CAPITULO 18

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(Poned la canción, así os meteréis de lleno en la historia)

-Will, podías tardar un poco menos, te estoy esperando en el parking.

-Disculpe, ¿es usted familia de Will? El chico la tiene dentro de las primeras personas en la lista de contactos.

-N-no, pero soy su mejor amiga. ¿quién es?.

-Soy Karl, agente de policía.- Me llevé las manos a la boca para callar un sollozo, no podía ser verdad, por favor.- verá, Will ha tenido un accidente, ahora lo llevamos al hospital. Ha sido un accidente de coche, tenemos que investigar cómo ha ocurrido, el coche estaba destrozado cuando llegamos, así que mandaremos a algún especialista para averiguar lo que ocurrió, no se preocupe por nada, está en buenas manos....

Solo podía asentir y callar. Que podía hacer. Se me había venido el mundo abajo. Al terminar la llamada telefónica volví a mi habitación olvidando que todos nos esperaban.

Abrí la puerta y cerré de portazo.Todos la miraron sin saber que había pasado. Tenía la respiración agitada y la cara roja de la ira. Comencé a gritar lo más fuerte que pude y a tirar todo lo que veía a mi paso. Tom se acercó a mi y me agarró por detrás para que me detuviera. Era imposible.

-¡ sueltame, sueltame! No puedo con esto, ¡no puedo!.- gritaba sin cesar. Katy se acercó y me abrazó.

-¿qué ha pasado? Respira, tranquila... ¿qué ha pasado?

-Will... ha tenido un accidente de coche. Está en el hospital.- Todos mantuvieron el silencio viendo como lloraba.- tenemos que ir al hospital, vamos.

Salimos de la habitación y tomamos un taxi, ahora no teníamos coche. Al llegar al hospital, volamos hacia recepción para preguntar la habitación de Will. Estaba en quirófano pero lo llevarían a la 230. Tomamos el ascensor, menos Katy y yo, que fuimos por las escaleras. Al llegar vimos a los padres de Will.

-hola Ángela, iba a avisarte ahora.- dijo Mikel, mientras tomaba de la mano a su mujer.

-ya... ¿cómo está?.- dije con hipo del llanto.

-Está en quirófano todavía, lleva tres cuartos de hora, cuando lo vi estaba destrozado, supongo que tardaran, pero todo va a ir bien.

-Vale, será mejor que me siente.- dije mientras intentaba sonreír.

Pasaron alrededor de tres horas, de vez en cuando un médico iba a ver a los padres y les comentaba que la operación iba bien, o que habían tenido alguna complicación pero estaba todo bajo control. Ya habíamos dejado de llorar. Nos limitábamos a mirar al suelo o tomar café. Cinco horas y nada. Ya no aparecían ni los médicos para avisar. Esto era un desastre.

Las puertas del quirófano se abrieron junto un par de médicos y un enfermero que empujaban la camilla donde iba Will. Todos nos levantamos, los padres vieron de lejos el estado de su hijo y rápidamente se fueron a hablar con uno de los médicos. El resto fuimos con él a la habitación. Esperamos en la puerta a que lo acomodaran y lo enchufaran a los aparatos. Eran demasiados. Las lágrimas volvieron a aparecer. El enfermero avisó que podíamos entrar, que tuvieramos cuidado. Estaba bastante delicado pero podría salir de esta, aunque no sabían si iba a despertar.

Todos le agradecimos y nos acercamos a la camilla. Los padres aparecieron a la hora y se quedaron con su hijo a solas. El resto teníamos que volver para estudiar. Al llegar a la universidad, se fueron a sus habitaciones menos yo que decidí ir a ver al director.

Me lo encontré en su despacho mirando unos papeles.

-perdón por molestar. ¿puedo hablar con usted?.- el director alzó su vista y vio a la chica con los ojos rojos de tanto llorar, tenía la cara hinchada y parecía que no estaba bien. El hombre se levantó, la tomó de la mano y la ayudó a sentarse. Se acomodó frente a ella esperando una explicación.

-Cuente, ¿qué ha pasado?.- dijo preocupado.

-Verá, es Will, Will Hunk. Ha tenido un accidente de coche, todavía no saben cómo ha ocurrido. Está en el hospital y no saben si va a despertar. De momento ya lo han operado, supongo que tendría algunos derrames y huesos rotos, aunque no he preguntado que ha ocurrido en el quirófano. Le aviso yo porque no se cuando van a poder sus padres y también, porque en dos semanas son los exámenes y no se los va a poder hacer.- dije mientras un sollozo la impedía hablar más.

-Muy bien, gracias por contármelo. Hablaré con los padres mañana, dejaré que hoy estén con su hijo. Ahora vaya a descansar y no se preocupe de nada. Lo único es que no deje los estudios, dígaselo a sus amigos, entiendo que no es momento para estudiar pero deben hacerlo.

La chica le agradeció al director su tiempo y se fue a su habitación a descansar.

Nuestro Destino Era Estar JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora