Jet Black Heart (Synyster Gates)

Capítulo 35

— ¿Hacerte de qué? — preguntó, cerrando su cuaderno, prestándome atención.

— ¿Cómo que "hacerte de qué", eh? — exclamé.

— No te entiendo.

— ¡Mierda, Syn! ¡Me llevas evadiendo casi una jodida semana! ¿¡Y ahora me dices que no entiendes el porqué de mis gritos?! — dije, casi levantándome.

— Exactamente. — respondió, mirándome fijamente.

Suspiré. — ¿Al menos tienes una explicación del porqué me evades? — pregunté "más tranquila"

— No te he estado evadiendo. — dijo, haciéndose hacia adelante, con su silla.

— ¿No? Entonces, ¿Se puede saber porqué hace 5 días que no me haz estado jodiendo, ni nada, pero sí haz estado con los chicos?

— Eh...

— ¡¿Ves?! ¡Sí me evades! — le señalé, levantándome.

— ¡No! ¡Es porque..!

— ¡Buenas tardes, estudiantes! ¡Todos a sus puestos! — llegó el profesor, interrumpiendo a Syn. — Los que quieren... — susurró, caminando a su escritorio.

— Me dices luego. No escapes en la salida. — le dije, yéndome.

[...]

— Y por eso...

— ¡Ya son las 13:20! — gritó un chico, interrumpiendo al profesor.

— ¡No es mi problema! ¡Todavía no ha sonado el tim...! — fué interrumpido, nuevamente, pero ésta vez, por el timbre. — Largo. — dijo el profesor, sentándose.

Me levanté de la silla, y me puse mi mochila. Ya lo había guardado todo. Ví a Syn caminar rápidamente hacia la salida, sin mirar a ningún lado, así que, inmediatamente, me fuí tras de él.

— ¡Hey, hey, hey, hey! ¿Dónde mierda crees que vas? — le grité, halándolo por el cuello de su camiseta. Frenó por mi fuerza.

— Fuck. — susurró.

— Entonces, señorito Gates... ¿Porqué me haz estado evadiendo? — le pregunté, cruzando los brazos, al frente de él.

— ¿Enserio tengo que decirte específicamente a tí? — me preguntó, cerrando los ojos.

— ¡Claro, estúpido! — dije, obvia. — ¡Suelta la cinta! — le apresuré.

— Emm... Es porque... Eh... — tartamudeó, mirando hacia otro lado.

— ¿Es porque...?

— Porque tengo novia. — dijo, finalmente, mirándome.

«¿¡Qué?!»

— ¿Qué? — le pregunté, lo más normal y confundida, posible.

— Que tengo novia. — repitió.

— ¿Novia? — pregunté. No sé porqué, pero estoy levemente celosa. Muy levemente. «Notan sarcasmo en el "levemente"»

— Seep. — dijo resonando la "p".

— Y... Bueno... ¿Eso que tiene que ver con evadirme? — le pregunté, acomodando mi mochila.

— ¿Qué? ¿No... No es obvio?

— Obvio, ¿Qué?

— Nada. Supongo que porque, le tengo que ofrecer más de mi tiempo a ella, ¿No? — dijo, mirando a cualquier punto fijo que había detrás de mí. «Apuesto que es la pared»