CAP. 3

2.7K 190 16
                                    


POV Mariano

Me desperté con besos de mi prometida, abrí un ojo y sonreí. Era tan linda, no entiendo como no la descubrí antes.

Escuchamos unas voces cerca de la habitación y nos levantamos alarmados.

- Ves, que te dije los vecinos nuevos... un par de pendejitos recién independizados tienen que ser.  - mire la hora y reí

- Igual pendejos de infancia, ya se termino la fiestita - Natalie soltó una carcajada

- Vamos a ver, así no nos quedamos con la duda - nos tomamos de las manos y salimos hacia la puerta de enfrente.

Pegamos un par de veces en el timbre y nos íbamos a ir hasta que escuché una voz bastante alejada de la puerta. "No abras mi amor, ahí voy yo" esa voz me resultaba conocida. La puerta se abrió lentamente y mis ojos se posaron en ella. No podía creer que ella había vuelto, y más aun que estuviese viviendo acá.

Estaba hermosa, muy distinta, tenía el pelo mas corto y se había hecho flequillo pero seguía igual de flaquita y petisita.

Un escalofrío invadió mi cuerpo cuando mis ojos se encontraron con los suyos, el cuerpo se me tensó y por mi mente pasó ese momento justo en el que desperté con Natalie a mi lado aún estando con ella.

Sentí su vista fija en nosotros, más concreto en nuestras manos, ella tampoco esperaba que nosotros fuésemos sus vecinos. Sentí que su cuerpo también se tensaba.

- ¿Vos? - dijimos los tres a la vez

POV LALI

No lo podía creer veinte millones de departamentos en Argentina y vengo a parar en el mismo que el. Lo primero que mis ojos vieron fue esas manos entrelazadas, estaban juntos... Era lo único que me faltaba por saber. Cuando mis ojos se cruzaron con los suyos mi corazón se paralizó.

- ¿Que haces acá? - grito ella, su novia. - ¿Viniste a jodernos no?

- No vengo a joder a nadie señorita - educadamente le contesté como si no la conociese de nada, aunque me era imposible.

- Señora - me interrumpió - bueno, mejor dicho futura señora Martínez - soltó la mano de Mariano y me mostró el anillo que había en esta

- Te felicito - le contesté serena con una sonrisa, me daba igual lo que haga con su vida tanto el, como ella.
Mariano estaba estático, no decía absolutamente nada.

- Gracias corazón, ahora decinos ¿que haces acá?

- Vivo acá, y no vengo a joder Natalie hace mucho tiempo deje de ser una pendeja. - Ella soltó una carcajada sarcástica, y Mariano no dejaba de mirarme ni un segundo.

- ¡Mamá...! - escuché un grito atrás de mi y ahí fue la primera vez que vi a Mariano mover su vista para ahora clavarla en la personita que seguro se encontraba atrás de mi.

Giré mi cabeza y mi pequeño vino corriendo hacia mi, con una cara de feliz cumpleaños.

Miré a la parejita feliz y sus ojos estaban fijos en mi hijo quien ahora estaba al lado mío.

- ¿Podemos comer burguer? - me preguntó sin ninguna dificultad en su habla y sonrió. Es igual que el, es igual que su papá, tienen la misma sonrisa.

- Pero ya comimos al medido día burguer mi amor - acaricié su carita y sus hombros bajaron mientras bufaba. - Ahora vemos que cenamos ¿si? - mi hijo asintió y volvió corriendo al sitio de donde había salido

Volvi mi vista a ellos quien seguían mirando atrás de mi esta vez sin haber nadie.

- ¿Algo más? - Mariano me miro impresionado, y Natalie estaba rara. Muy rara, como si sospechara que Nico es hijo de Mariano.

- Si, procura que el pendejito no arme mucho lío ¿si?

- ¿Cómo? - pregunte incrédula, nadie nombraba a mi hijo y menos ella. - ¿Me vas a decir VOS lo que debo hacer o no con MI hijo? - un calor me invadió, y las ganas de agarrarla de los pelos aumentaban.

- Ay gordo se puso agresiva la pendeja. Decile que esto es un edificio y no una selva - yo lo miré tranquila, no seria capaz.

- Lali, por favor intenta que el nene no arme lío ¿si? es un edificio tranquilo este y nosotros nos levantamos muy temprano para ir a trabajar no da que el nene ande gritando o jugando hasta tarde, entendenos - saltó Mariano defendiendo a su novia, mi mirada cambio, lo mire con odio, con desprecio, con rencor.

Como no iba a defenderla si la defendía incluso cuando éramos novios, como no iba a acompañarla en todo si estaban comprometidos. No pido que lo defienda, porque a mi hijo lo defiendo yo, no necesito a nadie que lo haga, pero al menos que se quede callado como hasta ahora había hecho.

No me dio tiempo a contestar cuando ya se habían metido dentro de la casa, cerrándome la puerta a escasos centímetros de mi.

____
Hola de nuevo!! Les dejo el tercer capítulo. Espero que les guste, si es así no olviden dejar su comentario y estrellita.

Tu me cambiaste la vida - Mariali Donde viven las historias. Descúbrelo ahora