Caí nuevamente al suelo, todo mi cuerpo ardía... Ahora y sabia porque le apodaban el "oso", me había destrozado, golpeado mas de cuatro veces y por mala suerte aun seguía consciente, lo único que pedía ahora era quedar inconsciente.
Mi cabello rubio ya casi estaba teñido de rojo gracias a la sangre al igual que mi pecho, no quería ni imaginarme lo que era mi rostro.
Kevin me tomo del cabello levantándome una vez mas para seguir golpeándome, sentí que la puerta de la habitación se abría y pude ver un traje gris entrar por la puerta corriendo.
—¡Detente!— Kevin me soltó y caí desplomandome en el suelo.
Sentí como de nuevo un sabor metálico invadía mi boca haciéndome sentir aun mal, el dolor paso a ser frió y el frió al calor, mi cabeza daba vueltas y sentía que mis venas pesaban, seguramente había perdido mucha sangre.
—¿Que...has hecho?— Pregunto Diego aparentemente sorprendido.
Kevin gruño y no dijo ni una palabra.
Sentí unas manos en mi cintura y me eleve terminando en los brazos de Diego manchando todo su traje de color carmesí.
— Necesito que Guillermo venga, si no llega dentro de una hora... ella podría morir.— Dijo Diego caminando rápidamente conmigo en sus brazos, salimos hacia afuera y entramos en una casa que parecía bastante iluminada.
El siguió y abrió otra puerta, logre abrí mis ojos solo por un momento y pude ver que estábamos en el baño, el me dejo en la bañera y comenzó a llenarla de agua fría.
Diego intento que mi cabeza estuviera recta pero no lo lograba, no tenia fuerzas ni para levantar una mano.
— ¡No duermas, no duermas!— Dijo lanzándome agua al rostro con sus manos.
Mis parpados pesaban mucho como para abrirlos.
Alguien golpeo la puerta frenéticamente y Diego la abrió.
—Guillermo...— Susurro Diego.
Abrí un poco mis ojos y mire quien estaba frente a Diego, era un hombre de mi edad o un poco mas, el estaba con los ojos como platos mirándome.
—Esto no es humano...— Dijo el hombre acercándose a mi.
Sentí como Diego tragaba saliva y apoyo la mano en el hombro del hombre que ahora estaba arrodillado al lado de la bañera.
—Tienes que salvarla... se nos fue de las manos...— Dijo Diego rápidamente.
Guillermo comenzó a sacar objetos de un maletín que tenia a su lado.
— Vete...— Dijo sin mirar a Diego.
Este se fue sin decir ni una palabra y cerrando la puerta bruscamente.
— Me llamo Guillermo, necesito saber cual es tu tipo de sangre...— Dijo rápidamente.
Intente mirarlo para darle a entender que no podía hablar, tenia la boca sellada, no tenia fuerzas para hacer nada.
El cargo un poco de agua en su mano y comenzó a intentar meterla en mi boca, mojaba mi rostro y cargaba un trapo con agua para luego escurrirlo sobre mi cabeza.
Sentí que mis labios se volvían fríos e intente hablar.
No lo logre pero gesticule la letra de mi tipo de sangre "A" , el me miró y asintió frenéticamente, salió del baño y volvió con una bolsa llena de sangre, la conectó un tubo y sentí un pinchazo en la parte interior de mi brazo, lo mire lentamente, ya tenia puesta la aguja para que la sangre comience a bajar.
Luego de varios minutos pude mover mis manos, y a la par volvió el dolor de mis dedos quebrados, el estaba limpiando toda mi sangre hasta que levante mi mano derecha que estaba sumergida en el agua, el la miro y se asusto. ¿Tan mal estaba?
El comenzó a vendarla y le puso palillos a mis dedos por lo que quedaron bastante rígidos, el era muy cuidadoso con lo que hacia y por primera vez en todo este tiempo vi a una persona con humanidad en sus actos.
Quise hablarle pero solo salieron sollozos de mi boca, el me miro y me cargo la boca con agua.
—¿Quien... eres?— Pregunte finalmente.
El elevo su mirada y la fijo en mi.
— Soy el hermano de Diego...— Dijo ahora bajando su mirada.
¿Como podía ser que un hombre tan cuidadoso y lleno de humanidad pueda ser hermano de un cerdo, idiota sin sentimientos?
— Siento no poder hacer mas, se por lo que están pasando... lo único que puedo hacer es tenerlas con vida...
Tome su mano manchandolo un poco y me acerque a su rostro.
— Es... es mejor... estar muertas...— Dije mirándolo.
El me miro y no contesto, lo solté y cerré los ojos intentando pensar en otra cosa, tenia en tantas cosas en que pensar; Amy podría estar muriendo en este mismo estante y yo no podría hacer nada, sentí como mis ojos ardían y sentí mis mejillas calientes.
Guillermo guardo sus cosas y se acerco a la puerta.
—No pierdas la esperanzas...— Dijo antes de irse.
¿Que no las perdiera? Solo había una cosa que me mantenía con vida y esa cosa era Amy, el hecho de que ella este aquí conmigo me ata a la realidad, si no fuera por ella ya no hubiera entrado al baño porque estaría muerta con la golpiza que me dio Kevin.
Diego entro por la puerta y volví a sentir dolor, el me saco de la bañera y me saco el vestido, no podía decir nada, ni casi moverme, solo facilite las cosas, me coloco un vestido blanco y me cargo en sus brazos, no me negué, no tenia el privilegio ni las fuerzas para hacerlo.
Volvimos al lugar donde estaban todas las chicas y en lugar de sillas ahora habían camas, unas cuantas camas con las chicas encima, se podían escuchar los sollozos desde la entrada, el me dejo en una cama entre medio de Amy y la chica que me miraba fijamente, me quede sentada en la cama mirando a Amy, ella al verme rápidamente se sentó en su cama pero no se podía parar ya que estaba esposada a la cama.
Diego volvió con unas esposas y también me esposo a mi cama, mire la esposas y volví a mirar a Amy, ella comenzó a llorar mirándome, yo le sonreí pero deje de hacerlo al recordar que seguramente tenia los dientes teñidos de rojo carmesí.
— Lili...— Dijo ella mirándome.
— Te quiero Amy, te quiero mucho...— Dije mientras sentía que un par de lagrimas se deslizaban por mis mejillas.
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Corre Por Tu Vida
Teen FictionTeníamos una vida normal hasta que llegaron ellos. Las personas mas crueles que he conocido. En su vocabulario solo existe una palabra y es "Dinero". No tienen problema en vender tu cuerpo a otro hombre o tan solo matarte para conseguir un poco de e...