Egoísta (James Sirius Potter)

Capitulo 25. Harry Potter

-¡QUIERO EL CASO!- grito el hombre de ojos verdes mientras golpeaba con fuerza demoledora el escritorio de madera que antes habia pertenecido a la directora. El golpe habia sido tan potente que Gemma abrio los ojos desesperada y vomito todo el contenido que quedaba en su estomago incapaz de contenerse. Sentia que estaba a punto de morir.

-Tiene que entendernos señor Potter- chillo la profesora de transformaciones medio alterada al ver la manera en la que el auror se estaba comportanto -Esta situacion no la puede tomar usted porque, por lo que sabemos, sus dos hijos se vieron implicados en el asesinato de la Directora McGonagall. Es poco etico entregarle a usted el caso.

-¡ETICO Y UNA MIERDA!- Albus que llevaba rato despierto miraba con cierto miedo la escena que se estaba sucitando ante sus ojos sin saber que hacer. Sabia que aquello se habia salido de sus manos y de cierta manera comenzaba a entender a Gemma. De pronto entendia a la perfeccion la razon por la que la chica no habia querido decirle a el desde el inicio lo que ocurria. -Uno de ellos esta desaparecido, profesora...- la suavidad que habia tomado la voz del hombre solo sirvio para alertar aun mas al chico que miro a su padre tratando de comprenderlo todo. -James desaparecio.

-Lo sabemos señor Potter y no dude que todo el mundo magico esta ya informado de la situacion; pero por ahora no hay nada que ni usted ni nosotros podamos hacer.

-Pudieron cuidarlos en primer lugar- cuando su madre hablo Albus pudo percibir en su voz el llanto. Su madre lloraba como si no hubiera un mañana. -Esto no deberia de ocurrir, los tiempos han cambiado.

-Tal vez no tanto señora Potter- murmuro la maestra bajando notablemente el volumen de su voz, dijo algo lentamente y luego la pareja se giro para verlo... no, estaban mirando a Gemma que continuaba delirando a su lado medio hablando dormida y temblando fuertemente. Las correas que la enfermera habia tenido que poner alrededor de la chica no eran capaces de terminar con la temblorina que se habia adueñado de su cuerpo.

-¿Esta segura, profesora?

-Absolutamente.

Entonces Harry se puso de pie y camino un par de largos pasos hasta llegar a Gemma, la miro fijamente un minuto antes de tomar su brazo izquierdo y levantar la manga de su chaqueta hasta que a los ojos del hombre se rebelo aquella marca que tanto habia asustado a Albus apenas la habia visto.

-¿Si es Harry?- pregunto Ginny mientras se acercaba un par de pasos insegura.

-Si...- respondio el hombre antes de darse la vuelta y dirigirse nuevamente a la profesora -Encuentre a mi hijo- gruño bajito antes de girarse para clavar sus profundas orbes verdes en las de su hijo -Te iras con nosotros Albus.

-Pero papá...

-Callate- pidio el hombre casi con amabilidad -Necesito hablar contigo.

-Gemma...

-Estara bien- entonces una sonrisa triste se apodero el rostro del hombre que cada vez lucia mas viejo, con cada segundo que pasaba se veia mas fatigado -Ha sido una chica fuerte.

Cuando las manos de Hermione se apoderaron del cuaderno de cubierta dorada, que al parecer se mantenia oculto de los curiosos debajo de una de las almohadas de la cama de la chica, cierto aire de inseguridad cubrio su cuerpo haciendola soltarlo de golpe. Aquella habia sido una sensacion extraña para ella.

-Herms- la cuestiono Ron mientras se acercaba lentamente hacia su esposa que mantenia los ojos fijos en la libreta -¿Que pasa?

-Eso...- murmuro ella mientras volvia a inclinarse y a tomar el cuaderno entre sus manos -Es un...- estaba tan sorprendida que no podia con ello -Es un diario.