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-¿Por qué le preguntaste eso? - Interrogó Amy.

-Curiosidad - Respondí sin darle mucha importancia al asunto aunque a decir verdad me carcomía la cabeza pensando cual de los dos dijo la verdad, ya que, por confianza sería Guillermo, pero  por lógica tiene más sentido lo que contó Diego.

Antes de que Amy empiece con su cuestionario fuimos interrumpidas por Daniel, teníamos que ir a comer.

-¿Amy vas a ir a comer? - Pregutó Daniel mientras me sacaba las esposas.

-Si hay carne no, dije que soy vegetariana - Respondió. Si, Amy prefiere morirse de hambre antes que dejar su orgullo.

-Creo que hay fruta que sobró del mediodía.

-Entonces sí.

Terminó de sacarles las esposas a Amy y nos dirigimos hacía el comedor. Tratamos de comer los más rápido posible para ir a la habitación ya que habíamos arreglado con Astrid planear como saldríamos de allí.

-Terminé - Dije triunfante al terminar el plato de carne en menos de diez minutos. Daniel me observó asombrado por la rápidez y yo le contesté con una sonrisa.

-Yo también. Me llevo esta naranja para después, Dani - Dijo Amy molestandolo.

-Emm okey, vamos. 

Nos llevó a a habitación, nos esposó nuestra mano derecha a las camas y se fue. Había pasado media hora y Astrid no llegaba a la habitación.

-¿Le habrá pasado algo? - Le pregunté a Amy preocupada. Ella levantó los hombros en respuesta.

-Ni idea, es raro que se haya demorado tanto.

-¿Y si hay alguna cámara por aquí y nos escucharon? - Dude y ella asintió.

-Puede ser.

Empezamos a buscar con las miradas haber si encontrabamos alguna camára y encontramos solo dos en los extremos de la habitación.

-Por el tipo de camára y la distancia en las que se encuentran son solo para filmar movimientos, no se pueden escuchar las voces - Amy miró fijamente una camára y le sacó el dedo del medio mientras sonreía.

Empezaron a llegar las demás chicas pero Astrid no y ya me estaba empezando a preocupar. Les preguntamos a algunas chicas si la habían visto pero todas negaban.

-Amy ya me estoy preocupando. Pasó más de una hora y ella todavía no llegó. 

-Eso estaba pensando es raro que todavía no haya vuelto de comer, nunca se tardó tanto.

Habrán pasado cinco minutos desde que hablamos que entraron cinco hombres de seguridad, seguido de Astrid y Diego.

Mis manos empezaron a sudar pero al ver la sonrisa de Astrid y un "No te preocupes" que salió de su boca me tranquilice.

-Solo voy a preguntarles una vez y quien haya sido la responsable que lo diga o pagarán todas - Diego sacó un papel doblado de su bolsillo y empezó a abrirlo - ¿Quién escribió este papel?

Al ver de que papel hablaba mi cuerpo se quedó inmóvil y mi estomago se estrujó. Era el papel que habíamos escrito con Amy. Todas permanecimos unos segundos en silencio. Tenía tanto miedo de que me vuelvan a hacer algo.

Abrí la boca para decir "yo" pero una voz femenina se adelantó. Recé con que no fuera Amy, me di media vuelta y me encontré con los verdosos ojos de Jazmín, una de las chicas que se encontraba ahí. Quedé estupefacta al ver que ella se había hecho cargo cuando no debía porque hacerlo.

-Jazmín, muñeca ¿Fuiste tú? - Preguntó Diego acercándose cautelosamente a ella.

-Si.

-¡NO! - Grité, sintiendo como mi garganta se quemaba por dentro al ver que Diego le apuntaba con el arma a Jazmín - Fui yo. - Dije agachando la cabeza, no quería ver la sonrisa enorme que de seguro se había plasmado en su rostro.

-Muy bien Edeline, me gusta que digas la verdad. Hubiera sido una lástima que muera por tu culpa ¿No? ¿Pero te digo algo? No iba a dispararle, sabía que no había sido ella - Me susurró Diego en el oído mientras apartaba un mechón que se encontraba en mi cara, colocando tras mi oreja. - ¿Y alguien más estuvo contigo?

-Yo. - Dijo Amy - Fue mi idea, Edeline solo se abrió la herida a pedido mío. Llevenme a mi.

Diego sonrió triunfante - Daniel, desposa a Amy.

Empecé a llorar rogándole con que no le hagan nada pero él solo me ignoró yendose con Amy y los guardias.

-¿Qué pasó? - Le pregunté a Astrid cuando se sentó en su cama.

[Narra Amy]

Caminaba en silencio por los infinitivos pasillos que se encontraban en esa casa antigua. Llegamos a un cuarto muy grande y lindo, la oficina de Diego.

-Chicos, pueden retirarse si los necesito los llamo - Le dijo Diego a los guardias de seguridad y ellos asintieron retirándose de ahí. Pensé por un segundo en abalanzarme hacía él o tan solo usar la técnica de Astrid pero entrarían todos los guardias y al saber que tenia esa técnica no van a dejar que toque a los clientes para dormilos.

Diego caminó hasta un mueblecito muy lindo y de él sacó una botella de Whiksy. Me la mostró en señal de si quería un poco pero negué. Quería irme de aquí lo antes posible. Sirvió un poco de ese alcohol en un vaso bajo y ancho. Se acercó a mi sin antes dar un sorbo en el.

-Querida Amanta - Comenzó Diego y yo sentí a mi corazón romperse en mil pedazos. Amanta era también el nombre de mi mamá y después de su muerte nadie me había vuelto a llamar así. Él lo sabía perfectamente y con total de verme sufrir un poco le hacia bien, pero yo no le daría el gusto así que sonreí de oreja a oreja y asentí - ¿Sabias que sos mi preferida?

-No y tampoco me importa serlo - Contesté lo más firme y seria posible.

-Vamos ¿Por qué ese carácter conmigo?

Me levanté de mi asiento para estar a la misma altura de él, aunque era un poco más alto que yo - Espero que no estés preguntando en serio - Dije entre dientes.

-Más en serio no podría hablar.

Tense mi mandíbula. - Por el simple hecho de que fuiste la persona que me secuestro, idiota.

Los dos nos mirábamos fijamente a los ojos ninguno pensaba bajar la mirada o depositarla en otro lado.

-Es tan lamentable el solo hecho de respirar el mismo aire que vos.- Continué con total sinceridad.

-Amy ¿Por qué no te rindes?

-Por qué se que nos van a venir a buscar y voy a disfrutar tanto el momento en el que te vea pudrirte en la cárcel.

-Yo no estaría tan segura, querida.

-Lo veremos en un tiempo - Dije sonriente.

Diego agachó la cabeza y se movió el pelo en modo de decepcion. Sabía que no iba a poder cambiar mi meta y que no me rindiria ante él. Llamó a los guardias para que me llevasen a la habitación donde estaban las chicas.

Corre Por Tu VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora