Brown's

Capítulo 12: Mataran a Robert

Lo que Alexis se puso para la fiesta en multimedia n.n

(...)

—¡Robert, si viene más de treinta personas, te mato! —gritó Cassandra.

—No te preocupes, todo esta bajo control —dijo Arian entrando a la sala—. Por cierto, llegaran en poco rato. Deberían cambiarse.

Llego con dos cajas.

—¿Qué es eso? —pregunté.

—Ésto, quería amiga. Es diversión.

Me acerque a la primera caja y la abrí. Hierva.

—Ustedes tienen la mente muy retorcida —miré mal a Arian—. ¿Cómo piensan pagar eso?

—No lo pagaremos —dijo Robert sonriéndome.

—¡¿Estas loco?!

—Matt, nos lo debía.

—¿Quién mierda es Matt? —preguntó Lucas entrando a la sala.

—Matt, el que no tiene ceja.

—¡¿El nerd?! —me asombré— Ustedes no tocaran eso, ¿verdad?

—¡Prejuiciosa! —Arian me apunto con el dedo.

—No —dijo Lucas.

—Bueeeno... —dijo Robert, lo miré mal— Lo miraré de lejitos.

—Como sea —dije—. ¿Puedo ayudar en algo?

—No, este trabajo es de chicos —dijo Lucas.

Mi chico machista, que lindo.

Sarcasmo encendido.

—Vale —camine hasta las escaleras—. ¿Han visto a Evan?

—Eh —Robert se rasco la cabeza—. No sé.

—Tonto.

Iugh, piojos.

Camine hasta mi habitación y saque mis audífonos.

Quería ir a caminar, y sabía que me encontraría con  Evan. Se veía triste cuando lo vi yéndose a donde fuimos la otra vez. Había escuchado que de había regresado, por eso pregunté.

—¿A dónde vas? —preguntó Arian.

—A caminar —le sonreí y salí de la casa.

Robert se estaba pasando con eso de la fiesta. He visto que a invitado a más de 136 personas, ha comprado hierva, y hay catorse cajas licor en la cocina.

Si algo sale mal, definitivamente Cassandra se enfadaría.

Evan estaba echado en la arena, tenía puestos sus audífonos. Me heche al lado de él. Él volteo a verme y le sonreí.

Se saco los audífonos.

—Voy a olvidar a Zanah —dijo.

—¡Al fin! —dije.

—¿Qué cosa? —frunció el ceño, yo reí.

—Ya tengo opciones para ti.

—¿Ah, sí? —dijo burlón.

—Michel, Sabrina, Lizeth, Marg...

Me interrumpió.

—¿Cúanto tiempo llevas pensando esto? —se burló.

—Desde la primera vez que terminaron.

Rió.

—La necesito —dijo.