Jet Black Heart (Synyster Gates)

Capítulo 19

Fuimos a los bolos, y reservamos la mesa. Por mientras, esperamos, y Syn y yo nos metimos a un photobooth, ya que Gerard estaba atendiendo una llamada. Salieron 2 tiras de 4 fotos, las cuales Syn metió en su billetera, ya que yo no llevaba bolsa o algo. Luego de unos minutos entramos, y fuimos a nuestra mesa: 16.

Los turnos eran los siguientes: 1. Syn. 2. Sky. 3. Gee.

Turno de Syn: derribó todos los pinos.

Yo: derribé 9. En mi segunda oportunidad no derribé el faltante.

Turno de Gee: derribó 8. En su segunda oportunidad, derribó los 2 faltantes.

[...]

Syn iba de primer lugar, Gerard de segundo, y yo de tercero. Sólo teníamos 5 minutos para que nos largaran, y me tocaba a mí. Derribé 5.

— ¡Mierda!— exclamé, caminando de vuelta, donde expulsaban la bola.

— Te faltan 5, pequeña.— se burló Syn.

— ¿Quieres que le dé por tí?— se ofreció Gerard.

— Dale.— le cedí, haciendo que Syn me mirara confundido.

Gerard se levantó, y yo me senté al lado de Syn. Gerard tomó la bola, se impulsó, y derribó las 5 faltantes, haciéndome levantar e ir hacia él a abrazarlo, eufóricamente.

— ¡No se vale!— exclamó Syn.

— ¡Sí se vale!— respondí, de la misma manera.

— ¡No! ¡Ahora le toca nuevamente!— dijo Syn, haciendo berrinche.

— Pues, mejor para él.— dije caminando y sentándome, nuevamente a su lado.

[...]

Terminamos de jugar, con Syn de campeón. Nuevamente. Y nos dirigimos a la salida de los bolos. Estábamos caminando, platicando, cuando el celular de Gerard sonó.

— ¿Bueno?— contestó. —  ¿Qué? Mikey, es la segunda vez que pasa.— dijo frunciendo un poco el ceño. — Sí, pero... Coño, Mikey, si jodes... Sí, sí, voy.— dijo colgando.— Me tengo que ir, a Mikey le está dando problemas su auto. Nuevamente.— se dirigió a nosotros.

— Ok, no te preocupes. Te veo mañana.— dije, despidiéndome de él con un beso en la mejilla, y un abrazo.

—  Sí. Nosotros iremos a comer. — dijo Syn, despidiéndose de él.

— Está bien. Hasta mañana.— dijo Gerard alejándose.

Syn y yo nos fuimos a la dirección contraria, hacia los restaurantes.

— ¿Porqué a él lo saludas con beso y a mí no?— preguntó Syn serio, sin dejar de caminar.

— ¿Qué?

— Que, Porqué a él...

— Te escuché.— le interrumpí.

— ¿Entonces?

— No sé... Total tú también lo haces.

— Cierto, yo te saludo a tí a sí, lo que es un intento de suicidio, pero aún así lo hago, pero tú nunca vienes y me dices "Hola hermoso Syn!"  — dijo agudizando la voz, haciéndome reír.— Y me estampas un beso en la mejilla, ni nada.— continuó. 

— ¿Qué mierda, Syn? ¿Enserio estamos hablando de eso?

—Sí.— dijo. Lo volteé a ver y sí, estaba hablando enserio.