—No debí decir eso —susurré.
¡No debí decir eso! Maldición.
Cunando estaba entrando a la casa sentí que alguien cogió de mi muñeca.
Por favor, que no sea Lucas. Que no sea Lucas.
—Oye —dijo Lucas.
Mierda.
Voltee. Mi mirada se encontró con la de él, pareciera como si me tuviera... Pena.
—Déjame sola —dije, y safé mi muñeca de su mano.
Caminé adentro de la casa.
—Vamos, Alexis. No hemos venido a pelear —me senté en uno de los sillones. Lucas me seguía.
Lleve mis rodillas hasta mi pecho y oculte mi rostro.
—¡Callate o te partiré la madre! —susurró Indiana.
—Ya, mujer calmate —dijo Robert.
Sentí que entraron a la sala.
—Lucas, ¿nos podrías dejar solos? —dijo Violet con vos tierna.
—Sí, como sea —dijo molesto.
¿Molesto? ¿Por qué él tendría que estar molesto?
Se fue. Violet e Indiana se sentaron a mis costados.
—All —dijo Robert.
Wow, realmente se sentía culpable. Pero, ¿de qué? Yo fui la que rompió su más preciado tesoro.
—All, lo siento —dijo de nuevo.
No me gusta que me pidan perdón, nunca sabía que responder.
Yo seguí en la misma posición.
—¿Podrías mirarme? —dijo agachándose hasta donde yo estaba.
Alce la cabeza. Él sonrió.
—Lo siento, All —dijo.
—Esta bien —dije—, pero no me llames All.
Asintió y me miro curioso.
—¿No planeabas contármelo? —dijo, negué con la cabeza—. Bueno ya paso.
—Bien, ahora sí. Vayamos a jugar de nuevo —dijo Indiana.
—No —dije.
—¡Por favor! No arruines la noche —dijo haciendo un puchero.
—Frank ya me arruinó la noche.
Y hasta el día entero. Me levante del mueble y iba a subir las escaleras.
Sentí que unos fuertes brazos rodeaban mi cuerpo y me alzaban.
—¡Robert! ¡Maldita sea, bajame! —grité.
Robert me estaba llevando afuera de la casa.
—¡Que me bajes, cabezón!
—Lo tomaré como un cumplido —cuando estábamos en la fogata finalmente me bajo.
Mire a Lucas, él me miraba mal.
¿Qué hice?
—Creo que deberíamos cambiar de lugar.
Todos rotaron y al final Lucas termino a mi lado derecho y Robert a mi lado izquierdo.
—Yo empiezo —dijo Lucas.
Lo miré y él a mí.
—¿Verdad o reto? —dijo.
—En realidad tienes que preguntarle a Frank... —dije nerviosa.
—No, ella ya jugo. Te toca a ti.
—No impor... —me interrumpió.
—Solo responde, Brown.
Me moví incomoda.
—Verdad.
Lucas miró a otro lado y pensó en lo que me preguntaría, supongo.
—¿Cómo fue tu primer beso?
¡¿Qué?! ¡No, no, no, no, no, no!
De ninguna manera respondería eso. Mire a Indiana y Violet con los ojos muy abiertos, ellas también estaban nerviosas.
Estoy muerta, tierra tragame.
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Brown's
Teen FictionCompartimos el mismo cumpleaños, la misma música, el mismo apellido... Yo sentía que él era mi alma gemela. Definitivamente creo que él es el chico perfecto para mí.