Undermine rye (parte 4/5)

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Cerró la puerta y se recostó sobre ella. No lo podía creer. Lo había arruinado todo. Camila la rechazó y se sentía muy estúpida, lo peor es que pensó que tal vez sentía lo mismo y terminó con el corazón roto.

Pero no, no iba a arruinar el día de su cumpleaños por un estúpido rechazo.

Mientras, Camila manejaba por las calles de la ciudad pensando cómo pudo rechazarla y decir que amaba a Adam. Ella no estaba segura de lo que sentía y por una parte estuvo bien que no se hayan besado.

Cuando llegó a su apartamento entró silenciosamente y vio ropa interior de mujer tirada en todo el hogar. Un nudo se hizo en su garganta mientras caminaba hacia su habitación.

"¿¡Adam que carajos es esto?!", gritó al verlo acostado desnudo con otra chica. Este se levantó de un salto, al igual que la muchacha a su lado.

"Camila, esto no es lo que parece", respondió titubeando.

"¡No me hagas reír Adam! ¡Y tú, ramera, espero no verte nunca más, vete de mi departamento!", la chica se cubrió con las sábanas y se colocó su ropa rápidamente. Lo próximo que se oyó fue la puerta cerrándose.

"Camila..."

"Esto fue suficiente Adam, ¡pensé que me querías!", se quejó mirándolo a los ojos mientras lágrimas saldas caían de los suyos.

"Lo hago Camila, pero..."

"No te doy lo que necesitas", respondió adivinando el acertijo. "¿Lo único que querías era follar Adam?", interrogó sabiendo la respuesta obvia. El chico no respondió y miraba al suelo mientras se colocaba su ropa.

"Vete de mi departamento, no quiero verte aquí de nuevo, llévate todo", ordenó con los ojos cerrados mientras el nudo en su garganta crecía.

"Camila, ¿qué pasará con la banda?, ¿tirarás todo por la borda?", dijo Adam tomando la cara de Camila entre sus manos suavemente.

"No me toques, sólo vete", susurró apretando la mandíbula. Lo empujó levemente.

"Ok, me iré, pero después no me vengas a llorar", respondió cruelmente yéndose del hogar de Camila.

Tomó su cabeza entre sus manos y sentía una bruma que no podía evitar. Estaba muy confundida, jamás hubiese pensado que Adam la engañaría. Él siempre estuvo para ella y la hacía sentir muy cómoda pero parecía que el quería aprovecharse de ella.

Se tiró en el sillón y no podía dejar de repetir ambas escenas; en la que casi besó a Lauren y en la que vio a Adam con otra mujer. 

Prendió su radio y escuchó la dulce melodía de una canción hasta que se durmió.

Eran las doce del mediodía y Lauren estaba recibiendo a sus amigos en su mansión. Aún no dejaba de pensar en lo que ocurrió con la chica de ojos marrones, pero por el momento debía olvidarlo y disfrutar de su cumpleaños.

"¿Con qué delicia nos deleitarás en este almuerzo Lauren?", dijo Normani que se encontraba sentada en el gran sillón de cuero de la cumpleañera.

"En realidad, ordené pizzas, no tenía ganas de cocinar", respondió con un risa. Los presentes rieron. Mientras, la morena se empezó a acercar a Lauren ya que está la llamó con una seña.

"La chica de mis sueños existe", susurró la de ojos esmeralda en el oído de Normani. Esta última la miró estupefacta.

"¿La viste?"

"Sí, es más, casi nos besamos", murmuró nuevamente. La otra chica tapó su rostro con sus oscuras manos y se las sacó nuevamente.

"¿Por qué no está aquí?", preguntó. Lauren luchó entre si debía decirle o no.

"Larga historia, luego te cuento, además llegaron las pizzas", dijo caminando hacia la puerta principal.

"7 pizzas de muzzarella ordenadas por la bella Lauren Michelle Jauregui", habló el pizzero. Lauren se dio cuenta de que era Harry y se rió. "Feliz cumpleaños", habló nuevamente besando la mejilla de la chica. Esta se sonrojó y le agradeció.

"¿Quieres quedarte?", preguntó la muchacha. Él la miró, apenado.

"Me encantaría pero debo seguir entregando pizzas, pero si quieres podemos salir más tarde cuando mi turno acabe a las cinco," ofreció el chico de rizos. 'Me está invitando a una cita', pensó Lauren algo sorprendida.

"Claro,"respondió con una sonrisa. El chico sonrió mostrando sus perfectos dientes y la chica se sintió cautivada. Era la primera vez que un chico le atraía. Tal vez, después de todo, también le gustaban todas las personas como Camila había dicho. "¿Cuánto es?", dijo Lauren para salir del trance que los ojos verdes del muchacho le producían.

"Oh, lo siento, son setenta libras, pero te regalaré dos de ellas porque es tu cumpleaños, por lo que son cincuenta," susurró cerca de ella como si alguien pudiese escucharlo. La joven se sonrojó y le dio el dinero.

"Vendré a buscarte a las cinco entonces", gritó mientras arrancaba su moto y se alejaba de la casona de Lauren.

Cuando volvió a entrar a la casa no podía borrar la sonrisa de su cara y todos la miraron sorprendidos.

"No jodan,"dijo riendo para evitar preguntas. Normani la miró confundida pero en seguida volvió a hablar con sus amigos.

Así pasó el día hasta las dos de la tarde, cuando todos se largaron. A esa hora, Camila empezaba a despertarse. Le tomó unos segundos recordar todo lo ocurrido y largó un largo suspiro cuando recordó. 

Se levantó del sofá y justo cuando estaba por tomar un vaso de agua tocaron la puerta. Caminó lentamente hasta ella deseando que fuera Adam. En cambio, su amigo Harry estaba allí, y una gran sonrisa vestía su rostro.

"Harry, ¿qué te trae por aquí?," trató de sonar bien pero no lo logró.

"Bueno pasaba por aquí y quise verte amiga," respondió sorprendido por la actitud de la chica. "¿Pasó algo?", preguntó asustado.

"Bueno, pasaron muchas cosas,"hizo un silencio antes de seguir,"Adam me engañó".

El chico de ojos verdes quedó impactado y no encontraba palabras. "Lo siento", dijo tomando la mano de la joven.

"No, no debes hacerlo, ya me estaba cansando de él de todos modos", respondió riendo.

"Entonces... eso no es lo que te preocupa, ¿qué otra cosa sucedió?", interrogó. Camila estaba deliberando entre decirle que le gustaba Lauren o no. 

"Creo que no tengo ganas de hablar, mejor cuéntame tú por qué tenías esa gran sonrisa en tu rostro cuando te recibí", dijo con una sonrisa animándolo a hablar.

"Bueno, invité a una chica que me gusta mucho a salir", titubeó nervioso. Parecía que realmente le gustaba esa chica.

"Y bien, ¿cuál es su nombre", Camila luego se había arrepentido de preguntar aquello.

"Lauren Michelle Jauregui", confesó con una estúpida mueca en su rostro. Por primera vez en su vida, la chica estaba realmente celosa.

"Oh...felicidades", trató de parecer convincente. Harry solo seguía sonriendo.

"Creo que me iré, te dejo una pizza porque estoy seguro de que no ibas a almorzar. Deséame suerte con Michelle má belle", dijo recitando la canción de Los Beatles que habían cantado la noche anterior.

"Suerte", susurró sintiendo su cabeza explotar. De pronto un pensamiento fugaz cruzó sobre ella. 'Mi familia odia a los homosexuales', recordó las palabras de Lauren. Rió fuertemente y luego agarró una porción de pizza. 'Es obvio que no estarán juntos', pensó con una sonrisa cruzando su rostro nuevamente.

Cuando terminó de comer, se vistió algo simple y se colocó maquillaje debajo de las visibles ojeras. Tomó la llave de su auto y condujo hasta Lauren. Iba a remediarlo todo.






Camren: One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora