Capitulo 29: El plan de Catalina

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Evan en multimediaðߌŒ

—¡¿Cómo cojones entran a mi casa tan fácil?! —grité, mientras me levantaba.

—¡Que tu mamá deja llave debajo de el florero! —dijeron Lucas y Stela al unisono.

—¡¿Tu qué haces aquí?! —le grité a Lucas, él sonrió.

—Los chicos dijeron que vendrían aquí en quince.

—Y ¿qué haces aquí tú? Faltan quince —le grité.

—Yo vi que tu grandullón vino hacia acá y quise interrumpir —dijo, seguido de una risa de niño.

—No es: mi grandullón —gruñí.

—¡Callense! —bramó Stela— Joder, ustedes no maduran.

—Istidis ni midirin —escuché la voz de Evan.

—Me están jodiendo —dije psandome las manos por la cabeza—Y ¿tu como has entrado? —pregunté, mirándole mal.

—Lucas dejo la puerta abierta —respondió Evan. Lucas y Evan se saludaron y luego Lucas volteo a mirarme con su tremenda sonrisa.

—Vale, los ignoraré porque no quiero golpearlos —dije.

—Eh... Iré a ver que hay en el refrigerador —dijo Evan, y se fue del cuarto.

Para eso vienen a mi casa, me utilizan.

—Stela, ¿qué decías? —le dijo Lucas.

Stela lo miro a los ojos, pude notar que lo hacia como cuando se tomaban de la mano o como cuando eran novios. Stela no supera a Lucas, fue el único chico que de verdad la valoro y respeto.

—Catalina quiere buscar la manera de regresar contigo —dijo, me miró—. Y no solo eso, quiere acabarar con ustedes.

—¿Y...? —dije, mirándola con incredulidad— Lucas es un tonto, en cualquier momento caerá.

—Hey, sigo aquí —dijo Lucas, levantando la mano.

—¿Franklin y tu no están juntos? —preguntó Stela, con aire de emoción.

—Hemos discutido y ella no me habla, pero pronto volveremos —dije.

—Oh —dijo Stela, parecía desilusionada.

—Stela, ¿no crees que estas siendo muy dramática? —pregunté.

—No, Alexis —se sentó en la cama—, no conoces a Catalina.

—Vale, digamos que tu tampoco —le dije, sonriéndole.

—He pasa... —dijo Stela.

—Stela, directo al grano —la interrumpió Lucas.

—¿Son cortos o qué? —se alteró— ¡Catalina quiero estar contigo! —señalo a Lucas.

—¿Y? Lo a querido desde primaria —dijo Lucas, relajado.

—¡Presumido! —le grité y reí, Lucas también lo hizo.

—Me están estresando —se masajeo la cien—. Catalina antes de hacer eso va a acabar contigo, con Violet, Indiana y todos ustedes.

—¿Cómo podría acabar conmigo? —fruncí el ceño.

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