Capítulo 8

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Las patas cortas de las mentiras

"El carácter es una voluntad fuerte dirigida por una conciencia tierna."

- Aldous Huxley

MAIDER'S POV

Aunque intento atender a la clase, no consigo concentrarme. No sé nada de Dan. No me ha llamado y no me ha cogido el teléfono en toda la mañana. ¿Y si le ha pasado algo? ¿Y si le detuvo la policía? Suena el timbre que anuncia el recreo y me sobresalto. Con el móvil y la comida en las manos, salgo de la clase con Carol pisándome los talones. Ella pasa todo el recreo tranquilizándome, diciéndome que seguro que es un fallo de la línea, y yo intento creerla.

El resto de horas pasan veloces por el reloj, y cuando salgo del instituto, veo a Luís apoyado en su coche. No, por favor. Aun no estoy lista. Pienso en Dan y lo que podría pasar si se ven, después del desastre que lió mi mejor amigo en la fiesta. Pero Dan no está por ninguna parte y me tranquilizo. Pienso en la posibilidad de irme al metro como si no le hubiera visto, pero ya es tarde. Viene hacia mí.

- Mai, ¿podemos hablar? – su voz es ronca y sus ojos tristes. Se ve tan vulnerable así que me ablanda. – Por favor, pequeña...

- Mai, si no quieres hacerlo, no pasa nada. – Carol me coge del brazo. No me muevo, no sé qué hacer. – ¿Quieres que te acerquemos a casa?

- Maider, por favor, hablemos. Solo será un segundo, por favor.

- Está bien... – me giro a Carol y la sonrío para tranquilizarla – Tranquila, él me llevará. Estoy bien.

- Vale, pero luego llámame. – se sube en el coche con su padre y se marchan.

Veo cómo se aleja durante unos segundos y luego volteo para mirar a Luís. Él abre y cierra la boca varias veces hasta que al final se lanza:

- No quería decir lo que dije. Déjame que me explique, por favor.

- Está bien, adelante. – me abrazo a mi misma porque no sé qué hacer con mis brazos.

- A ver, por dónde empiezo... – carraspea y vuelve a hablar – Alex vino a buscarme. Por lo visto se había cruzado con unos amigos de Dan que le dijeron que tú les habías invitado. Te buscó por toda la fiesta y no te encontraba, así que vino a mí. Te estuvimos llamando por teléfono, pero no contestabas. Y eso me puso nervioso. Me asustó que te hubiera pasado algo. Subimos a ver si estabas arriba, esperando que no fuera así. Sé perfectamente lo que se hace en la planta de arriba de una fiesta como esa, y solo de pensar que ese tío te hubiera metido algo en la bebida o te estuviera forzado, me preocupó. – Traga saliva y vuelve a coger carrerilla – Cuando te vi ahí, con ese gilipollas encima, sin ropa y llorando, me temí lo peor. Me puse furioso y perdí los papeles. – veo como aprieta los puños y trago saliva yo esta vez.

No lo había pensado así. No he pensado en lo que pudo sentir él. Debía de estar realmente confuso.

- Yo pensaba que él te estaba obligando o algo peor y... yy... - los dos nos miramos la puntas de los pies, él con un nudo en la garganta y yo con uno en el corazón.

Me siento culpable por no haberle dejado hablar antes... pero a la vez pienso en lo que me llamó en la fiesta y me pongo triste. Vuelvo a mirarle y veo que tiene los ojos rojizos y ahí pierdo la batalla. Sé que él no piensa que yo soy una zorra. Sólo perdió los papeles, y veo que se arrepiente. Veo la culpa en sus estanques claros. Y yo no puedo verle así. Estoy a punto de abrazarle cuando los brazos de otra persona se me adelantan.

Risk (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora