Tu me cambiaste la vida - Mariali

CAP: 47

POV LALI

Le mande un mensaje a Gaston diciéndole que si podía llevar a Nico a cenar a algún sitio así yo resolvía unos temitas con Mariano. Estaba dispuesta a contarle que Natalie su "amor" sabía que Nico era su hijo desde antes que naciera.

- Gaston me mando un mensaje diciéndome que se va a llevar a Nico a cenar pero que no tardan.

- Si no te importa me gustaría esperarlo acá...

- Si obvio, espéralo - sonreí - ¿queres algo para tomar? - le dije, acercándome a él.

- ¿Qué me ofreces?

- Y lo que quieras - reí - hay mate, café, te, jugo, y creo que Gaston tiene por ahí alguna que otra botella de Fernet.

- Mmmm y por qué mejor no pedimos algo para comer, sinceramente me muero de hambre - río y sentí una descarga en todo mi cuerpo, quería cenar conmigo - digo, si no te jode.

- Si te digo la verdad yo también muero por comer algo y no sé dónde Gaston guarda las cosas así que mejor pidamos delibery.

•••

Él timbre sonó sacándome de mis pensamientos, y Mariano se encargó de abrir la puerta mientras yo salía de la cocina y lo observaba. Así lo quería tener toda la vida, junto a mí.

- A comer - gritó con estudiamos mientras posaba el sushi en la mesa.

- Gracias

- ¿Por qué?

- Por no llevarme ante un juez, sé que hice las cosas mal y estoy pagando por ello. Pero te juro que me muero si me quitas a mi hijo.

- No hiciste las cosas del todo mal, no te tortures. Lo hecho hecho está y no podemos regresar en el tiempo.

- Fui una mierda al ocultarte algo así, vos mismo lo digiste y tenes razón.

- Dije eso porque estaba enojado, dolido. Me sentía engañado por la persona que amaba...

- ¿Amaba? - lo interrumpí y él asintió.

- No me podes pedir que te ame después de todo lo que pasó. Te quiero mucho, pero ya no siento lo mismo que antes.

- ¿Y a ella? - él me miró - A Natalie... ¿la amas?

- A Natalie la quiero mucho, y puede que con el tiempo pueda amarla como ella se merece...

Un puñal atreveso mi corazón y una lagrima recorrió mi mejilla, lagrima que el saco al instante.

- Vamos a terminar de cenar, ¿sí? - dijo, ignorande lo que le había dicho.

POV MARIANO

Le mentí, la amaba claro que la amaba, la amaba como nadie y como a nada. Pero si le decía eso ella lucharía por mi, yo caería y volveríamos a estar juntos. Y no le puedo perdonar lo que me hizo.

Le mentí también, diciéndole que con el tiempo podría amar a Natalie ¿a quien pretendía engañar? ¿si en cuatro años no logre amarla que me hace pensar que ahora que sé que tengo un hijo y que su mama que siempre fue el amor de mi vida me ama si?

Había pasado dos horas desde que habíamos terminado de cenar y Gaston aún no venia, seguro se había llevado a mi hijo a algún cine o a alguna placita para que nosotros pudiésemos hablar tranquios.

Media botella vacía de Fernet indicaba el estado de ambos. Mire hacia un costado y la mirada penetrante de Lali se clavo en mi.

- Te amo - me lanzo sin anestesia haciendo que mi piel se erizara - te amo y no lo puedo evitar - se acercó hasta el punto en que su rodilla tocara mi pecho.

Acercó sus labios a mi mejilla y apretó está en un beso. Beso que me dejo partido el medio.

- Y sé que vos también me amas. - susurro esta vez besando la comisura de mis labios.

- Lali estas borracha y...

- ¿Y? los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, ¿no? - Reiteró con gracia mientras se acercaba más a mi. Su respiración cochaba con la mía y mis ojos no paraban de mirar los suyos que miraban con desesperación mi boca.

- ¿Me amas? - preguntó ahora con un puchero que hizo morirme de ternura.

- Si, te amo - le conteste, total estaba, estábamos, en pedo o eso fingía yo y mañana casualmente no nos acordaríamos de nada.

Ella se acercó más a mí y me levante antes de que sus labios impactaran en los míos.

- Mejor me voy, mañana voy a tu depto para ver a Nico.

- ¿Tenes miedo de caer? - se levantó rápidamente haciéndonos quedar muy cerca. - Decime mirándome a los ojos que no me amas más y yo te juro que me alejo para siempre y te dejo hacer tu vida tranquilo.

La mire a los ojos, esos ojos cristalizados que tan loco me vuelven y tome su cintura pegándola despacio hacia mí y haciendo que nuestros labios, después de tanto tiempo, se volvieran a juntar.