Capitulo 22: El dinero calla a muchos...

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Mis ojos comienzan a perder fuerzas y se cierran de a poco. Mis labios toman la misma sincronización o ritmo que sus labios. Mi cuerpo deja de estar tan tenso que al comienzo.

Me siento perdida, confundida y mi cuerpo no reacciona a todas las ordenes que demanda mi cabeza.

"¿Qué haces, acaso te haz vuelto loca? Es tu MEJOR AMIGO ¿Qué se supone que haces? Reacciona, empújalo y exige alguna respuesta de sus acciones"

Sus dos manos acunan mi rostro impidiendo que pueda alejarme. Sus labios comienzan a tomar posesión sobre los míos y su cercanía se hace más aproximada, algo que no es bueno.

Mi cuerpo comienza a notar el rechazo de su cercanía, del error que estoy cometiendo. Mis ojos se abren de golpe y con toda la fuerza que llego a reunir, lo empujo.

Sus ojos se abre como platos, transmitiendo aquel arrepentimiento que siente y su cercanía me ayuda a comprender que necesita explicarme lo que acaba de suceder.

-No- le digo corta interponiendo mi mano derecha entre ambos para impedir que se acerque.- Nos vemos luego- es lo único que digo antes de emprender una marcha lejos de todos.

Las personas al observar que paso a su lado desvían la mirada hacia otro punto disimulando no haber visto nada. Choco contra el hombro de Ian sin querer y mis ojos debaten en ver sus ojos o seguir mi camino con la cabeza en alto en cualquier lugar menos en su rostro.

-Espero que hayan compartido un buen desayuno- eso es lo que alcanzo al escuchar antes de haber desparecido de la vista de todos. Sujeto mi bolso a mi costado, acomodo mi cabello detrás de mi oreja y bajo la vista pensativa hacia el suelo caminando inconscientemente dentro del salón de entrenamiento.

El suelo de este es de un color naranja con lineas blancas marcando el limite de la cancha de basquet. Dos cestos a lo alto en cada punta del largo. Del lado de está, una red extendiéndose a mitad de la cancha a una distancia del suelo bastante alta; siendo así la cancha de voley.

-¿Mucho en que pensar?- salto del susto y miro a mi alrededor para saber de quien se trata.

-¿Se puede saber en que te haz metido?-pregunto malhumorada.

-Hay un chico...- la corto.

-¿Cuándo tomaras el papel de amiga? Por que desde hace mucho tiempo no te he visto y me encuentro en el mismo instituto que tu. He pasado por mucho y nunca se te ha pasado por tu maldita cabeza que tu amiga, entre comillas, la este pasando mal.-estoy segurisima que mis ojos radian desconformida e irritación.

-Pero yo soy tu ami...

-No, no lo eres, al menos no es lo que haz demostrado. Te la pasas con machos por anda a saber donde y nunca se te dio por visitar a tu amiga ¿Cuántas veces he estado contigo y te he apoyado?-abre la boca, pero me adelanto- muchas, decenas de veces, pero claro por lo único que me hablas es para que me tire a uno de por aquí.

-Lo sien...

-Un placer en conocerte, no sirves ni como amiga- dicho esto salgo del único lugar que creí el mas pacifico para pasar el mal momento.

Camino a largos pasos y pisando fuerte con la cabeza alta fulminando a todo aquel que se interponga en mi camino. Ingreso al baño e inmediatamente todas, las que de encontraban mirándose al espejo, salen con rapidez dejando todo vacío.

-Las acciones son fracciones iguales en las que se divide una...- respiro hondo al escuchar la voz de Ian dentro del aula. Sin mucho humor toco la puerta dos veces y luego me atrevo a entrar sin esperar respuesta de parte de la profesora. Todas las vistas de la sala se posan en mi con curiosidad, pero sin importancia alguna me dirijo al único lugar disponible; del lado de Adam.

Take Off The Glasses!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora