Egoísta (James Sirius Potter)

Capitulo 18. Egoísta

"...Y la oscuridad me absorbe, lentamente

Me absorbe la vida, muy lentamente..."

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《¡Gemma!》 la voz suena lejana a mí. Suena como un eco que se expande lentamente a través de un bosque. El bosque más oscuro y solitario de todos.

Siento las manos temblarme y todo mi cuerpo vibrar invadido por continuos escalofríos que madamas no se detienen ni ceden en su fuerza.

Tengo miedo, un miedo completamente inexplicable.

《¡Gemma!》 Vuelve a llamar la voz de antes pero por más que intento identificarla o ir hacia ella mi cuerpo se niega más y más.

Entonces comienzo a avanzar a través de la oscuridad de mi mente.

Es un sueño, lo sé, sé que esto no es real pero no puedo evitar desear salir de aquí a como dé lugar. Siento como si algo muy malo, algo tan malo que no soy capaz de identificarlo, estuviese a punto de suceder.

La oscuridad continúa extendiéndose frente a mi mientras camino cuando, de pronto, un rayo de luz cae desde algún punto de arriba y este ilumina algo que se encuentra en el suelo, algo que brilla fuertemente. Me siento continuar caminando a través de la oscuridad con algo húmedo y baboso ensuciando mis zapatos cuando me detengo frente a lo que sea que brilla bajo el rayo de luz y cuando me agacho para ver de qué se trata este resulta ser...

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Ya lo había negado antes pero ahora no se sentía capaz de continuar haciéndolo. Continuaba negando la posibilidad de que ella fuera indispensable pero lo era, continuaba también afirmando que en cualquier momento podía reemplazarla por alguien más pero el bien sabía que no era así y, para la más grande de sus desgracias, aunque hasta el momento él se había empeñado en afirmar lo contrario, ya no estaba en sus manos la participación de la chica en esa situación.

Desde que las pesadillas habían comenzado las cosas habían dejado de estar en sus manos y James debía haberlo sabido, no por el sino por ella.

-¡GEMMA!- ella apenas había conseguido quedarse dormida cuando su cuerpo había comenzado a ejecutar movimientos extraños y James no había comprendido hasta ese momento lo que estaba ocurriendo.

Gemma estaba teniendo una pesadilla.

-¡GEMMA!- volvió a llamarla mientras apretaba los hombros de la chica atrayendo su tembloroso cuerpo contra el propio -Vamos Gemma despierta...- ya llevaba casi treinta minutos tratando de despertarla y le aterraba darse cuenta de que no estaba funcionando.

Ella continuaba temblando, empapándose de agua que ni siquiera existía y sus brazos y su rostro cada vez estaban más llenos de heridas, heridas que aparecían de la nada y la hacían soltar continuos gemidos de dolor al tiempo que la sangre emergía.

-¡Vamos, Gemm, despierta!- gruño mientras la apretaba aún más fuerte contra sí, tratando de contener de esa manera los continuos temblores -¡Vamos nena!- rogo desesperado con el rostro enterrado entre las desordenadas hebras del cabello de la joven mientras trataba inútilmente de sacarla de esa situación. De aliviar el martirio por el que seguramente estaba pasando. El martirio que ella había orillado a sufrir.

Las pesadillas cada vez eran más frecuentes, más vividas, y aunque ella se empeñara en negarlo el sabia la realidad y aun peor sabia las causas... y las consecuencias.

El hechizo estaba comenzando a surtir efecto.

-James...- murmuro ella de pronto viéndose abandonada por los temblores haciendo al chico clavar los ojos chocolate en el rostro de la joven que parecía cada vez más tranquila. Seguía durmiendo. -James...- entonces se quedó quieta y su suave respiración dejo al joven saber que se había acabado. Ya no habría pesadillas por el resto de la noche.