Capítulo 12: ¿Ebria yo? Pff (Parte 1)

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La incomodidad no falta desde que pisé esta casa, no entiendo el porqué de su mirada puesta en mí. Es como si le desagradara la idea de que estuviera aquí, pero lo peor es que frunce el ceño cuando yo lo miro, pero cuando no lo hago solo me mira fijamente sin ninguna pizca de molestia. Transmite tanta curiosidad, es como si quisiera saber más sobre él, porque desde luego desde que llegue no hablo... mejor dicho... no escribió nada.

Está aislado del resto en la isla de la cocina que puede verse desde aquí. Lleva tomando sorbos tras sorbos de una botella de cerveza pero su vista no se aparta de mí en ningún momento.

-¿Y tú que piensas?- pregunta Jerry, el mellizo de Ann. Yo me desconecto de mis pensamientos y dirijo mi vista al chico.

-¿Qué cosa?- pregunto, mi hermano rueda los ojos y me tira un palito salado de la bandeja encima de la mesa.

-Vuelve a la tierra- me regaña.- Acabamos de decir, si vienes a la fiesta de mañana- sonrió complacida y asiento sin pensarlo.- Si no hubiera heredado mi lado fiestero, sería una fresita- lo fulmino y le tiro un almohadón en la cara.

-No tengo que heredar nada, solo acepta que soy mejor que vos- lo molesto.

-¡¿Qué?!- grita- ¡¿Escucharon eso?!- exclama ofendido mirando a todos con indignación- Esto es inaudito- se cruza de brazos- No te traigo más- dice fingiendo enojo y yo rio descontroladamente al igual que todos en el salón. Siempre tan infantil.

Después de tantas respiraciones por conseguir el aire, el teléfono comienza a sonar en mi bolsillo. Pido disculpas y entro a la cocina para contestarlo. Sin leer al emisor contesto.

-¿Si?-puedo escuchar la respiración del otro lado, lo que hace que mi piel se ponga de gallina.- Si no contestaras, no hubieras llamado. Cha...

-¡No!- grita la otra persona desesperada para que no cuelgue. A pesar de que haya hablado con esa simple dos letras no puedo identificar a la persona.

-¿Con quién hablo?-pregunto ya fastidiada.

-Adam, pero no me cortes por favor- suplica y yo solo me quedo callada.- ¿Estás ahí?- pregunta después de un momento de silencio.

-¿Qué quieres?- pregunto seca.

-Fui a tu casa y no estabas. Solo quería que hablemos.- pide con arrepentimiento y dolor o quizás es fingida.

-¿Sabes qué?- pregunto algo enfadada, el hace una pausa. Él sabe perfectamente como son mis reacciones y muchas veces me llamo terca, pero se lo que hago.

-Kelly...- le corto. Aja, lo sabe. Sabe que después de esa maldita pregunta va a llevarse miles de palabras desagradables que él, a pesar de ser un chico "malo", no soportaría por el cariño que tomo conmigo, pero eso me importa muy y demasiado poco.

-Sos la persona más falsa que conocí en mi vida, nunca debí confiar en ti y...- me interrumpe.

-¡YA!- grita esta vez enfadado. ¡Encima se enoja él! ¡Maldito!- ¡No puedes siquiera decirme esas malditas palabras! ¡Estoy disculpándome por algo que yo no hice y nunca lo haría! ¡Solo le crees a un desconocido, alguien que solo con unas palabras le crees! ¡ESTO LO ARMO EL MALDITO DE IAN!- grita causando que separe el teléfono de mi oreja.

-¿Enserio? Me llamas y pides que no cuelgue ¿Para qué? ¿Para qué me grites? Además tenes el maldito descaro de culpar a Ian y te recuerdo que él no es ni un cuarto de mierda de lo que tú eres.- Puede que me haya pasado, pero se lo merece. No creo que Ian haya echo eso sin ni siquiera saber que esa carta es importante para mí.-

-¿Ahora soy una mierda? Kelly, escúchame bien lo que voy a decirte. No puedes culparme de algo a lo que no tienes pruebas y creerle a un desconocido, cuando yo mismo fui el que siempre estuvo a tu lado en todo. Recuerda que yo también conocí a tu primo y él era un gran amigo, nunca haría tal cosa. Solo piensa lo que quieras. Hasta acá llegue. Cuando decidas y admitas tus errores, ahí hablaremos- cuelga. Separo el teléfono celular de mí y me quedo observando la pantalla.

Soy una completa idiota ¿Desde cuándo culpo a alguien sin tener pruebas? Puede que tenga razón en que el siempre estuvo a mi lado y además de haber sido un buen amigo de mi primo, pero... ¿Por qué culpo a Ian? Él ni siquiera sabe de la ex existencia de esa carta, no sabe completamente nada de mí vida o de mi primo.

Me volteo hacia la salida de la cocina pero me topo con la vista de Nick en mí, mirándome con interrogación. Pongo los ojos en blanco y cruzo mis brazos.

-¿Sucede algo?- pregunto ya molesta por la conversación por la línea. Él se escoge de hombros y toma una lapicera que tiene en su bolsillo. Escribe algo en su mano y me la muestra, yo camino hacia él para leer lo de su mano, al mismo tiempo en el que no pierde la vista de mí.

"¿Problemas en el paraíso?" Frunzo el ceño sin comprender, hasta que caigo en la cuenta de que él cree que con la persona que acabo de hablar podría ser mi novio. Por eso mismo sonrió y niego.

-No era mi novio- digo sonriente y el me devuelve la sonrisa, pero algo pervertida. Vuelve a escribir en su mano.

"Aja, picarona ¿Verdad? Era tu amante" Creo que mi cara fue notable el desagrado y la molestia por haber leído esas palaras.

-¿Qué me crees, por perra?- espeto. El levanta sus cejas y niega rotundamente.

"Solo era una pequeña broma, no te pongas histérica" Bufo y lo hago a un lado con mi mano sin pedirle permiso. Me siento al lado de Hannah y aprieto mis dientes cuando lo veo entrar a la sala con una sonrisa divertida, lo que me hace querer dejarlo sin descendencia.

Miro a otro lado ignorándolo y escucho un chisteo al mismo tiempo en el que me picoteando la espalda. Miro allí y el idiota intenta molestarme.

-¿No tienes otra cosa que hacer?- digo con cólera y todos ponen su atención a nosotros de inmediato. Pero sus ojos se hacen como plato al vernos, lo que no entiendo.- ¿Qué?- pregunto y Ann se me acerca al oído.

-Él nunca se lleva bien con las personas y mucho menos con humor- me explica, yo me escojo de hombros y me cruzo de piernas.

Nick frunce el ceño algo curioso por saber qué es lo que me dijo aquella pelirroja de mi lado, pero yo solo me distraigo, pensando en Adams. Es como si no pudiera odiarlo, algo me dice que él no fue la persona que quemo esa carta y lo estoy culpando sin razón. Algo que yo nunca hice, siempre acudí a pruebas. Necesito hablar con él y aclarar las cosas, buscar al culpable, porque de está no va a salir ileso o ilesa.

Chad se levanta y desaparece en la cocina. No pasan ni cinco minutos y entra con una bandeja, donde miles de vasos de vodka reposan.

-Llego el juego de la noche chicos- frota sus manos y mira malévolamente a todos.- Me parece que hoy se quedan todos planchados en el sofá y obviamente nuestra nueva invitada también.

-¿Qué? No-digo aterrada mirando los... cincuenta o más vasos en la bandeja ¿Acaso quieren emborracharme? 

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Mayra 

Lo siento, tarde demasiado en actualizar. 

Les dejo el capitulo. 

Voten si les gusto. 

Comenten... opinión o critica. Me encantaría saber que piensan, que les gusta y que no. 

Besoooooooooossssss

PD; es muy corto lo sé, pero le pasare la otra parte en cuanto la termine.


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