Capítulo 15.1

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Miedos

Toco tus miedos
los acaricio apenas
no les doy de comer
ni los mato de sed.
Tus  miedos son bienvenidos
porque vienen contigo.

Beso tus miedos
los devoro entre tus piernas
les escribo un poema
para que no se duerman
y los veo jugar
a olvidarse de asustar.

Trae contigo tus miedos
no los dejes afuera
que compartan el vino y el deseo
que me vean cuidarte dormida
o cantarte al oído
el bolero dichoso
de un amor prohibido.

No te asustes
amor
pero también
me he enamorado de tus miedos.

-      Carlos Salem


MAIDER'S POV

Entro en mi habitación mientras me seco el pelo con la toalla que tengo en la mano. Con la otra, pongo una lista de reproducción en Spotify. Al ritmo lento de la música voy aplicando la crema por todo mi cuerpo, y cuando termino me pongo mi ropa interior. Pienso en Dan. Le quiero tanto. Veo mi reflejo en el espejo y me fijo bien en la imagen que tengo frente a mí. ¿Qué pensará el de mí cuando me vea... desnuda? Ya me ha visto en ropa interior, pero sin nada de ropa...

Paso los ojos por todo mi cuerpo, analizando todos los detalles. Mis pies, pequeños y con los huesos muy marcados. Mis piernas extremadamente delgadas. Mis muslos y mi braguita de algodón con dibujos. Dios...soy una cría para él.

Sigo subiendo y miro los huesos salidos de mis caderas y la delgadez de mi estomago. Bueno, eso no está tan mal. Solo demasiado plano. Paso una mano por mi ombligo y la subo a mi pecho derecho. No es que sea completamente plana, pero tampoco tengo mucho busto. Observo las marcas de mis clavículas y mi cuello fino. Mi rostro joven y sin maquillar.

Continuo con mi pelo, rubio y largo. Doy la vuelta y me escaneo por detrás. Espalda, hoyuelos en el final de mi espalda, culo pequeño, piernas escuálidas. Debería hacer dieta, ejercicio. Intentar tener el cuerpo perfecto, para estar a su altura. Para que él me desee.

¿Qué es bello y que no? ¿Soy bella? ¿Soy normal? ¿Qué pensará él de mí? ¿Soy suficiente?

Miles de preguntas atraviesan mi mente como balas ardientes, quemando mi autoestima a su paso. Kiara se enreda en mis piernas y me ronronea para que la acaricie. Con una sonrisa triste me agacho a cogerla.

-      Menos mal que tú no me juzgas, ¿verdad? – como si me hubiera entendido, restriega su cara contra mi rostro y ronronea más fuerte. Suelto una risilla y vuelvo a posar mi vista en el espejo – Ojalá fuera gata como tú, así no tendría que preocuparme de mi aspecto.

-      Tú tampoco deberías preocuparte, ma petite*. Eres perfecta como eres. – me sobresalto al escuchar a mi abuela desde el marco de la puerta. Me mira con una sonrisa pero a la vez parece preocupada.

-      No, nana. No lo soy. – dejo a Kiara en mi cama y me apresuro a ponerme ropa. Gata y abuela me miran, mientras ésta última se acerca a mí y se pone a mi lado enfrente del espejo.

 Gata y abuela me miran, mientras ésta última se acerca a mí y se pone a mi lado enfrente del espejo

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-      ¿Qué tontería es esa? Eres preciosa tal y como eres, princesse*.

-      Es me lo dices porque eres mi abuela... – Me miro las manos y ella me acaricia el pelo.

-      Te lo digo porque es verdad. – la miro a los ojos y la sonrio – Eres una jovencita preciosa y dulce. – pasa una mano por mi frente y coloca un mechón rebelde detrás de mi oreja – Cada día te pareces más a tu madre...

-      ¿De verdad? – me vuelvo a mirar y busco algo de mi madre en mi. Ella era tan guapa, tan bella... ojalá de verdad me pareciera a ella.

-      Eres un calco de ella a tu edad, excepto por los ojos. Tienes los ojos de tu padre. – me sonríe mientras pasa la mano por mi pelo. Nota que tengo algunos nudos, y coge el cepillo para, acto seguido, sentarnos en mi cama y peinarme, como hacía cuando era pequeña.

-      Mi madre era más bonita que yo, ma mamie*. – miro a la mesilla, allí donde está su foto, y sonrío con tristeza.

-      ¿Quién te ha metido esas ideas en la cabeza? No habrá sido ese chico, ¿no?

-      No, no. Él dice que soy muy mona. Solo creo que ella era... más... no sé. Tenía una belleza tan especial – ambas observamos la sonrisa permanente de mi madre en esa fotografía e imitamos su gesto. Pero no nos sale como a ella.

-      Cada persona tiene una belleza propia, algo que nos hace especiales. No todo el mundo lo ve – me empieza a tranzar el pelo en cuanto me quita todos los enredos – Pero eso es lo bonito. Así encontramos a nuestra personne*. No sirve cualquiera. – me coloca una goma al final de mi pelo trenzado y me sonríe – Al menos siempre lo he creído así. Yo encontré al mio, y estuvimos juntos casi 30 maravillosos años.

-      Pensé que el abuelo había muerto muy joven... - la pequeña Kiara se sube a mis piernas, demandando su nueva ración de minos, y se los doy mientras yo los recibo de mi nana.

-      Y es verdad. El Sino me quitó a mi amor pocos años después de tener a tu madre. Pero nuestra historia comenzó cuando éramos unos niños, allá en Francia. Nuestras madres quedaron embarazadas y viudas al mismo tiempo, así siempre estuvimos muy unidos. Crecimos juntos, y desde siempre supe que él era el amor de mi vida.

-      Nunca me habías contado eso, mamie.

-      Eso es porque nunca me preguntaste. – me sonríe dulcemente y yo la abrazo. Kiara protesta en mi regazo y río. – Oye, ma petite, ¿Cuándo arreglaras las cosas con mi Luisito? Echo de menos que venga a verme.

-      Nana...no... no creo que se arregle... - una lagrima solitaria se me escapa. Y ella me la limpia.

-      Lo hará, ya verás. Él es tu personne*. – me sonríe y yo solo niego con la cabeza.

-      No lo creo, mamie.

Tras unos minutos en los que solo nos abrazamos y ella ahuyenta mis miedos, se baja para preparar la cena. Lo cierto es que no tengo hambre, pero estoy segura de que me obligará a comerme lo que sea que prepare. Sigo pasando mi mano por el pelaje de mi gatita mientras pienso en las palabras de mi nana. ¿Será Dan mi personne? Seguro que sí. Tiene que serlo.


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Prometí que subiría hoy como muy tarde, y aunque no he terminado el capitulo, no os quería dejar sin cap. Asíque aquí teneis un pequeño adelanto del capítulo 15. Maider está a punto de enfrentarse a una parte de la vida que siempre nos asusta: su virginidad. Eso la hace morirse de dudas y miedos. Pero tranquilas, no está sola. Tiene a su abuelita y, aunque ahora no salga, también a Carol.

Espero que os haya gustado, aunque sea taaaaaan cortito. De verdad, subiré el capítulo entero muy pronto. Antes de acabar la semana, ¡Pinkie Promise!

Abuela Frenchy en Multimedia

Os adoro

XOXO

S.

Risk (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora