Al parecer la parte de mi personalidad ruda y agresiva que salía a la superficie cada que alguien me hacía enojar cuando aún asistía a mi escuela anterior ha desaparecido por completo y en su lugar a nacido una suave y delicada flor de campo.
A pesar de saber que rompo reglas no puedo evitar el pánico que se apodere de mi cuerpo cada que pienso en James esperándome en mi cama, aguardando a mi regreso, con una mueca de furia en su rostro mientras repasa en su mente cada uno de los hechizos que puede utilizar en mi contra ahora que me he rebelado a su poder, así que acepto la ayuda de Scorpius y me quedo a dormir en un pequeño sofá en su sala común mientras Albus vigila mi sueño.
Albus... él se ha ofrecido a apoyar en todo lo que sea necesario. No sabe que el diablo lleva su mismo apellido pero sí que se imagina que algo tiene que ver ya que Scorpius no se guarda muchos detalles para sí mismo y lo informa lo más que puede sin afectar la, ya algo carcomida, reputación de su hermano.
Siento puro y real pánico a lo que sea que el mayor de los Potter esté planeando para mi ahora que me he dado cuenta de que nada de lo que está pasando lo vale.
Tampoco me aparezco por el gran comedor ni en mi sala común al día siguiente porque sigo demasiado asustada para hacerlo, en cambio me quedo a charlar con Scorpius y con Albus que son risueños y agradables en todo lo que dicen. Para el fin del día ni siquiera estamos aburridos y eso hace que por un momento casi me olvide de lo que puede estarme esperando en mi sala común.
Finalmente me veo obligada a volver a mi habitación el lunes por la mañana para asearme todo lo que no me asee el domingo.
-¡Atharax!-Escucho que alguien me llama apenas entro a mi habitación, casi a hurtadillas, y dejó escapar una enorme bocado de aire cuando distingo la voz de Jill.
-Hey- respondo sin muchas ganas y ella llega hasta mi de un salto con una mirada reprobatoria.
-¡¿En dónde mierda habías estado?!- me cuestiona mientras me señala con un dedo acusatorio y yo no sé qué hacer mientras niego con la cabeza y balbuceo cosas inteligibles con la boca tratando de hallar una excusa que no delate a mis amigos de Slytherin. Jill se queda mirándome expectante unos segundos antes de finalmente aceptar que yo no voy a hablar y ella gruñe mientras se aparta aun furiosa -¿Tienes idea de lo preocupada que estaba?
-Lo lamento- consigo decir mientras doy un paso atrás y cuando menos me lo espero ella salta sobre mi para rodearme con sus brazos, yo no la considero ni de lejos mi amiga pero ahora puedo estar segura de que ella no lo ve igual.
-Eres una tonta- se queja y sin decir más se aparta y se va.
-En serio la tenías preocupada- habla otra voz y cuando me giro para encarar a Aqua es obvio que ella tampoco está feliz. Me mira como si fuera una maldita desgraciada -Deja que ponga las cosas claras. A mí no me interesas pero ella es mi amiga así que la próxima vez que vayas a desaparecerte dos noches seguidas haz el favor de avisar. Idiota- gruñe y dándome un empujón sale de la habitación. Me quedo con el "Perra estúpida" colgando de la punta de mi lengua pero realmente no importa.
Me doy una ducha, me coloco el uniforme y me dirijo rápidamente al gran comedor.
Lo primero que me topo al entrar es con la amable sonrisa de Albus y con la seductora de Scorpius que me esperan de pie en la puerta, pero todo eso se vuelve poco importante y borroso en mi cabeza cuando me doy cuenta de que de fondo solo hay un par de ojos castaños que me miran con un odio y una ira que me deja en Knock-out.
Los ojos de James están cargados de una ira descomunal, sin embargo en sus labios se dibuja una sonrisa que nunca antes le había visto. Esa sonrisa es tan horrible que me veo forzada a apartar la mirada completamente intimidada y aterrada.
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Egoísta (James Sirius Potter)
FanficAl final el mal jamás murió y ahora que vuelve a hacerse presente no hay nadie que sea capaz de detenerlo... ni de escapar de él.