18.

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Ruben se adentraba con un vaso de cerveza en su mano, y junto a Alex quién movía su pie al ritmo de la música. Sus ojos verdes buscaba a la persona que le ayudó en toda la semana en el hospital, Mangel había ido a visitarlo 5/7 días de la semana, y el castaño le agradecía mucho por eso.

La herida en su cabeza mejoró rápidamente, dándole suerte para venir a la fiesta de Thomas, el cual bailaba junto a sus amigos en la sala.

Y en eso sus ojos lo ven, y junto a él un muchacho de cabello azul eléctrico ríe al ver a los muchachos o eso cree Ruben, pero el peli azul lo observaba a él.

Miguel codea a Tom—el tío de cabello azul—, y este rueda los ojos. El ojinegro toma un poco de la cerveza que sostiene en sus manos, y se esparce entre la gente, sin quitar la mirada de esos ojos verdes, dejando a su amigo rodeado de personas extrañas.

—Vuelvo en un rato, ¿sí?-Ruben avanza unos pasos, y Alex lo toma de la muñeca.

—¿Qué es lo que buscas? ¿Por qué siempre me evitas? ¿Acaso hay alguien más?- su novio pregunta alzando la voz por el volumen de la música.

—No, sólo..quiero otra cerveza-murmura el castaño, y señala con su cabeza la barra de bebidas.

Alex bufa, y se gira con destino al balcón de la casa.

Ruben mira a su novio y luego a Miguel, y va detrás de su amado con una sonrisa tronchada. El aire es cálido, y puedes ver la luna asomarse desde arriba junto a todas las estrellas reunidas, divisas el mar a la perfección y escuchas el sonido de las olas golpear la orilla con fuerza.

—¿Amas la playa, no?-Ruben le pregunta a Alex mirando la arena con suma atención.

—Siempre, recuerdo esa vez donde tu helado se cayó y te propuse en ir a comprar otro, nos conocimos en esta playa ¿lo recuerdas?-sus ojos verdes lo observan con una sonrisa.

—Y recuerdo como nos hicimos amigos desde entonces-comenta tomando su mano con fuerza, y acercándolo a él.

—¿Sabes porque amo las playas?-pregunta y el castaño niega- Porque me recuerda a ti, y eso..vale la pena-.

Unen sus labios. Las manos de Ruben suben por su pecho, y acaricia el cabello de Alejandro son suavidad, ambos se separan y se observan por un largo tiempo.

—Será mejor que vayas por tu trago-Alex dice, y los dos ríen.

—¿Me estás botando?-alza una ceja, y suelta una carcajada.

—Oh vamos...-Ruben asiente y camina devolviéndose a la casa-Oye..amor, lamento tanto por lo de antes, ya sabes mi celos y las tontas preguntas..-baja la cabeza sonrojado.

—No te preocupes ¿sí? Yo también te celaría, eh-ríen y deja a su novio en el balcón tratando de saber si las teorías que tiene en mente son ciertas o no.



Miguel estaba sentado en uno de los sillones de la sala, observaba con furia a James que reía junto a Arthur y Samanta, la chica mordía su labio cada vez que miraba por el rabillo del ojo al pelinegro.

—Iré por unas bebidas-informa la rubia, y se sienta junto a Miguel.

—No sabía que las 'bebidas' estaban acá-comenta con una sonrisa, al ver a su rival atarse las zapatillas con cautela.

—¿Estabas escuchando?-una sonrisa se forma en sus labios pintados de rojo-Idiota, consíguete una vida-Samanta se para, pero cae en el regazo del pelinegro, ya que este lo tomo de la muñeca.

—Es bueno saber que seguimos teniendo esa cercanía-comenta Mangel con una sonrisa burlona, y Samanta se aproxima a sus labios.

—¿Pero sabes que es mejor?- divisa esos ojos verdes de lejos, pero una mano en su mentón hace que observe los ojos azules de la chica.

—S-Samanta, d-d-debes alejar..-es interrumpido.

—Lo lamento, pero esto es lo que siempre quise bonito-y lo besa.

Los vasos que lleva Ruben en sus manos se deslizan por sus dedos y caen al suelo. 

Se supone que eran un 'secreto'. 

Se supone que habían declarado su amor hace un par de días.

Se supone que...ya eran novios. 



Filósofo|| RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora