos, mientras Jimmy me tomaba de los hombros, reconfortante.

— Claro, sólo denme un minuto.— dijo, volviendo su vista a la pantalla. Tecleaba, y luego de unos minutos, levantó la mirada con una sonrisa.— Planta número 3, cuidados intensivos, habitación 7.

— Gracias.— dijo Jimmy, por mí, para luego hacerme caminar rápidamente hasta el ascensor.— Todo estará bien, Sky...— dijo con una voz suave.

— ¿Todo estará bien? ¡La tienen en cuidados intensivos, Jimmy!— exclamé, rompiendo en llanto. Éste era un estado en el que sólo él me ha visto, por lo que, rápidamente, me abrazó, y sin dudar, me aferré a él.

— Puede salir de ese estado, Sky.— dijo, sin dejar de soltarme.

— Es lo único cercano que me queda.— dije, sollozando.

— Lo sé, Sky... Lo sé. — hizo una pausa.— Pero por ahora, sé positiva.— dijo, para después, darme una beso en la cabeza.

No me dí cuenta del tiempo, ya que, seguido de ésto, Jimmy se apartó un poco de mí, para hacerme saber, que el ascensor había llegado a nuestro destino.

Salí casi de un 'balazo' del ascensor, buscando el pasillo de "cuidados intensivos". Cuando llegué, rápidamente visualicé la habitación #7. Estuve a punto de entrar, pero una voz me interrumpió.

— Señorita, ¿Puedo ayudarle en algo?— dijo una voz grave, y no era la de Jimmy. Me volteé, y ví un hombre de, aproximadamente, unos 50 años, vestido de blanco, mirándome fijamente. Era el doctor.

— ¡Sí! Yo... So-Soy la hija de... de ella. ¿Me puede decir cómo es-está?— tartamudeé. Odio tartamudear. 

— ¿Usted es Skyler Biersack?

— ¡Que sí, coño!— dije alterada, y temblando, haciendo sobresaltar al doctor.

— Señorita, le sugiero que mantenga un lenguaje...

— ¿Me va a decir o qué?— le interrumpí.

Me miró mal, y luego abrió su libreta.— Bueno, lo de su mamá es algo que no es tan grave, pero tampoco está fuera de peligro. Tiene cirrosis, ya sabe, por el consumo de alcohol.

— ¿Qué quiere decir?— pregunté entrecerrando los ojos. — ¿Qu-Qué es cirrosis?

— ¿Usted sabía que su madre consume excesivamente el alcohol?— asentí.— Bueno, ese consumo excesivo produjo ésta enfermedad. Ésta enfermedad inhabilita el funcionamiento del hígado y, si no es tratada a tiempo, puede llegar a ser letal.

— ¿Le-Letal?— pregunté con el corazón en la mano. Jimmy aferró más su agarre.

— Sí, pero el caso de su madre no es ese.— dijo, haciendo que se me quitara un peso de encima.— Pero sí quedó inconsciente. Necesita trasplante de hígado. Sólo eso, no hay de qué preocuparse aparte de eso.— dijo, mostrando una sonrisa falsa.

— Está bien... ¿Para cuando necesita el trasplante?— pregunté, calmada.

— Lo antes posible.

— Vale... Quiero hacerlo yo.— dije, respirando profundamente.

— Claro... ¿Cuando lo quiere hacer?

— Lo antes posible.— dije, de misma manera que él.

— Está bien, entonces sígame. Le haremos unos exámenes, para verificar si puede ser donante.

[...]

Ya me habían hecho los exámenes y sí podía ser donante. A pesar de mis pocos tatuajes, me lo permitieron ya que, tenía más de un año con ésto, y no afectaba. Iba a ser una donante viva; no iba a esperar cualquier muerto, ya que, últimamente, pocos llegan en "perfecto estado".

Jimmy en todo momento no se separó de mí, y le pedí que avisara a los chicos, los cuales, a la salida de clases, estarían aquí.

— ¿Skyler Biersack?— preguntó una enfermera, saliendo de una habitación. Rápidamente, Jimmy y yo nos levantamos.— Acompáñeme, por favor. Ya haremos el trasplante.

— Está bien.

Seguimos a la enfermera, la cual me brindó una bata de hospital diciendo:

— Quítese toda la ropa, incluyendo interior. Quítese joyas, lo que sea.

Asentí, me metí al pequeño cuarto, hice todo lo que me dijo, y luego salí, para que Jimmy me amarrara los nudos de la parte de atrás de la bata.

— Mierda, tengo más frío.— dije, al sentarme a su lado. Él me abrazó.

Sólo teníamos que esperar unos minutos. Levanté la mirada cuando ví a un chico entrando rápidamente, y mirándome. Era Syn.

— ¡Sky! ¿Cómo estás? ¿Cómo está tu mamá? ¿Porqué estás vestida así? ¿Tú vas a donar? ¿Estás segura?— preguntó, rápidamente, para después sentarse a mi lado, tomando mis manos.

— Estoy bien. Ella está bien. Porque sí, yo donaré. Y sí, estoy segura.— respondí en orden a cada una de sus preguntas, riéndome.

— ¿Ya lo van a hacer?

— Seep.— dije resonando la "p".

— ¡Skyler Biersack! Puede pasar a la habitación, dónde la anestesiaremos. — dijo una enfermera saliendo, cuando salió, se quedó viendo a los dos chicos a ambos lados de mí, con miedo, pero lujuria. — Só-Sólo puede entrar uno.— dijo, sin dejar de mirarlos.

— El que quiera, o llegue primero.— dije, levantándome.

Entré a la pequeña habitación dónde sólo habían dos camillas y dos sillas, cada una a ambos lados de cada camilla. Me subí a la alta camilla, y rápidamente me tapé con una sábana, hasta la cintura. Levanté la mirada y ví a Syn entrando.

— Gané.— dijo sentándose a mi lado.

— Hola, Skyler, soy la enfermera Ashley.— dijo esa, acercándose, con unas cuantas cosas en mano, y una libreta. 

<<¡Al fin una enfermera que no es una adolescente hormonal!>>

— Bueno, Skyler. Primero vamos a ponerte ésta pequeña inyección que se conectará a esta bolsita con un líquido, que no es agua, luego...

— No me trate como retrasada. Sé cómo funciona ésto. Sólo haga ésto rápido, y ya.— dije, exasperada de que me hablara así. Sólo me miró, y asintió.

— Que ruda...— susurró Syn a mi lado.

— Cierra la boca.

La enfermera hizo todo, y luego venía la parte que más odiaba: la anestesia. Ésta vez me la dió en medicina, siento que es una venganza, por tratarla así.

La tomé con trabajo, y luego me acosté de lado, para poder ver de frente a Syn. Nos quedamos unos minutos hablando, y luego sentí cómo todo se volvía negro.

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xx.