CAP: 41

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POV Mariano

Natalie se fue de la clínica y aproveché para repasar todo lo que había sido el día de hoy, una completa locura. Mi hijo gracias a dios estaba fuera de peligro, pero aún no despertaba de la operación los médicos dijeron que la anestesia que le pusieron fue muy fuerte y que tardaría unas horas en despertar.

Recordé las últimas palabras de Natalie "pensalo" quizás si, quizás me venga bien empezar algo totalmente distinto con alguien, no hace ni una semana que me separe si. Pero el único modo que tengo para arrancarme a Mariana de mí es metiendo a otra, un clavo saca a otro clavo siempre fue así.

No la amo a Natalie, de hecho creo que nunca lo hice pero si la quiero mucho y creo que puede llegar a ser una persona maravillosa. Todo estaba bien con ella hasta que pareció Lali poniendo mi vida patas arriba, desmoronando todo lo que tenía construido.

¿Por qué ahora? ¿por qué justo ahora me venía a enterar que tenía un hijo y que ella me lo había ocultado durante cuatro años? Ahora entiendo porque cuando me enteré que su vida corría peligro senti un vacío muy grande.

Entre a la habitación y lo vi dormido, junto con Lali que dormía a su lado acariciandole la cabeza.

Cerré sin querer la puerta haciendo que ella se despertara.

- Perdón - dije cuando se incorporó toda despeinada, si no estuviera en esta situación ahora mismo estaría comiéndomela a besos. Clave mi mirada en la suya y vi sus ojos rojos e hinchados, está claro que me vio besándome con Natalie y más claro aún se que le dolió muchísimo. Pero nada se compra con MI dolor, con lo que yo sentí.

- ¿Cuándo le vas a decir? - pregunté en un susurro.

- Cuando se despierte - contestó obvia y la miré serio, ella bufó - cuando se despierte Mariano, cuando se recupere, cuando esté mejor.

- No - la interrumpí - en cuanto se despierte le decís. No quiero esperar más.

- ¿No te impronta la salud de tu hijo? - la mire incrédula y me reí, creo que lo hice por no llorar o por no grítele lo mierda que fue al ocultarme una cosa así durante 4 años.

- Más que a vos me importa, si no me importara la salud de MI hijo te aseguro que vos ahora mismo no estarías así de relajada.

Lo lance sin más sé que esas palabras le dolieron, porque si, si no hubiese sido por mi... no quiero ni pensar que hubiese pasado.

POV Lali.

¿Pensaba tratarme así durante mucho tiempo? ¿pensaba refregarme que yo no pude salvarle la vida y que tuve que recurrir prácticamente a rogarle que él lo hiciera? ¿qué no me duele que mi hijo esté en esa situación? si yo hubiese podido cambiar al rumbo de las cosas hubiese hecho que quien esté postrada en esa cama sea yo y no el, que aquel maldito día en que lo vi con otra no hubiese llegado nunca. Pero no, no puedo volver atrás.

Sentí algo moverse al lado mío y gire mi cabeza rápidamente hasta donde estaba el. Vi como sus hermosos ojitos azules empezaban a abrirse lentamente y con dificultad.

Una lagrima recorrió mi mejilla cuando los vi totalmente abiertos.

- Mi amor - susurré en un deje de voz y lo abrace con suavidad y lentitud.

- Mama - pronunció con una voz ronca y tienes y el alma me volvió al cuerpo, sentí mucho alivio y mucha tranquilidad mi chiquito estaba 100% fuera de peligro.

Vi como Mariano sonreía al otro lado de la cama e inconscientemente rei a la par de el. El también estaba feliz.

- Hola campeón - escuché decir cuando yo salía para buscar al médico.

•••

Después de que el doctor lo revisara y nos diera la feliz noticia de que en unos días si todo seguía igual podía salir entramos a la habitación, los dos.

- Hola - saludó animado.

Hacía mucho que no lo veía sonreír así, que no lo veía tan animado, tan feliz, tan el.

- Hola campeón, sos un genio ¿sabías? - mi hijo negó - sos un guerrero re fuerte.

- ¿Por que?

- Porque tuviste que luchar con muchos gérmenes - empezó a relatar como si estuvieran en una película de acción - y el capitán antibacterias, (que ese sos - le susurró) pudo matarlas a todas.

Mi hijo estalló en risas cuando las manos de Mariano impactaron en su abdomen haciéndole cosquillas. Mucho hacia que no escuchaba esas risas, las de las dos, coordinándose a la perfección. La risa de mi hijo, y la risa de su papá juntas.

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Hola chicas, les dejo otro capítulo que tenía escrito de antes. Sé que soy pesada pero respecto a la otra novela espero que les esté gustando. Beso.

Tu me cambiaste la vida - Mariali Donde viven las historias. Descúbrelo ahora