CAP: 55

1.9K 184 35
                                    

POV LALI

- 1 mes despues -
Mañana se casaba Mariano, es verdaderamente inexplicable de expresar lo que siente mi corazón en este momento, una mezcla miedo, tristeza, dolor, frustración, angustia... No quería perderlo pero todo aquel que estuviera algo cuerdo podría darse cuenta que desde aquel día en que le dije que Nico era su hijo lo había perdido para siempre. Que loco, ¿no? antes de ese día era él el que luchaba por un perdón y ahora todo había cambiado era yo la que hacía cualquier cosa para verlo, para hablar con él, para tenerlo cerca... Yo arrastrándome por un amor y el a punto de comprometerse ante dios con otra.

Me había mandado un whatsapp diciéndome que quería que Nico durmiese hoy con el así se prepararían los dos para "el gran día" El gran día me puso y en mayúsculas, me cuesta creer todo.

El timbre sonó y me sobresalté, llegue casi a las corridas a la puerta, necesitaba verlo por última vez antes de que se casara. Abrí la puerta y lo vi, hermoso con menos barba que el día anterior, con el pelo un poco más corto y con el rostro más suave, se nota a leguas que ya estuvo preparándose para "el gran día" me voy a reír cada vez que diga esa frase porque sé que para el ese "gran día" solo será un día más.

- Hola - dijo, mirándome frío, tanto que sentí como me helaba la piel.

- Hola - sonreí mirándolo a los ojos y pude ver cómo su mandíbula se aflojó y como reprimió una sonrisa.

- ¿Y mi hijo? - entró sin que nadie le diese permiso y cerré la puerta tras él.

- Con Cande y Gastón, fueron a comprar no sé qué cosa para el gran día - pronuncie irónica haciendo aspavientos con las manos.

- ¿Van a tardar mucho? - ignoró mi comentario "desafortunado" bah nada de desafortunado realista más bien.

- Y no se... podes quedarte a esperarlo eh no te voy a comer... todavía - pronuncié en un susurro pero lo suficiente alto para que él me escuche.

- ¿Qué dijiste?

- Que no te voy a comer - repetí chistosa mientras me sentaba en el sillón.

- Después de eso - prosiguió obviando que eso lo había escuchado

- Nada - demasiado conviecente había sonado, tanto que hasta yo me lo creí.

- Sabes que me estoy por casar, ¿no?

- Chocolate por la noticia - el revoleó los ojos y siguió.

- Y sabes que amo - hizo énfasis en el "amo" no se para que si así viniese con un tatuaje en el pecho donde pusiese amo a Natalie no le iba a creer. - A mi mujer, ¿no?

- ¿Si? ¿La amas? - me levanté y me acerqué a él, pude sentir como su cuerpo se tensó y sonreí satisfecha sabiendo que aún yo tenía poder sobre él.

POV MARIANO

Lali estaba muy rara esta noche, quería hacerme pisar el palito pero se olvida que cuando ella iba yo fui y vine mil veces, no iba a caer.

- Si, la amo - me acerqué más a ella y se lo dije mirándola a los ojos, rozando mi nariz con la suya y embriagandola con mi aliento. - La amo como nunca ame a nadie - mustie sobre sus labios, ella se alejó lentamente y caminó hacia atrás.

- Te felicito - susurró en un deje de voz.

- Gracias - pronuncie frío y sentí como su piel se erizaba.

- Che, ¿y como estas preparándote para el gran día? - cada vez que decía "gran día" sentía como si se estuviese riendo de mí obviamente no iba a mostrárselo eso sería como marcar un gol en propia puerta.

- Muy feliz, muy nervioso, muy ansioso, muriendo por convertirla en mi mujer.

- Sos muy injusto ¿sabías? - podía notarse el dolor y la angustia en sus palabras, pero no iba a caer.

- ¿Injusto? si queres podes venir eh, te dije que estas invitada - reí por encima y vi como sus ojos empezaban a humedecerse, se fuerte Mariano, me repetí a mi mismo.

- No, no tengo ganas de ver cómo el padre de mi hijo se caga la vida casándose con alguien que no ama - escupió sin tapujos, tanto que me sorprendió la seguridad en sus palabras.

- ¿Y vos que sabes? - le reproché

- Porque te conozco lo suficiente para saber cuando amas de verdad y cuando no. - ¿por qué siempre tenía que ser todo como ella decía? me voy a casar y lo voy a hacer frente a ella.

- Muy poco me conoces entonces, la amo a Natalie y ni vos ni nadie van a impedir que mañana la convierta en mi mujer.

- Hacelo, ¿quien te lo impide? - gritó cerca de mi rostro.

- Nadie, y aunque alguien se opusiese lo haría igual. - grité acercándome a ella

- Ha-ce-lo - me retó y la sangre me empezó a hervir, ¿pensaba que no iba a ser capaz de dar el sí? estaba muy equivocada si pensaba eso.

Di media vuelta y me dirigí hacia la puerta cuando su voz me interrumpió.

- ¿A dónde vas?

- A mi casa, ya le diré a Gastón o a Candela que acerquen a Nico alla.

- ¿Qué me tenes miedo? - desafiante se volvió a acercar a mí y me acorraló contra la puerta.

- No, simplemente no quiero pelear con vos. No quiero empezar la guerra.

- Hagamos el amor y no la guerra - me susurró sobre los labios para luego mirarme con esos ojos que brillaban más que nunca.

Cerré los ojos para concienciarme que tenía que alejarme de ella, pero era demasiado tarde ya tenía sus suaves labios sobre los míos empezando un dulce y cálido beso.

Tu me cambiaste la vida - Mariali Donde viven las historias. Descúbrelo ahora