Capítulo 30

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Me fuí a la cafetería del hospital, y me compré un café.

«Demasiado estrés para mí»

No sé si yo estaba así por eso exactamente, o porque, estaba celosa de Syn. Por más que parezca la segunda, siempre es la primera. Ella no cambiará, y si lo hace, de alguna u otra manera, me decepcionará, y volveremos a lo mismo.

Terminé mi café, y me dirige nuevamente, a la habitación de Amy. Entré de repente, y los dos posicionaron sus miradas en mí. Miré a Syn, y bajó su mirada. Miré a Amy, y ella tenía los ojos llenos de lágrimas.

«Lo siento, pero no lo siento. No me disculparé, ya que no siento que deba hacerlo.»

Me dirige hacia la cama, en silencio; ellos sólo se limitaban a mirarme. Me quedé parada en el extremo de la cama, donde yacía una carpeta. La saqué, leí, ví que todo estuviera en orden, y la cerré.

— Me voy. Adiós. — dije, mirándola.

— Adiós, Skyler. — dijo, frunciendo el ceño, pero con los ojos aún húmedos. Se está haciendo la fuerte.

— Adiós, señora Amy. Cuídese. — dijo Syn, pasando por mi lado, y abrazándola. — Si necesita algo, no dude en llamarme. — dijo, antes de besarle la frente, y alejarse.

Me dirige hasta la puerta, y salí, con Syn detrás.

[...]

Llegamos a la casa, por primera vez, en silencio. Me quité el cinturón, y antes de bajarme, Syn me toma del hombro. Sólo me limito a suspirar frustrada.

— Sky... — hizo una pausa. — No me gusta que seas así con ella.

— Bueno, ¿Volvemos a eso? — le dije, volteándome hacia él, bruscamente. — ¿Que no te lo dejé claro? — respiré sonoramente. — Es MI mamá, la trato cómo YO quiero. Es MI mamá, y es TU vida, tú trátala cómo quieras. No me jodas. — la última frase la separé en sílabas.

— ¡Skyler! — exclamó, cerrando los ojos. — ¡Dale una puta oportunidad, coño! ¡Que es tu jodida madre! — hizo lo mismo, pero sin intensificar su agarre en mi muñeca.

— ¡Que no! ¡La cagaría de nuevo! — le imité, ésta vez, zafándome. — ¡Todo lo que quieras que yo haga, házlo tú! — le dije, antes de abrir la puerta. — ¡Hasta luego! — le grité, antes de cerrar de un portazo. Me valía madres su auto.

Caminé rápidamente hacia el edificio, y presioné el botón con una flecha hacia arriba. Me quedé unos segundos esperando, mientras movía mi pie derecho de arriba, hacia abajo, haciendo un molesto sonido.

Llegó el ascensor y me metí.

Llegué a mi apartamento, y rápidamente, abrí, para luego, cerrar, de un portazo.

«Necesito descanso. ¿Qué mejor descanso que dormir?»

Fui hasta mi cuarto, me quité la chaqueta, la bufanda, zapatillas, snapback, y hasta skinny jean, en éste momento me daba igual el jodido clima. Me metí a la cama, y me arropé hasta el cuello, aún con el ceño fruncido.

[...]

Me desperté, y tomé mi celular, aún adormilada. 18:14. Temprano, pero no sé qué haré. Entré a WhatsApp, y le chateé a Hannah.

"Yo, Hannah. Tú das todas las materias que yo doy hoy, pásame lo que hicieron."

Luego de unos minutos me respondió.

"¿El pendejo de Syn no ha ido allá? ¡Le dije que te diera los apuntes!"

En eso, le presté atención más, a los sonidos, y me percaté de que mi televisión estaba encendida. La de la sala.

Dejé el celular en la cama, me tallé los ojos, y salí lentamente, de mi habitación. Salí, cerré suavemente la puerta, y me asomé. Ví una figura de pelos parados, en el sofá, viendo algo en la televisión. Suspiré sonoramente, por el hecho de saber quién era. La figura se volteó, y me vió.

— ¿Qué haces aquí, Syn? — pregunté, yendo hacia él, quien no despegaba su mirada de mis piernas.

— Me toca cuidarte hoy. No me voy hasta mañana. — dijo, levantando la mirada.

— Mierda. — dije, sentándome a su lado. — Pasa los apuntes de la U.

— Voy. — dijo caminando hacia mi cuarto. Le seguí. Buscó entre mi escritorio y sacó una libreta negra, con una línea gris, y me lo brindó.

— ¿Tuviste el tiempo hasta de meterte en mi cuarto para poner eso ahí? — le pregunté a un paso de él.

— Sí. — dijo sin mirarme. Me dió el cuaderno, y se fue a la sala, cerrando la puerta de mi habitación.

Aún está molesto por lo de mi mamá. No le pediré disculpas, tengo mucho orgullo, y razón.

Dejé el cuaderno en mi escritorio, busqué mi laptop, y me senté.

[...]

Terminé de hacer tareas hasta, aproximadamente, las 21:20, y en ningún momento, Syn entró a mi habitación.

«Te hace falta, lo sé.»

La verdad, sí. Extraño sus mierdas, ¡Y aún no ha pasado ni un día! Pero, él también debe entenderme, y sabe porqué soy así con Amy, aparte, sabe que no me gusta que me manden, ¿Porqué creía que le haría caso? ¡Yo no hago caso, al menos que sea algo que me convenga, por más egoísta que suene!

Salí de mi habitación, y todavía él estaba acostado en el sofá, con la televisión encendida, pero no sabía si estaba despierto o dormido, ya que, estaba de espaldas. Me dirige hacia la cocina, porque no había cenado. Me serví mi especialidad: cereal; y me lo comí viendo el contenido de la televisión, Ridiculousness, desde el comedor.

Terminé de comerme el cereal, fregué el plato, y me dirige hacia el sofá, a ver a Syn. Me acerqué, y pude ver que ya estaba por su "quinto sueño".

«Qué lindo.» Pero él sabe dónde queda el cuarto.

Me dispuse a despertarlo, para que no durmiera, incómodo.

— Syn, despierta. Ven a dormir al cuarto. — le susurré, moviéndolo del hombro, suavemente. Se limitó a bufar. — Syn... No puedo cargarte. — dije, agachándome, para estar a su altura. Se movió un poco, y luego abrió, perezosamente, sus ojos, viéndome, y luego, se estiró.

— Ya voy... — dijo antes de respirar, para después, levantarse. Se levantó, y quedó al frente de mí. Iba a decir algo, pero sabía que yo no cedería. — ¿Tú ya vas a dormir? — me preguntó, tallándose los ojos.

— Entre un rato.

— Ok, Buenas noches, Sky. — dijo, antes de tomarme por la nuca, y darme un beso en la frente. Me sentí cómo si estuviera de vuelta a su mundo; cómo si ya no estuviera molesto... Aunque sé que aún lo sigue, pero disimula bien. — Piensa en lo que te dije... — dijo, antes de irse.

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xx.



Jet Black Heart (Synyster Gates)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora