Cerré la maleta, miré mi habitación, tenía miedo pero a la vez me sentía emocionado, soy una de esas personas que le ven el lado positivo a todo.
Bajé las escaleras y vi a mis padres los dos seguían peleando por quien me llevaría al aeropuerto.
—¡TÚ LO LLEVARÁS!
— ¡CLARO QUE NO, TENGO QUE IRME A TRABAJAR! — Respondió mi padre.
— Yo también. — Vocifero mi madre.
— Oigan tranquilos, sólo denme dinero para el taxi.
Ellos se miraron apenados, mi padre sacó su billetera y me dio 50 dolares.
— Te voy a extrañar tanto. — Mi madre me dio un abrazo mientras lloraba.
— Te cuidas y no des tantos problemas.
Abracé a mi padre, salí de la casa, un taxi se paró y me subí.
— ¿A dónde?
— Al aeropuerto, por favor.
Él condujo, mientras en el caminó escuchaba "Runaway de Galantis"
Llegamos, pagué y entré al aeropuerto.
Después de tres horas pude por fin subir al avión serían seis horas de viaje, así que saqué mi libro y comencé a leer.
Más tarde aterrizamos y bajamos del avión, busqué en la sala a alguien que tuviera un cartelon o alguien que preguntará por Riley Stuart.
Hasta que vi a una señora pelirroja con un cartelon que decía mi nombre, me acerqué a ella.
— Hola, yo soy Riley.
— ¿Traes una identificación?
— Sí. — Saqué mi cartera y le enseñe mi credencial de la escuela.
— De acuerdo, vamos, perdona si te hice que probaras que eras tú, pero una vez vine a recoger a alguien y me lleve al señor incorrecto.
Reí.
Caminamos entre la gente hasta que llegamos al estacionamiento, no subimos a una camioneta, Evelyn me platicaba como era la vida en LA.
— Escuché que tenía una hija.— Dije.
— Sí, tiene 17, se llama Alexandra.
— Lindo nombre.
— Sí, solo que perdona si ella es algo.... Grosera, ella ha sufrido mucho.
¿Sufrido mucho?, cuando dijo eso, sentí una inmensa curiosidad.
— Y por favor no hagas muchas preguntas, ella detesta que pregunten.
Llegamos y se detuvo en el portón de una gran casa.
Que gran casa, era una mansión.
— ¿Quién es? — Dijo un señor.
— Soy yo, ábreme.
El portón se abrió como arte de magia, dejando ver una inmensa mansión con enormes jardines, la señora Evelyn, dejó la camioneta enfrente de la entrada.
— Si gustas baja las maletas, ya que esta lejos donde dejaré el carro.
Asentí, baje del carro, saqué mi maleta y ella arrancó.
Me quedé viendo la enorme casa, por alguna razón me daba mala espina.
Me armé de valor, caminé hasta la entrada, abrí la puerta y entré.
Por dentro estaba muy limpio, la casa era blanca, parecía el cielo.
— ¿QUIÉN ERES TÚ Y QUÉ HACES EN MI CASA?
Voltee para ver que en las escaleras bajaba una chica con un bate, supongo que era Alexandra, ella vestía con un pantalón gris, una chaqueta negra y su pelo rojo (como el de su madre) caía sobre la mitad de su cara.
— Tranquila, — Dije levantando los brazos. — Soy Riley, viviré aquí por unos meses.
Ella en ningún momento se quitó el pelo, sólo veía la mitad de su cara y era hermosa.
— De acuerdo. — Dijo bajando el bate. — Deja de mirarme así.
— ¿Así como?
— Cómo si fuera un fenómeno. — Dijo ella fríamente.
¿Un fenómeno?, pero ella era hermosa.
— No, es que eres bonita.
Ella rió estruendosamente.
— ¿Dije algo divertido? — Dije.
— Que me acabas de decir bonita, cuando no lo soy, te hago una recomendación entre más lejos estés de mí, será mejor.
Ella subió las escaleras dando grandes zancadas y dejándome ahí solo.
Evelyn abrió la puerta principal y entró.
— Tú cuarto esta en el pasillo derecho y esta a un lado del cuarto de Alex.
Asentí, subí las inmensas escaleras hasta llegar al segundo piso, había dos inmensos pasillos, me fui por el de la derecha, vi una puerta con una A en la puerta, caminé a la puerta de lado, abrí la puerta y había una gran cama, con armario, escritorio y un televisor, además de que tenía un balcón.
Puse la maleta sobre mi cama, abrí el balcón y daba hacía otro inmenso jardín con una piscina.
Respire el aire fresco, admiré todo y volví a entrar, comencé a desempacar, cuando terminé caminé afuera, me senté en el pasto, abrí mi libro y comencé a leer.
Después de algunas horas entré, dejé mi libro en la cama y baje al comedor, donde estaban todos sentados, menos Alexandra.
— Hola Riley, la cena esta lista, ¿Sería una molesta si le hablas a Alex? — Dijo Evelyn.
— No, iré por ella.
Subí las escaleras y toqué la puerta, nadie contestó así que decidí entrar, su habitación era muy diferente a lo que pensaba, era totalmente blanca, las paredes, las colchas, el piso, TODO.
Me acerqué a su escritorio que era lo único desordenado en esa habitación.
Había muchas hojas y todas ellas eran dibujos hermosos, sobre ángeles y una sobre una chica con una curiosa cicatriz.
Escuché como se abría la puerta, me quedé ahí pasmado. Ella entró y pude observar todo su rostro, ella me miró aterrada, pero lo que más me impactó fue ver que en la otra parte de su rostro que había cubierto anteriormente, tenía una enorme cicatriz desde su labio hasta su frente, de ahí emanaban unas cicatrices más pequeñas.
—¿Qué rayos haces aquí? —Dijo ella furiosa.
— Venía a .....
— ¡NO VUELVAS A ENTRAR A MI HABITACIÓN, SIN MI PERMISO! — Ella gritó de una manera tan horrible que hizo que dieran un pequeño salto.
— Yo, lo siento.
— LÁRGATE.
Salí de ahí y cerró la puerta de un golpazo.
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Broken Hope #1 (Saga Broken)
Fiksi RemajaElla era fría como la nieve. Él era cálido como el fuego. Ella escondía secretos. Él amaba los secretos. Ella era solitaria. Él era social. Ella odiaba la vida. Él era vida Ella era una bestia. Él era hermoso.