Oscuridad 1

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Nueva historia. Espero que sea de su agrado. Gracias por comenzar a leer.


Me sobresalté al oír un sonido. Trataba de dormir hace bastante tiempo pero seguia sin lograrlo.

Traté de ubicar el lugar de donde provenía. Pero no se volvió a repetir.

Nuevamente me embarque en mi plan de dormirme, pero, no podía, una inquietud estaba alojada en mi pecho, cierta incomodidad me oprimía.

Pensé en mi día ¿que podía causarme semejante malestar?.

Mi jornada de trabajo en la estación radial donde era locutora hace cinco años había sido tranquila. Amaba mi trabajo y mi programa "Palabras desde el corazón" En él yo recitaba poesía de distintas épocas, lugares y autores. Me gustaba la poesía romántica, pero no me limitaba solo a ella e incursionaba en distintos estilos.

Un libro me había llegado esa mañana. Jhon, mi jefe y dueño de la radio lo había conseguido. Se llamaba"Sangre en la Cumbre: Amor y Muerte"Se trataba de una historia sobre una masacre ocurrida años atrás en Inglaterra.

Ni bien posé mis manos sobre el antiguo libro un escalofrió me recorrió todo el cuerpo. No era extraño muchos textos de antaño me habian producido un sentimiento similar; Según mi teoría personal, en las letras y palabras escritas se podían percibir mucho de las emociones del autor o de las vivencias que estos relatan.

Pero esta vez habia sido mucho más fuerte, como si ese escrito gritara los hechos terroríficos que allí sucedieron.No lo leí en el aire solo hojeé con mis manos algunos capítulos, pero fue tan poderosa aquella sensación que aun ahora, muchas horas después, perturbaba mi paz y mi sueño.

«Si,eso es—pensé—Solo sugestión»

Pero aun convencida de esto tardé dos horas más en dormirme.

A las siete sonó el despertador.

Bastante cansada por las horas perdidas de sueño, me levanté con pereza. Fui hasta el baño, me duché, tomé del ropero una camisa y una falda, me peiné, pinté mis labios y tomando solo un café, salí con mi bastón a comenzar un nuevo día.

La estación solo quedaba a dos cuadras así que lentamente, como siempre me movía, surqué las dos calles y entré en la estación.

—Buenos días—saludé al entrar.

—Buenos días, Tami—correspondió mi saludo Jhon y después tambien Larry, el musicalizador.

—Y ¿preparada para el libro nuevo?—me preguntó Jhon.

—Claro que si—respondí—Sabes que siempre lo estoy.

Entré en mi cabina, me acomodé y tomé el libro, posé mi mano en la tapa, sentí su textura rugosa, lo abrí. Percibí una brisa fría al hacerlo. Me extrañó, la cabina estaba completamente cerrada, no sabia de donde venia.

Me acomodé

—Tres, dos, uno, al aire—anunció Larry. Y comencé.

—Buenos días, amigas y amigos de FM Minnesota. Una vez más los saluda quien les habla, Tamara Houston, en este su programa que se llama...

El libro estaba frente a mi. Luego de terminar de presentarme y mencionar a los anunciantes apoyé mis manos sobre él y comencé a leerlo.

LA CUMBRE SE LEVANTABA IMPONENTE ARROLLADA POR EL VIENTO. UNA DULCE MELODÍA SE HACIA OÍR  A LO LEJOS; PARECE SUAVE Y ANGELICAL, PERO SI TE ACERCAS ATENTO, ESCUCHARAS GRITOS DE DOLOR, TERROR ...Y A SUS MUERTOS.

Respiré agitada después de leerlo, una brisa nuevamente flotó en el cuarto y abanicó mi cabello.

—Esto es un fragmento de el nuevo libro que empezaré a recitar a partir de mañana. No se pierdan la lectura de esta apasionante obra. Ahora un pedido musical y después como ya saben...seguimos leyendo.

Larry puso una canción romántica de George Michael, Ghost Wisperer, y yo simplemente respiré profundo tratando de relajarme. Algo... no se que, pero algo había sucedido al recitar esas palabras. Mi pecho tenso subía y bajaba, mis manos temblaban. Miedo, tenia miedo.

« ¿Miedo de que?—pensé—He leído muchas poesías e historias de horror, ¿porqué que me sucede esto?»

Una hora después volvía a mi casa. Con dificultad había leído unos poemas más. Los nervios y ansiedad me acompañaron todo el día. Y esa noche, una vez más se instalaron en mi cuarto.

No le temo a la oscuridad, es mi mundo, el que conozco. Lo que me rodea en forma constante tenga abiertos o cerrados mis ojos. No le temo a la oscuridad, pero si a lo que se esconde tras ella, lo que mi vista no puede ver pero percibo en la noche.

En ese momento una ráfaga de aire helado atravesó mi habitación como un rayo, y muy suave, muy lejano, el acorde de un piano empezó a llenarlo todo.

Una voz fantasmal me susurró al oído.

—Por favor, no leas mas...no la vuelvas a despertar.

Mientras yo aterrada ahogaba un grito...

Invisible EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora