Mis ojos pesaban aquella noche de agosto. Miré a mi lado y vi a Lauren suspirando mientras dormía. A veces me preguntaba que pasaba por aquella hermosa mente mientras dormía y cuando no. Decidí no dormir porque debía escribirle una de las cien cartas que le había escrito desde que estábamos juntas. La observé fijamente mientras tomaba un lápiz y mi cuaderno.
"Porcelana.
Estrellas.
Esmeralda.
Tu piel es la taza de porcelana en la cual apoyo mis labios para saborear el té de orquídeas.
Las estrellas son lo único a lo cual siempre quisimos llegar y el reflejo esmeralda de tus ojos cuando bajé la mirada del cielo me llevaron a otra galaxia.
Canto.
Playa.
Risas.
Recuerdo aquel día en la playa de Miami en la cual cantabas Lana del Rey mientras yo te seguía con la guitarra y no canté porque no quería interrumpir el agradable sonido que entraba por mis oídos. Y recuerdo que dejé la guitarra a un lado y nos dimos nuestro primer beso. Tú te asustaste al principio pero luego caímos en la suave arena y nos besamos hasta el atardecer.
Lauren, tú sabes que amo la poesía y podría escribir miles de adjetivos describiéndote pero son las dos de la mañana y cuando amanezca tendremos que salir al mundo siendo las reconocidas miembros de una banda de chicas. Igualmente aprecio que tengas tu cabeza apoyada en mi hombro en este momento y seguiré escribiendo sólo para ti. Te amo Lo. "
Dejé mi diario a un lado y besé su cabeza para luego apoyar la mía en su pecho.
Su apacible respiración me consumió y entré en estado alfa.
-Hey Camz-escuché a alguien susurrar. Sabía de quién era esa hermosa voz.
-Hey-respondí adormilada mientras me acercaba a sus labios. Y allí estaba yo besándola nuevamente. Lo que más me gustaba de ella era que su belleza no sólo era física, era psicológica moldeada a base de misterios y amaba su débil sonrisa jugando entre sus labios mientras me besaba. Tenía el cabello tan oscuro como el azabache, los labios tan rojos como la rosa de sus deseos y su aliento era como el incienso.
-¿Cómo dormiste? - susurró cuando nuestros polos de atracción se separaron.
-No mucho, pero profundo - respondí sonriendo dulcemente. -¿Te quedaste escribiendo de nuevo bebé? - murmuró acariciando mis mejillas. Suspiré y apoyé mi cabeza en su pecho de nuevo.
-Sí...
-Camila, ya hablamos de eso. Debes dormir más, no puedes quedarte despierta hasta las 2am escribiendo para mí. Es muy lindo lo que haces y no dudo que eres una gran escritora pero esta es otra realidad Camz.
-No me gusta la realidad-hablé con lágrimas en mis ojos.
-A mi tampoco-dijo tomando mi cara entre sus manos suavemente. - Pero no podemos vivir en la fantasía. Hay que salir ahí afuera y dar lo mejor de nosotras aún si no podemos estar juntas. Te amo muchísimo y jamás lo dudes pero la vida es esta amor-su voz se quebró al final de la oración y me sentí culpable.
-Lo siento... Yo no quise Lauren, soy una mier...
-No-me interrumpió. - Eres hermosa, vales mucho para mi. Que se pudra el sistema y todos sus putos estereotipos, no les prestes atención y si quieres podemos crear nuestro propio mundo, pero no lo hagas tu sola.2 semanas después
"Shawn: Hey Mila, me preguntaba si querías tomar conmigo un café de Starbucks en el lobby"
Suspiré mientras leía el mensaje. Las cosas con Lauren se habían ido de nuestras manos y yo sentía que estábamos cada vez más lejos que cerca. Jamás debí haber comenzado esto. Yo comencé porque desconfiaba de ella por mis inseguridades. Yo empecé a coquetear con Shawn para darle celos pero Lauren no era ese tipo de chica que te viene a buscar. Me di cuenta y dolía, dolía mucho. No comencé un mundo con ella y me culpaba a cada momento con eso.
"Yo: Claro Shawn, ¿a qué hora?"
"Shawn: En una hora estoy allí"
Me levanté de aquel aplastado sillón y me dirigí al armario. Estaba eligiendo qué ponerme cuando Dinah entró.
- Mila, ¿a dónde vas?- me dijo mientras se acostaba en su desordenada cama.
- Em, iré al lobby del hoten para tomar un café con Shawn- dije observando una polera rosa.