Capítulo 4

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Booktrailer en multimedia.


Nos estacionamos unas cuadras atrás, ya que toda la calle estaba llena de carros, Dylan no paraba de hablar sobre lo asombroso que será la fiesta, cuando llegamos en frente de la casa estaban muchas personas, bailando, tomando o vomitando.

Entramos sin problema, Dylan se fue atrás de Sam, mientras yo fui a la cocina, agarre un refresco y me senté en el sillón.

Me quedé un momento ahí sentado viendo a toda la gente bailar y oyendo buena música.

Vi como Mandy bailaba muy seductoramente con un chico, traía puesto una falda roja y solo llevaba un brasier rojo, su pelo rubio caía sobre sus hombros, sus labios eran de un color rosa fuerte; ella me vio y se acercó a mí.

—Hola Riley, pensé que no vendrías. —Dijo bailando.

—Hola, mi amigo me dijo y quise venir.

—Que genial, ven a bailar conmigo.

Me agarró de la mano y me arrastró hasta la pista de baile, sentí como todos los cuerpos me empujaban y me presionaban, Mandy puso sus manos en mis hombros y comenzó bailar, yo puse mis manos en su cintura y nos dejamos llevar por la música.

Ya habían pasado tres horas, ya era muy tarde y al día siguiente tendríamos clases, Mandy no paraba de bailar y tomar.

Me alejé de ella, fui en busca de Dylan para que nos fuéramos, pero no lo encontré, no me habrá dejado ¿Verdad?, salí de la casa y fui a buscar el carro, no estaba, llamé a su celular y no contestaba.

Bufé, ahora como regresaría a casa, no tenía dinero para un taxi. Sólo pensé en una persona, marqué el número de la casa, Alexandra contestó adormilada.

—Diga. —Dijo.

— ¡ALEXANDRA!, soy yo Riley, Dylan me ha dejado aquí en la fiesta, no tengo dinero, podrías por favor venir por mí.

Ella se quedó callada, después de mucho contestó.

—De acuerdo, dime la calle.

—Estoy en la casa de Mandy, te veo en la entrada.

—Y pensé que las cosas no podrían ser peor. —Dijo ella.

Estaba en frente de la casa de Mandy, todos seguían borrachos o bailando, me quedé solamente ahí, vi el reloj solo habían pasado 10 minutos, Alexandra no sería capaz de dejarme aquí solo, ¿Correcto?

— ¿Qué haces aquí afuera? —Dijo Mandy.

—Estoy esperando que Alexandra venga por mí, ya que Dylan me ha dejado aquí.

— ¿Qué le ves a ella?, no te molesta su presencia o verla.

Yo me quedé pensando, como es que ella podía decir esas barbaridades, Alexandra era dulce, pero por esa estúpida cicatriz todos la trataban como si fuera "Una bestia"

—Yo vi la belleza que nadie vio en ella, además es dulce, tierna, detrás de ese caparazón tiene un gran corazón.

Ella comenzó a acercarse a mí, me quedé ahí quieto, ella me sujetó del cuello y me besó, por alguna extraña razón yo le seguí el beso.

Hasta que escuché como pitaban.

Me alejé de ella y vi que Alexandra estaba en el carro en frente de mí, ella solo miraba al frente.

—Lo siento, no debió de haber pasado esto. —Le dije.

Yo caminé hasta el carro, abrí la puerta y me metí.

—Muchas gracias Alexandra por venir por mí.

—De nada, aunque mejor le hubieras dicho a tu novia que te fuera a dejar a la casa.

—Mandy no es mi novia.

—Sí, claro.

Mandy no era mi novia aunque besará tan bien.

Todo el caminó fue bastante silencioso, ella solo conducía escuchando la radio. Llegamos a la casa y ella solo se fue a su habitación.

Me fui a mi cuarto y como un rayo me quedé dormido.

Me desperté, me di una ducha para despertarme mejor, me puse la ropa que escogí, me peine y bajé a comer, Alexandra no estaba.

Agarre mi mochila y baje al estacionamiento, Alexandra se subió rápidamente al carro y yo la seguí.

—Hola Alexandra, ¿Cómo amaneciste?

Por primera vez ella me sonrió, era hermosa.

—Hola Riley, muy bien, ¿Tú?

—Muy bien, ¿Qué te parece si vamos a comer después de clases?

—Mejor lleva a Mandy, yo no soy la mejor compañía....

—Lo eres para mí, además quiero ir contigo.

Ella pareció pensarlo.

—De acuerdo, yo te llevaré a un lugar especial.

El transcurso a la escuela, fue mejor, estuvimos platicando y cantando todo pulmón.

Cuando llegamos ella se fue a sus clases.

En la hora del almuerzo, vi como Dylan estaba sentado platicando con sus amigos, mientras que Alexandra estaba sentada en la esquina, con los audífonos puestos y comiendo.

Me acerqué a ella y me senté.

— ¿Qué estás haciendo?

—Vi que necesitabas un amigo, además nadie debería de comer solo.

—Pues yo lo hago desde hace algunos años.

—Eso debe de cambiar.

Me senté más cerca de ella.

— ¿Qué te gusta hacer?

—Me encanta pintar y tocar el piano, es una cosa que cada vez que la hago me alegra el día.

—Que genial, espero que algún día me puedas tocar algo, amo el sonido del piano.

Ella sonrió.

—Hola Riley. —Dijo Mandy. —Hola bestia. —Dijo con despreció.

—Hola Mandy, no es bestia es Alexandra.

—Riley querido, no te deberías de juntar con gente como ella, porque lo único que hará será destrozarte la vida.

—Mandy, no hables de mí como si no estuviera aquí, además no querrás que vuelva a partirte tu cara.

—Púdrete.

—Tú hazlo, y por favor vete al diablo.

—Tú hazlo al cuadrado. —Dijo.

—Zorra.

—Monja.

—Por lo menos yo aún conservo mi dignidad.

—Ya quisieras ser yo.

—No, no quiero ser alguien hueca y que nadie toma en serio.

— ¡CHICAS BASTA!

Estas dos se iban a matar si nadie se interponía.

—Mandy, te pediré amablemente que te retires.

— ¿Por qué yo?, ella es la que no pertenece aquí; tan solo mírala, es una bestia.

—No, tú eres la que no perteneces aquí, además ella no es una bestia, es un ser humano que es linda por dentro cosa que tú no eres.

Ella pareció estar enojada, ya que solo se fue.

—Gracias Riley, la has puesto en su lugar, cosa que nunca nadie había hecho.

—De nada, ahora que estoy aquí todo será distinto.




MANDY EN MULTIMEDIA.


Broken Hope  #1 (Saga Broken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora