Diego nos hizo volver a la habitación con todas las chicas mientras nos decía que nos iba a castigar por lo que habíamos hecho, todas estábamos en silencio mientras mirábamos una de las camas que estaba vacía, la chica que se había suicidado era muy joven, tenía toda una vida por delante... la última vez que la vimos fue cuando hablamos todas juntas, ella había dicho que extrañaba mucho a su familia... y ahora veo porque lo dijo.
Todas estábamos tristes menos Astrid, ella estaba como siempre, sin expresar nada.
La noche había caído y los guardias comenzaron a comportarse de una forma bastante extraña, parecían más felices, como si les fueran a regalar algo.
Diego entro seguido por dos mujeres que estaban vestidas con vestidos muy cortos, sentí como mi piel se erizaba a ver a Diego aclarar su garganta para hablar.
—Mis hermosas chicas, ya han venido nuestros clientes...— Dijo sonriéndonos.
La mayoría de las chicas rompió en llanto mientras que otras se encogían en su cama queriendo desaparecer, Amy me sonrió para calmarme pero logro todo lo contrario, sabia que esto iba a venir en algún momento, lo horrible que íbamos a pasar.
Diego se acerco a mi y sentí que mi respiración se detenía.
—Es una lastima... — Lamio sus labios.— Nadie podrá probarte en ese estado.— Dijo tocando mi pierna llena de heridas.
Trague saliva y solté todo el aire que tenia contenido, me había salvado...
El me sonrió y miro a Amy, ella le mostró el dedo del medio y el hizo una señal para que las chicas vinieran a su lado.
—Necesito que maquillen ese moretón, no tiene que verse.— Dijo Diego señalando a Amy.
Ella quiso levantarse pero se volvió a sentar ya que unos cinco guardias le apuntaron.
Las chicas se acercaron a Amy con unos pequeños bolsos que supuestamente tenían maquillaje.
Amy se alejo de ellas mirándolas con los ojos entrecerrados.
—¿Que se siente ser unas muñecas de trapo?— Dijo Amy mirándolas.
Las dos jóvenes no contestaron y comenzaron a maquillarla.
—Ah ya lo entiendo, no tienen la suficiente materia gris para darse cuenta. Zorras.— Dijo Amy casi gritándoles.
Mire a las dos chicas y estas no decían ni hacían nada ademas de hacer lo que Diego les ordenaba, seguramente pasaron por lo que nosotras pasamos y quedaron arruinadas...
—¡Hagan una fila, irán a los cambiadores!— Grito Diego mientras los guardias comenzaban a escoltar a las chicas.
Astrid se levanto y mientras la fila iba avanzando se acerco a mi.
—Ey Edeline, te traeré un regalo...— Susurro mientras me sonreía.
Fruncí el ceño y ella se fue siguiendo la fila, Amy fue la ultima en salir antes me dio una sonrisa que parecía mucho mas una mueca. Diego se acerco a mi y me esposo a la cama.
—No me extrañes, amor.— Dijo guiñándome el ojo.
Me dieron ganas de escupirle pero solo lo mire mientras se iba.
Quede sola en la inmensa habitación, todas las chicas se habían ido y intente dormir pero no lo logre sabiendo que Amy y todas las chicas estarían con hombres horribles que podían hacerles cualquier cosa... mi estomago se revolvió y me dieron ganas de vomitar.
Estaba temblando y no sabia porque, si no tenia frió, lo que si tenia era miedo, mucho miedo.
La puerta se abrió lentamente y una figura masculina entro vestido de negro con una capucha que le tapaba todo su rostro, iba a gritar pero no lo hice ya que el se quito la capucha.
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Corre Por Tu Vida
Novela JuvenilTeníamos una vida normal hasta que llegaron ellos. Las personas mas crueles que he conocido. En su vocabulario solo existe una palabra y es "Dinero". No tienen problema en vender tu cuerpo a otro hombre o tan solo matarte para conseguir un poco de e...